Capitulo 6

Impresiones en la Discoteca

Salgo del baño de la discoteca, aturdida y agitada. Estoy impresionada por lo que acaba de suceder adentro. Cuando regreso a mi mesa, encuentro a mi compañero Julio. Decido que es hora de irme a casa y descansar, necesito alejarme de lo que acaba de suceder aquí. Este hombre con el que estuve, necesito mantenerme alejada de él para sentirme tranquila.

Mientras manejo hacia casa, no puedo dejar de pensar en lo que dijo ese hombre: "Los ángeles lo llaman Placer divino, los demonios sufrimiento infernal, los hombres amor." Esas palabras resuenan en mi mente, y no puedo evitar reflexionar sobre ellas.

Capítulo 2: La Nueva Chica en la Vida de mi Padre

La nueva chica en la vida de mi padre me está cayendo bien. Aunque siempre estoy precavida para cualquier golpe de Helena, estoy feliz de que esté haciendo feliz a mi progenitor. He pasado tiempo en casa y en la base militar, en reuniones planeando operaciones para capturar a las personas que tienen órdenes de captura y a los peces gordos también.

Hoy es 15 de agosto de 2021, y estoy sentada en el sillón, viendo cómo el aire mueve los árboles al compás del viento. Me sumerjo en esa tranquilidad, pero de repente, me horrorizo al sentir una mano en mi hombro. Cuando miro para ver de quién se trata, descubro que es mi hermano.

Antes de sentarse, pone su sombrero en el lado del sillón y, en pocas palabras, me dice: "Jezabel, tenemos que hablar." Con solo esas palabras, sé que lo que está por venir no me va a gustar.

La Gala Benéfica y los Preparativos

"Tu sabes que se acerca la gala benéfica que organizamos para recaudar fondos y ayudar a las personas necesitadas, entre otras cosas. En cada gala, elegimos a una chica para llevar la joya más costosa puesta, y este año, esa chica eres tú. Nuestro padre lo ha decidido, ya que lo hicimos por votación, pero hubo un empate entre tú y la chica rubia que trabaja en el hotel de la costa. Así que él decidió finalmente que fueras tú, aunque no está de acuerdo. Tuve una pequeña discusión con él, ya que no cree que debas asistir, pero yo estoy convencido de que eres lo suficientemente adulta para ayudar en los negocios."

"Te amo, sabes, y gracias por contármelo", le digo a mi hermano mientras me da un beso en la frente y se retira con su sombrero, perdiéndose en la pradera. Se ve tan guapo con sus vaqueros, botas y sombrero.

Después de pasar un tiempo en casa esperando a mi padre en la mesa con Helena, me doy cuenta de que él aún no ha llegado debido al trabajo. Por lo tanto, decidimos comer sin él y nos despedimos para ir cada uno a su habitación, excepto mi nana y el guardaespaldas de confianza de mi padre, quienes siempre están presentes.

Estoy en mi cama, en pijama con pantalones largos negros y una blusa blanca que realza mi busto. Me pongo a estudiar macroeconomía y saco los papeles con los temas que debo repasar, resaltando lo más importante y relevante. Después de un rato, me quedo dormida boca abajo con los papeles en la cama.

Siento que alguien ha entrado a mi dormitorio y, al despertar, me doy cuenta de que es mi padre. Me levanto y conversamos.

"Papá, ya estoy despierta", le digo.

Él nota que estuve estudiando hasta quedarme dormida y me pregunta si todo está marchando bien en la universidad y en la base militar. Le aseguro que sí y que descanso todo lo que puedo para estar recargada de energía.

Luego, mi padre expresa su preocupación por un hombre que está afectando mi paz mental. Está inquieto y no sabe si debe intervenir o no. Le tranquilizo, pero no estoy segura de si debería contarle más sobre esta situación.

Por la mañana, mi padre me despierta y nos dirigimos a desayunar en un comedor al aire libre. Mientras disfrutamos de la comida, hablamos sobre la importancia de la gala benéfica y cómo contribuirá a ayudar a las personas necesitadas. Aunque me siento incómoda por ser la anfitriona de la fiesta, lo hago por la causa.

Más tarde, después de un día ocupado en la finca, revisando su estado y asegurándonos de que todo esté en orden, nos preparamos para la gran gala de subasta de joyas de la familia. Mi padre me presenta a los invitados, y mientras caminamos juntos, noto que su interés se desvía en ocasiones.

La noche promete ser una experiencia interesante y repleta de sorpresas mientras la gala benéfica se acerca.

Presentando a Héctor Andrés Betancourt

"Jezabel, te presento a Héctor Andrés Betancourt, hijo de uno de los socios y un nuevo socio de tu padre. Es un gran empresario con negocios en España, Inglaterra y otros países. Está aquí en representación de su padre, quien no pudo acompañarnos hoy. Héctor es un hombre excepcional que se preocupa profundamente por los niños abandonados y necesitados. Le gusta ayudar a las personas y, aunque fue teniente general en el pasado, ya no ejerce ese cargo debido a algunas razones que él mismo ocasionó. Él sabe lo orgullosos que estamos de su progreso y su dedicación para mejorar."

Héctor asiente y responde: "Claro, mi Teniente General. Gracias por esas palabras. Es un placer conocer a su hija. Los rumores son ciertos; es tan bella como en otoño en primavera. Sus ojos son dos almendras y su cabello cambia de color según la ocasión, a veces rojizo y otras veces dorado. Además, es inteligente y ya tiene su propia base militar en la costa, en las playas. Disculpe por el atrevimiento, ¿me permite darle un beso? Sería un placer, Señorita Jezabel."

Mi padre y yo aceptamos, y Héctor me toma la mano con un gesto lleno de sensualidad. Me besa, y siento un escalofrío ante este hombre guapo. Cuando termina de besarme, me mira con una mirada intensa, y yo trato de mantener la calma, aunque por dentro estoy completamente cautivada por él.

Después de la despedida, Héctor se marcha, dejándome preguntándome por qué no le contó a mi padre que es docente en mi universidad. Tenemos clases juntos, y esta pregunta me hace pensar profundamente. Lo veo alejarse, impresionada por su elegante traje de hombre formal negro en paño espina de pescado, que incluye el blazer, pantalón y chaleco, además de la camisa y la corbata.

Luego de saludar a la mayoría de los invitados, nuestra familia se acomoda en sus respectivos asientos. Como es tradición, debo bailar con el patriarca de la familia, que es mi padre. Después de disfrutar de unas horas con la compañía de mi familia en la mesa, llega la hora del baile. Mi padre se pone de pie y me extiende la mano, que recibo con gratitud. Nos convertimos en el centro de atención y todas las miradas se dirigen hacia nosotros. Me agarro de su brazo mientras nos dirigimos a la pista de baile. La música comienza a sonar, y me sorprende que sea un vals vienés de Strauss. Recuerdo cómo solíamos bailar en el jardín cuando era niña.

Después de concluir la primera canción, decidimos bailar una segunda, pero esta vez optamos por un apasionado tango al ritmo de la canción "3 to Tango" de Pitbull. Bailar al compás de la música nos permite expresar una conexión única y especial en medio de la gala benéfica. Después de ser el centro de atención en la pista de baile, mi padre y yo nos dirigimos a nuestros asientos.

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