El Despertar de Jezabel
Jezabel luchaba contra el dolor que la envolvía mientras
estaba sumida en el sueño, pero su abuelo tenía otros planes. Una voz femenina
la llamó, instándola a despertar. A regañadientes, Jezabel abrió los ojos, aún
anhelando permanecer en el refugio de los sueños.
"Querida Jezabel, es hora de levantarse por favor. Tu
querido abuelo está esperándote para desayunar y conversar", dijo la voz
femenina.
Jezabel no quería enfrentar la realidad. No quería abandonar
el cálido abrazo de la cama y encarar el mundo exterior.
"No quiero, por favor... Dile que no quiero despertar.
Quiero seguir durmiendo, volver a la realidad", respondió con voz apagada.
La voz femenina accedió a su petición, pero no se marchó,
continuó charlando con alguien al otro lado de la puerta. A pesar de no ver
quiénes eran, Jezabel los identificó. La conversación ajena involuntariamente
la atrajo hacia la realidad.
Escuchó a la persona acercarse y aconsejar a la voz
femenina. Era su abuelo quien hablaba, compartiendo sabiduría y preocupación.
"Debes sacarla de la cama; si no, su estado emocional
se deteriorará. Debe superar este proceso poco a poco. No podemos permitir que
la tristeza la devore", le aconsejó su abuelo.
Jezabel, todavía en la cama, seguía escuchando. El abuelo
entendía la complejidad de la situación y le pedía a la voz femenina que
ayudara a su nieta a salir de la cama y avanzar en su recuperación.
Finalmente, la puerta se abrió, y Jezabel observó a su
abuelo entrar. Su voz suave y preocupada la instó a levantarse y seguir
adelante. Habló de la importancia de superar el dolor y la necesidad de
continuar con la vida, aunque sus seres queridos no estuvieran presentes.
El abuelo la abrazó, y Jezabel sintió su apoyo
inquebrantable. Sabía que debía esforzarse para sanar y superar la tristeza que
la embargaba.
Jezabel se levantó con la ayuda de su abuelo, quien continuó
motivándola y recordándole que debía salir de la cama. La voz femenina indicó
que Jezabel necesitaba un baño y asistió en su preparación.
La conversación entre su abuelo y la mujer, que
aparentemente había sido enviada para ayudarla, seguía fluyendo en el fondo.
Hablaban de la importancia de recordar a sus seres queridos, pero también de
seguir adelante con la vida.
"Si, mi niña, te ayudaré a superar esto. Verás cómo
poco a poco te sentirás mejor y recuperarás tu vida", aseguró el abuelo.
Después de una breve conversación, la mujer se marchó, y
Jezabel se quedó a solas con su abuelo.
"Abuelo, por favor, ayúdame. No sé qué hacer, y todo
esto me abruma. Quiero retomar mi vida como era antes y no permitir que esta
tristeza me consuma", le pidió Jezabel.
Su abuelo le dio una sonrisa reconfortante y le ofreció
apoyo incondicional. Jezabel se sentía agradecida por tener a alguien en quien
apoyarse en este momento tan difícil.
"Claro, así es. De a poco, saldrás de esto. Enfrentarás
el dolor y, aunque siempre recordarás a quienes has perdido, lograrás recuperar
tu vida. Siempre recordarás a tus seres queridos", le aseguró su abuelo.
Finalmente, Jezabel pidió un momento a solas en el baño.
Necesitaba un breve respiro, un espacio donde la tristeza no pudiera
alcanzarla. Mientras el agua de la bañera la envolvía, Jezabel buscaba la
fuerza para sanar y volver a enfrentar la realidad, sabiendo que su abuelo
estaría a su lado, brindándole apoyo en su camino hacia la recuperación.
Un Nuevo Comienzo
La primera estancia de la casa ofrecía una vista
impresionante de la hermosa ciudad italiana. Jezabel se unió a su abuelo, su
hermana y su hermano. A pesar de la profunda tristeza que los envolvía, había
una chispa de esperanza en sus corazones. Sabían que juntos podrían superar
esta difícil prueba y volver a ser una familia unida, como siempre lo habían
sido, con su energía y luz características.
Saludaron con una serie de amables "hola" mientras
se acomodaban en el balcón para desayunar. La mujer que estaba junto a su
abuelo también se unió a la conversación, ofreciendo su apoyo en este momento
de duelo.
"Vamos a salir de esto, y aunque será difícil, siempre
recordaremos a la gran persona que era nuestro ser querido. Juntos retomaremos
nuestras vidas", hablaron los hermanos en un intento por mantener la
esperanza.
"Si", respondió Jezabel en un susurro,
comprometiéndose a enfrentar la adversidad junto a su familia. Estaban
decididos a superar la tristeza y el dolor y encontrar una forma de seguir
adelante.
Mientras disfrutaban de su desayuno en silencio, una suave y
melancólica música de fondo los envolvía. La vista de la ciudad italiana y la
compañía de su familia brindaban cierta comodidad y paz en medio de la tormenta
emocional que enfrentaban.
El sol comenzaba a ascender en el horizonte, y Jezabel
sintió que, a pesar de la oscuridad que habían experimentado, un nuevo día se
abría ante ellos. Era un nuevo comienzo, una oportunidad para sanar y
reconstruir sus vidas. Jezabel sabía que había un largo camino por delante,
pero con el apoyo de su abuelo, su hermana y su hermano, y con la compañía de
la mujer que estaba dispuesta a ayudar, estaban determinados a superar esta
difícil etapa y honrar la memoria de su ser querido.
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