CAPITULO # 10

me tomo un tiempo, aceptar esta situación, pero mi hermana tenía razón, no podía darme por vencida sin antes luchar.

tome mi laptop y escribí en el buscador que es la leucemia; enseguida comenzaron a salir los resultados.

La leucemia es el cáncer de los tejidos de la sangre, incluida la médula ósea. Existen muchos tipos, como la leucemia linfoblástica aguda, la leucemia mieloide aguda y la leucemia linfocítica crónica.

bueno existían varios tipos así que tome una libreta y comencé a apuntar.

tenía que averiguar qué tipo de leucemia padecía.

había leí en varios artículos, que existían leucemias que eran difíciles de detectar durante años, quizás siempre he sufrido de cáncer, pero hasta ahora es que pudimos notar los cambios.

busque, leí y recopile toda la información que pude, tomaba apuntes de un lado y de otro, mientras más me informará mejor podría hacerle frente, no sería fácil, pero no podía darme por vencida simplemente sin luchar contra esto.

luego de informarme que era y que causaba este mal que habitaba en mi ahora, comencé por buscar los tratamientos, tenía miedo de darle enter al buscador, pero necesitaba ver por mi misma, si tenía algún chance de ganarle.

y si efectivamente conseguí que los tratamientos para la leucemia dependen del tipo que tenga, la gravedad de la leucemia, su edad, su salud en general y otros factores. Algunos tratamientos pueden incluir:

Quimioterapia

Radioterapia

Quimioterapia con trasplante de células madre

Terapia dirigida: Utiliza medicamentos u otras sustancias que atacan células cancerosas específicas con menos daño a las células normales

había escuchado antes, la quimioterapia y la radioterapia, pero no tenía ni idea de cómo eran, como se aplicaba o que hacía, y la verdad me daba terror leerlo, así que ya leería sobre esos tratamientos, en su debido momento.

por último tome valor y coloque en el buscador

*la leucemia tiene cura*

pero para mí sorpresa, no había una respuesta concisa todo hablaba de los tratamientos según el tipo de leucemia que tenías.

todo era tan confuso, aún no tenía una respuesta segura si podía salvarme o no.

Dios, ayúdame, esto no es fácil para mí, dame la fuerza para hacerle frente a todo esto, y dame la voluntad para seguir adelante.

ore en silencio, con las lágrimas desbordadas por mis mejillas.

no era de orar, no era de pedirle a Dios nada, pero si alguien podía ayudarme en estos momentos era Él.

tome una larga ducha, y salí a vestirme con algo cómodo y casual, quería estar en casa, con mis padres, queria poder disfrutar el tiempo que me quedara junto a ellos, nada hacía encerrandome en mi habitación, eso no era solucion alguna, ni tampoco me ayudaría a superar nada.

apenas baje, note que mis padres estaban discutiendo, sabía que era por mi, pero no quise darle largas a su discusión, camine hacia mi padre y lo abraze.

-no me dejes sola- le pedí con mi corazón en la palma de mi mano.

-estare el tiempo que necesites, pero también tengo una empresa que atender, tienes que entender que de ahí es donde sacaremos el dinero para cubrir los gastos.- me explicaba como si fuera una niña pequeña.

mamá se acercó y me abrazo.

-mañana si lo deseas, iremos a qué te hagan los chequeos necesarios, para que te digan que tratamiento necesitas.

-esta bien mamá, pero tampoco me dejes sola por favor- le dije con las lágrimas amenazando por salir.

ellos solos me abrazaron por unos minutos, y luego mamá ordeno que se me sirviera una bandeja de frutas para merendar.

papá tenía que irse al trabajo, pero luego de volver a discutir con mi madre, decidió quedarse a ver la película con nosotros.

sabia que lo que se avecinaba no seria bonito, no sería fácil pero disfrutar de esos pequeños momentos, era lo menos que podía hacer, quizás fueran los últimos.

mi madre tenía programada mi cita para el día siguiente, así que apenas terminó la película subí a mi habitación para descansar.

admito que desde que amaneció, estaba algo nerviosa, tenía miedo no podía evitarlo, hoy se supone que daría el primer paso para luchar contra todo esto, y a pesar de que me sentía un poco más optimista, era inevitable no pensar que quizás nada funcionaria, era un batalla interna entre luchar o dejarme morir sin siquiera intentarlo.

mamá, siempre decía que jamás estaría sola, y que contábamos con mucho dinero para cubrir los tratamientos que eran súper costosos, así que tenía más posibilidades de salir de esta situación victoriosa que muchas personas.

termine de alistarme y salí a encontrarme con mi madre para ir al hospital, para mí sorpresa, no solo me mandaron una farmacia completa de medicamentos, si no que también me refirieron con una psicóloga.

-una cosa es tener que aceptar que voy a morir, otra cosa es tener que escuchar que estoy loca- dije molesta.

-nosotros no dijimos que estés loca Anna- dijo mi madre.

-es solo para ayudarte a aceptar está situación en la que te encuentras, aparte de que encontraras la orientación adecuada para controlar todas esas emociones que están surgiendo en tu interior y que quizás no te dejen pensar con claridad.- dijo el Doctor Frank.

-solo queremos ayudarte cariño -dijo mi madre

-y es así como me encuentro en este consultorio hablando con usted - le dije a la Psicóloga que me veía como si fuera algo muy interesante.

-me alegro, que hayas aceptado mi ayuda Anna, yo quiero que me veas más como una amiga que como una Doctora, y no quiero que pienses que estás aquí por algún problema mental.

-le verdad no sé que hago aquí -dije con ganas de llorar

-estas aquí, porque eres una guerrera que quieres luchar contra el cáncer no solo físicamente, si no mental y emocional. - me alentó.

-vendras a verme las veces que desees, no es una obligación, ni un deber, quiero que vengas porque tú así lo has decidido Anna, lo que importa es como te sientes tú, no lo hagas para darle gusto a nadie más.

-bien Doctora, muchas gracias. - le dije mientras salía del consultorio.

sabía que aunque lo negara, me había hecho muy bien hablar con alguien abiertamente, sabía que iba a volver, y más pronto de lo que pensaba.

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