CAPITULO # 9

logré calmarme un poco, así que fuimos de regreso a mi casa, sabía que la noticia iba a devastar a mis padres.

-no me dejes sola - le dije a Roberto mientras se estacionaba en la entrada de mi casa.

-no lo hare- me dijo.

-no puedo decirles esto.

- tienes que hacerlo Anna, tu papá tiene mucho dinero, el buscará las mejores clínicas y médicos para curarte.

-si, tienes razón - le dijo tratando de ser un poco optimista, aunque por dentro algo seguía gritándome que iba a morir.

entramos a la casa y mamá y papá nos recibieron entusiasmados, pero su ánimo cambio al vernos los rostros.

-que sucedió? - pregunto mi padre angustiado.

Roberto me miró, esperando que dijera alguna palabra pero yo solo comencé a llorar, mamá se movió de su lugar y camino a abrazarme

-maldita sea, alguien puede decirme que esta pasando?- grito, enojado y asustado mi padre

-voy a morir! - dije entre lágrimas.

-por que dices eso?- pregunto mamá, abrazandome con más fuerza.

-los resultados arrojaron que tiene leucemia - contesto Rob, afligido

mi padre se dejó caer en el sofá inmenso que estaba en la sala, mientras tapaba su rostro con ambas manos y sollozaba.

mi madre solo apretaba mi cuerpo con más fuerza mientras lloraba desconsolada, junto a mi

-como es posible?- pregunto mi padre, más para si mismo, que para alguien en específico, sin embargo Roberto le respondió

-mi padre hará lo posible para curarla, buscaremos los mejores tratamientos.

-BASTA!! -grite cansada de todo esto.

-no hablen como si no estuviera aquí, no digas cosas que no pasaran.

-pero Anna, es posible que se consiga una cura- dijo Roberto en su defensa.

-te dije que no quiero saber nada del tema, déjame en paz - me levanté enojada y subí a mi habitación.

cuando llegue, note a mi querida hermana en el pasillo, esperándome para destilar su ponzoñoso veneno.

-pobre, por qué lloras hermanita?- dijo con malicia.

-a caso te dijeron que te tienes que hacer una cirugía plástica?

sus comentarios eran tan crueles como siempre, pero me sentía peor de lo que ella jamás me iba o poder hacer sentir.

-no estoy de ánimos- dije intentando pasar por un lado.

-no llores Anna, Liset conoce un excelente cirujano, quizás te lo recomiende.

-maldita sea, cállate y quítate de mi vista.- dije de mal humor.

-no te atrevas a gritarme!- me amenazó.

-no te atrevas tu, de agotar la poca paciencia que aún me queda.- la amenace.

-Ja, no me hagas reír niña estúpida...

-te dije que te quitarás de mi maldito camino- dije ignorandola mientras la empujaba y pasaba a la fuerza por el pasillo directo a mi habitación.

-estupida, me has lastimado la pierna, me la pagarás. - escuché que seguía gritando a mi espalda.

cerré la puerta y me lance en mi cama a llorar, Rob, mamá y papá subieron a verme, pero no quise abrirle ni hablar con ninguno.

me sentía devastada, deprimida, esto era algo muy fuerte para digerir, quizás en un par de horas me arrepentiria de haberlos hechado, sabía muy bien que la soledad era mala compañera en momentos así, pero ahorita era lo único que quería.

Llorar no solucionaria nada, pero liberaría está presión que me estaba matando por dentro.

mi madre, subió a verme unas pocas horas más tarde, ya había dejado de llorar, pero seguía sin querer ver a nadie, así que fingi que estaba dormida.

mamá se acercó, se sentó en la cama junto a mi y me acunó en sus brazos, como si fuera una pequeña niña.

me sentía muy agusto a su lado, no iba a negarlo

-todo estará bien mi pequeña, tenemos todo el dinero para hacer que los tratamientos funcionen, no dejaré que nada te aparte de mi lado.

mi corazón se rompía aun más, mientras oía a mi madre hablar, era como si el dolor, jamás pararía.

porque me pasaba esto a mi? era la pregunta que daba vueltas en mi cabeza; vida era injusta, realmente injusta

decidí quedarme en silencio mientras mi madre seguía acariciando mi cabeza, hasta que no sentí nada más, supongo que en algún momento simplemente, me rendí a su lado protector y maternal.

habían pasado algunos días, cuando mi hermana entro a la habitación.

-hola, como te sientes - pregunto.

la verdad no tenía ánimos de ver a nadie mucho menos de verla a ella, no podíamos durar ni medio segundo juntas antes de salir discutiendo.

-me estoy muriendo, así que deberías estar feliz- le dije sin ganas

-la verdad no lo estoy - sentía un leve tono de tristeza en su voz.

-puede que nuestra relación no sea la mejor, pero te aseguro que no es para alegrarse, saber de qué tú melliza está en esta situación.

-bueno, pensé que por lo menos alguien le alegraría todo esto.- dije sin ánimos

-no, no me alegro, Anna eres mi hermana, si te odio no es porque no te quiera, si no porque eres realmente excelente en todo lo que yo no, eres guerrera, luchadora, siempre obtienes lo que te propones, yo te odio porque quiero ser tu.

soy exactamente igual a ti, pero solo en el exterior, pero a ti todos te aman, por lo que eres no por como te ves

-si pero... es que esto....

-esto es difícil, es complicado, pero no puedes solo tirarte en una cama y esperar la hora de tu muerte, esa no es la Anna que yo conozco.

-Alex, esto es muy difícil

-dificil es, usar tacones cuando andas con muletas, y yo ya lo hice - me dijo dedicándome una sonrisa

-para ti no nada ha Sido imposible, no dejes que ahora te gane esto sin luchar.

se me quedé viendo un rato, y al ver que me queda sumida en mis pensamientos volvió a hablar.

-Anna, no.te des por vencida sin luchar, no estás sola, yo también estaré contigo- sus ojos reflejaban un cálido y sincero amor fraternal.

-pero si dices que fui linda contigo lo negare todo.- dijo lanzando una sonrisa de complicidad antes de marcharse de mi habitación.

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