capitulo 13 " El caos ha llegado "

El Despertar a la Realidad

El sol comenzaba a teñir de dorado la habitación de Arturo

mientras reflexionaba sobre las sorprendentes noticias que había escuchado. No

era un buen comienzo de día para él, y la preocupación lo embargaba. En su

mente, el caleidoscopio de emociones y pensamientos se mezclaba en un

torbellino.

Su hija, a quien amaba profundamente, se había ennoviado con

el jefe de la mafia. La idea parecía inverosímil, algo sacado de una película

de crimen y misterio. Aun más inquietante era el hecho de que Arturo se había

enterado por terceros, no de su propia hija. ¿Qué había sucedido en la relación

entre padre e hija para que ella no compartiera tal información con él?

Las palabras de esos informantes anónimos resonaban en su

mente. Arturo sabía que su hija debía lealtad a la ley, que meterse con alguien

relacionado con la mafia era peligroso y que, si su hijo estaba enamorado de la

misma persona, las complicaciones aumentarían exponencialmente.

Arturo suspiró y decidió hablar con su hijo. La envidia que

sentía hacia su propia hermana no le pasó desapercibida, y eso le preocupaba

aún más. Su familia parecía estar sumergida en un torbellino de secretos y

decisiones peligrosas.

A lo largo del día, Arturo reflexionó sobre cómo abordar la

situación. Se sentía atrapado entre su amor por sus hijos y su responsabilidad

como padre. No podía permitir que se metieran en problemas con la mafia, pero

también necesitaba reconstruir los lazos familiares que habían sido dañados.

Por la noche, después de una larga jornada de pensamientos y

conversaciones internas, Arturo se dio cuenta de que debía actuar. Estaba

decidido a enfrentar la realidad y encontrar una solución para proteger a su

familia. No podía permitir que la sombra de la mafia se cerniera sobre sus

seres queridos.

Este era solo el comienzo de su desafiante viaje para

comprender y cambiar el rumbo de su familia. Arturo sabía que el camino sería

difícil, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para mantener a

sus hijos a salvo y unir a su familia nuevamente.

La Noticia Impactante

Después de retomar sus actividades diarias y cuidar a

Jezabel en su proceso de recuperación, Arturo decidió tomar un respiro al aire

libre. Montó a caballo y disfrutó de la paz y serenidad que la finca le

ofrecía. Sin embargo, la calma se rompió abruptamente cuando le llamaron con

urgencia al despacho de su casa. El tono apresurado de su seguridad lo alertó,

y aunque al principio dudó en responder, finalmente decidió atender el llamado.

Un hombre que trabajaba en la seguridad de la casa entró

apresuradamente y le mostró las noticias en su dispositivo. El titular decía:

"Mafioso Rigoberto Makris ha muerto, protegiendo a su pareja de un

atentado y demostrando lealtad hasta el final". El nombre de Makris, la

pareja de su hija, Jezabel, se destacaba en la noticia.

El corazón de Arturo dio un vuelco al enterarse de la

trágica noticia. Durante meses, la relación de su hija con Makris había sido el

centro de la atención mediática y de las preocupaciones familiares. Pero en ese

momento, todo lo que importaba era el impacto de la noticia en su hija.

Arturo estaba ansioso por saber cómo estaba Jezabel. La

imagen que apareció en la pantalla de su dispositivo le causó un profundo dolor

en el corazón. Su hija estaba ensangrentada, con el hermoso vestido de flores

amarillas y fondo blanco manchado de sangre. Estaba en estado de shock,

presenciando la muerte de Makris. Arturo no podía permitir que sus hijas se

derrumbaran por las desgracias que la vida les presentaba.

La cámara se alejó de Jezabel para mostrar un video en el

que sostenía a Makris en sus brazos, mientras él la miraba y le decía que la

amaba. Arturo pudo notar el amor en sus ojos mientras se iba apagando poco a

poco. Era un momento desgarrador, y Arturo no podía soportar ver el sufrimiento

de su hija.

Decidió en ese momento que no permitiría que sus hijas se

hundieran en el dolor. Haría todo lo posible para ayudarlas a superar cualquier

obstáculo que la vida les presentara. No permitiría que la tristeza las

consumiera. Su determinación de ser un pilar de apoyo para sus hijas se

fortaleció en ese instante, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario

para asegurarse de que estuvieran bien.

La Caída de Osher

Osher se encontraba en un estado de profunda desolación. La

única persona que había logrado despertar en él sentimientos genuinos no estaba

presente. Amelia, siempre enseñándole que el amor era real y que era posible

volver a amar y ser amado, se había ido. Él sentía un inmenso vacío en su alma,

como si estuviera perdido en un oscuro abismo.

