Al verme tan angustiado, Osher pregunta qué sucede. Entre
sollozos, le cuento lo que acabo de presenciar en el despacho y el estado en el
que encontré a Jezabel. Todos parecen entrar en una especie de shock, no pueden
creer lo que les acabo de contar. Rápidamente, llamo a una ambulancia para que
se la lleven al hospital.
Mientras esperamos a que lleguen los médicos, mi mente se
llena de preguntas y dudas. ¿Qué le habrá pasado a Jezabel? ¿Quién pudo haberla
lastimado? Mi esposa, la líder de la mafia de Turca, siempre ha sido valiente y
fuerte, ¿cómo pudo terminar así?
Desesperado por encontrar respuestas, decido investigar por
mi cuenta. Empiezo a revistar el despacho en busca de cualquier pista que me
ayude a entender qué pudo haber sucedido. En medio del caos y el desconcierto,
encuentro un sobre con mi nombre escrito en él. Con manos temblorosas, lo abro
y encuentro una fotografía de Jezabel atada y amordazada.
La angustia se apodera de mí y siento que el mundo se
desmorona a mi alrededor. ¿Quién quiere hacerle daño a Jezabel? ¿Por qué?
Intento recordar si ella tenía algún enemigo o alguien que pudiera estar detrás
de esto, pero no logro pensar con claridad. La única certeza que tengo es que
debo hacer todo lo posible para encontrarla y salvarla.
Decido acudir a las autoridades para pedir ayuda en la
búsqueda de mi esposa. Les enseño la fotografía y explico la situación, pero me
encuentro con obstáculos que nunca imaginé. Descubro que hay infiltrados en la
policía que están aliados con la mafia de Turca y que están dispuestos a
proteger a mi esposa a toda costa.
No me queda más opción que tomar las riendas de la
investigación por mi cuenta. A través de contactos y recursos que nunca creí
tener, consigo información que me lleva a un escondite de la mafia. Con la
adrenalina corriendo por mis venas, me adentro en el peligroso mundo de la
mafia en busca de Jezabel.
Mi determinación y valentía llevan a cabo una serie de
eventos que me llevan a enfrentamientos armados, traiciones y descubrimientos
impactantes. Cada paso hacia adelante es un desafío y una lucha constante por
sobrevivir. Pero mi amor por Jezabel me impulsa a continuar, sin importar los
peligros que me acechan.
El tiempo se agota y siento la presión de encontrar a
Jezabel antes de que sea demasiado tarde. Cada minuto que pasa es una gota de
ansiedad y desesperación que se acumula en mi interior. Mi determinación no
flaquea, pero la incertidumbre y el miedo siempre están presentes.
Finalmente, después de innumerables obstáculos y una
persecución frenética, logro encontrar a Jezabel en un lugar abandonado,
malherida pero viva. La desato y la abrazo con todas mis fuerzas, sintiendo el
alivio y la felicidad de tenerla a salvo. Sin embargo, la batalla aún no ha
terminado. Ahora debemos enfrentar las consecuencias y restaurar la paz en
nuestras vidas.
Este capítulo intrigante deja una pregunta flotando en el
aire: ¿quién estaba detrás del secuestro de Jezabel y qué consecuencias deberán
enfrentar Arturo y su familia luego de atravesar esta turbulenta situación?
Solo el tiempo y los siguientes capítulos podrán revelar la verdad.
Padre, escucho atentamente las indicaciones del doctor y
agradezco que esté preocupado por mi hija. Afirmo que haré todo lo posible para
cuidar de ella y asegurarme de que esté lo más tranquila y estable posible.
Después de que el doctor se va, me siento a su lado y
observo cómo mi hija respira lentamente. Su rostro está pálido y muestra signos
evidentes de agotamiento. No puedo evitar sentirme culpable por no haberme dado
cuenta antes de su estado emocional. Tal vez, si hubiera prestado más atención,
podría haber evitado que llegara a este punto.
Siento el nudo en mi garganta mientras contemplo el estrés y
la ansiedad que han consumido a mi hija. Me arrepiento de no haber estado ahí
para apoyarla incondicionalmente. Ahora, me doy cuenta que necesita su espacio
para procesar sus pensamientos y emociones antes de poder hablar con nosotros
sobre ese algo importante que tanto la ha afectado.
Acaricio con delicadeza su frente y le susurro palabras de
consuelo. Le prometo que estaré a su lado, pase lo que pase. Le aseguro que la
protegeré siempre y que encontraré la manera de ayudarla a superar esta
dificultad.
Me levanto de la silla y salgo de la habitación para comprar
las pastillas que el doctor recomendó. No importa lo que cuesten, estoy
dispuesto a hacer cualquier cosa para que mi hija encuentre la paz interior que
tanto necesita. Me adentro en la farmacia y busco la sertralina, asegurándome
de elegir la mejor opción para ella.
Regreso al despacho y veo a mi hija dormida en el sofá.
Después de darlas un vaso de agua, coloco las pastillas en una pequeña caja
sobre la mesa junto a una nota que dice "Siempre estoy aquí para ti, cuida
de ti misma". Beso suavemente su frente y me retiro de la habitación,
dejándola descansar en paz.
Prometo estar a su lado durante su recuperación, educarme
sobre salud mental y apoyarla en cada paso hacia la sanación. No importa lo que
nos depare el futuro, mi amor de padre nunca disminuirá y siempre estaré aquí
para ella, incondicionalmente.
para recuperarse del atentado. Mi corazón se desgarra al
verla sufrir de esa manera, sin poder hacer nada para aliviar su dolor. Maldigo
mil veces al responsable de este acto cruel y cobarde.
Desde que Jezebel fue encontrada inconsciente, no he dejado
de investigar quién está detrás de todo esto. El suspenso recorre mis venas
mientras sigo cada pista y me adentro en el oscuro mundo de la mafia.
En medio de mi búsqueda desesperada, descubro que mi esposa
Roxana ha desaparecido sin dejar rastro. No puedo evitar preguntarme si ella
también está involucrada en este caos. ¿Acaso es cómplice del atentado contra
nuestra hija? Temor y traición se mezclan en mi mente, haciéndome dudar de todo
y de todos.
Mi preocupación aumenta al enterarme de que mi otra hija está enamorada de un mafioso.
¿Cómo pudo caer en las garras de alguien tan peligroso? Mi instinto de padre
protector me impulsa a sacarla de esa relación tóxica, pero también sé que ella
es mayor de edad y tiene derecho a tomar sus propias decisiones.
Además de todas estas sorpresas, descubro que uno de mis
colegas policías ha estado interactuando con nuestra familia de manera sospechosa.
¿Será posible que haya alguien infiltrado en nuestra institución? No puedo
confiar en nadie en estos momentos, ni siquiera en mis compañeros más cercanos.
Mientras la investigación avanza, veo a mi hija luchar
valientemente por su recuperación. Cada pequeño avance en su terapia es un rayo
de esperanza que me ilumina el camino. No puedo permitir que los culpables
queden impunes y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para encontrar
justicia para Jezebel.
Pero mientras tanto, me mantengo en vela, velando por la
seguridad de mi hija y de mi familia. No puedo permitir que otro ataque ocurra.
La incertidumbre y el miedo dominan mi existencia, pero también hay una
determinación férrea en mi corazón. No descansaré hasta encontrar a los
responsables y proteger a los míos.
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Comments
Susana Santillan
PERDON ESCRITORA: Mezcla los protagonistas, no se sabe quien participa.Su escrito es muy desordenado.Cuesta seguir la historia.
Estoy próximo a abandonar esta novela.
Tramas muy desordenadas.
2024-07-02
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