Para olvidar su tormento, Osher había buscado refugio en el

licor, bebiendo sin cesar en su cuarto de hotel y en el bar. Desde la azotea

del edificio, observaba a las personas que caminaban, hablaban y se besaban en

el hotel. Había intentado atraer la atención de Amelia, pero ella le había

dejado en claro que no había futuro para ellos. Había confesado su amor por su

hermana y le había advertido que no la traicionaría. A pesar de todo, Osher no

podía evitar sentirse atraído por ella, y esa obsesión lo consumía.

Mientras seguía bebiendo, Osher brindó al cielo por la

muerte de Makris, quien había sido un obstáculo en su obsesión por Amelia.

Mientras tanto, Arturo, preocupado por las noticias de

Makris, se dirigió al hotel en Medellín para buscar a su hijo. Al entrar al

hotel, escuchó un fuerte ruido que venía del cielo. Al mirar hacia arriba, se

dio cuenta de que era un cuerpo que caía. Corrió hacia la fuente donde había

aterrizado el cuerpo y, con horror, descubrió que era su propio hijo, Osher,

vestido de negro y blanco.

La angustia se apoderó de Arturo. Le recriminó a su hijo su

acción, lleno de pánico y preocupación por la salud de Osher. Un analgésico fue

necesario para calmar a Arturo, cuyos nervios estaban al borde del colapso. Su

rostro se entumecía, sus manos temblaban y hormigueaban.

Mientras la pastilla hacía efecto y lo sumía en un sueño,

Arturo se dio cuenta de que todo era real. Al despertar, encontró a sus dos

hijas vestidas de negro, una de ellas con un sombrero y una especie de malla

que le daba un toque elegante. Ambas lo alentaron a ser fuerte y afrontar la

dura realidad que tenían por delante.

Juntas, decidieron que debían darle un funeral apropiado a

Osher, aunque el dolor les consumía. El pensamiento de que un padre tuviera que

enterrar a su propio hijo en lugar de lo contrario era insoportable.

Arturo miró a Amelia y reconoció todos sus esfuerzos por

ayudar a Osher a olvidar a Makris, aunque no hubiera tenido éxito. Sabía que

debía mantenerse fuerte por sus hijas y seguir adelante, superando su propio

dolor y enfrentando los desafíos que la vida les tenía preparados.

El Shock de la Verdad

Cinco meses después de haber superado poco a poco las

difíciles circunstancias que habían afectado a la familia, Arturo disfrutaba de

una tranquila comida con sus hijas y los trabajadores de su casa y finca. La

tarde había transcurrido en armonía, rodeado de amor y apoyo.

Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida por la

llegada de la noche. La luna llena se asomaba en el cielo, y una densa niebla

cubría el ambiente. La inquietud creció cuando la radio de seguridad que Arturo

y su equipo usaban para comunicarse emitió un mensaje preocupante: "Alfa

11 no responde".

Los perros de la finca empezaron a ladrar y mostraron signos

de tensión. La preocupación se apoderó de Arturo, quien tomó la radio para

obtener más información. No obstante, en lugar de respuestas, se encontró con

un silencio que aumentó su ansiedad. Decidió prepararse para lo peor y tomó una

pistola con silenciador, evitando así alarmar a sus hijas.

Cuando Arturo salió a la oscuridad, se topó con una escena

que lo dejó perplejo. Su esposa estaba acompañada de varios hombres, incluido

su amigo del comando. Estaba ensangrentada, y su mirada era ajena, casi

desconocida.

En ese momento, Arturo tomó la decisión de activar el máximo

nivel de seguridad, cerrando todas las entradas de la propiedad. Un miembro de

su equipo de seguridad salió corriendo hacia él, pero Arturo sabía que no

podrían salvarlo. Antes de que se diera cuenta, se vio obligado a eliminar

cualquier riesgo potencial.

Mientras los altavoces anunciaban que la seguridad estaba

completa, Arturo miró a su alrededor y vio a sus perros, leales compañeros,

tendidos sin vida en el suelo. Ya no reconoció a la persona con la que se había

casado, y sintió una mezcla de pena y alivio.

Su esposa reveló una verdad impactante: uno de los hijos de

Arturo no era suyo, sino el de su mejor amigo, Jezabel y su padre. Era un golpe

devastador para Arturo, quien no podía comprender la magnitud de la traición de

su esposa.

Ella le anunció con frialdad que esa noche él moriría frente

a sus hijas como castigo por haberse entrometido. Le recriminó su incapacidad

para jubilarse y alejarse de los peligros, para disfrutar de la naturaleza y

vivir en paz. La obsesión había sido su condena, y ahora él y su hermano se

encontraban atrapados en una red de amoríos y secretos que los había llevado a

este punto.

El mundo de Arturo se tambaleó ante la revelación. Su esposa

había planeado su muerte, y él se encontraba en una situación sin salida. La

noche se cernía oscura y llena de peligro, mientras Arturo enfrentaba su

destino con la determinación de proteger a sus hijas y descubrir la verdad

detrás de todo lo que estaba sucediendo.

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