Hermosa fiesta.

Melissa y Alexis salieron del lugar, antes de llegar a la Mansión, se quitaron todo no sin antes tomar una foto para el recuerdo.

Alexis estacionó el automóvil, y tomó a Melissa de la mano, ella se sentía tan bien, era como si el la cuidara, no le molestaba su gesto, llevarla de la mano.

-Esta es la Mansión de la familia de mi madre.

-Es verdaderamente hermosa.

Ambos llegaron a la puerta, ya los esperaban parte de las personas que ahí vivían, ellos los atenderán en su estadía.

-Buenos días, joven Alexis, lamentamos mucho la pérdida de su abuela, todos la queríamos mucho.

-Gracia s, ella es la señorita Melissa Evans, ella se quedará dos días aquí.

-Bien, les mostraré su habitación.

Melissa trago saliva, ellos pensaban que dormiría juntos, pero ellos no eran nada.

-La señorita Evans se quedará en la habitación a lado de la mía.

-Oh disculpe, creí...

-Bien por favor que bajen mi equipaje, gracias.

Alexis y Melissa veían las pinturas, todos los cuadros que eran antepasados de Alexis, el era el último de la familia, su abuela sólo había tenido una hija, al igual que su madre sólo lo había tenido a el.

El hombre que los guiaba, les explicaba la historia, de las personas de los cuadros, casi para finalizar el gran pasillo de los cuadros, Alexis vio primero la pintura de su abuela Mildred, era muy Joven cuando hicieron ese retrato de ella, tendría algunos 18 años, después estaba el retrato de su madre, Alexis se acercó, y al ver el cuadro, recordó a su madre, el sentía tanto dolor, la extrañaba tanto.

Y para terminar de sorprenderse había un gran retrato de el, hecho como si fuese antiguo.

-Que extraño, no recuerdo haber posado para este cuadro, pareciera reciente.

-Si abuela lo mando hacer, ella usó una foto suya.

-Oh sí debe ser.

Las personas que ahí vivían vestían diferente, pero Alexis no le dio mucha importancia.

Ambos se acomodaron en sus habitaciones, Melissa vio en un gran mueble, un guardarropa, eran vestidos antiguos, eran hermosos, quizá eran de la familia de Alexis, al tocarlos, ella vio algo, estaba caminando paso frente a un espejo, y ahí estaba ella, usando esas ropas, pero no era ella, era otra joven, pelirroja, ella tocaba su rostro, pues era algo muy real.

De pronto escucho que tocaban la puerta de su habitación.

-Sí, pase.

-Señorita hoy habrá una cena, la señora Mildred, organizaba un baile cada año, y pidió que cuando su nieto viniese, se hiciera, es sólo con los habitantes de la mansión.

-Pues no lo sé yo no traje ropa adecuada.

-Oh no se preocupe, ahí hay vestidos, con gusto la ayudaremos.

-Déjeme hablar con Alexis, y enseguida le aviso.

-El señor ya se está preparando, se está dando un baño, al igual que usted el ya tiene sus ropas preparadas.

-Oh bueno, entonces aceptó su ayuda, esa ropa se ve complicada.

Una de las mujeres al ver a Melissa, la ayudo a darse un baño, primero ella se negó, pero la mujer le explicó que así se usaba, la servidumbre te ayudaba a todo en aquel pueblo.

Después de un rato de negarse aceptó, pues le dijeron que Alexis también sería ayudado.

La mujer la ayudo a ponerse varias capas de ropa, era muy pesado, pero se veía como algo mágico, ella sentía como si ya hubiese visto esa imagen.

Ella eligió un vestido color salmón, su peinado fue decorado con una hermosa tiara, un collar y aretes a juego, no pudo evitar recordar las joyas que hizo que Alexis utilizará.

-Se le ve contenta.

-Si es que Alexis, es muy divertido, se burlara de mi seguro al verme.

Alexis al igual que Melissa no quería ayuda para bañarse, y no la aceptó, sólo para ponerse esas ropas que su abuela le pidió que usará para esa pequeña fiesta.

-Hay Mildred, que tanto planeaste para mí.

Pensó que gracias al cielo, había llevado a Melissa, ella seguro se divertiría al verlo.

Alexis terminó y fue a por Melissa, ella le dio el pase.

Al entrar a la habitación de ella, se quedó totalmente impresionado, Melissa estaba increíblemente hermosa, esas ropas le quedaban tan bien, ella parecía de otra época.

-Valla, pareces un Rey de verdad, esas ropas te quedan increíbles.

-Lo se, lo sé, me veo bien verdad.

-Hay que pesado.

-La verdad es que te vez, wow increíble Melissa, esas ropas te van bien.

-De verdad, creí que tu te burlarias de mi.

-No, enserio te vez muy bien, de verdad.

Él le ofreció su brazo, para llevarla a la fiesta, la mujer que ayudo a Melissa a arreglarse, derramó unas lágrimas, Melissa se quedó extrañada, porque lloraba.

Pero ambos salieron a la fiesta, al llegar a las escaleras, para bajar a la pista de baile, donde ya estaba decorado, había comida, bebida, era hermoso.

Al llegar a las grandes escaleras, las personas aplaudían, ellos eran una hermosa pareja.

-Creo que piensan que salimos o algo no crees.

-Déjalos, y disfruta, es una fiesta.

-Bien, vamos a probar esos postres, se ven mmm deliciosos.

Alexis y Melissa comieron, y bebieron, todo era delicioso, el sentir aquellas personas eran amables, se presentaban con ellos, hacían reverencias, como si ellos fueran príncipes, o algo así, después de algunas copas de vino, ambos se dejaron llevar.

Alexis tomó a Melissa y la llevo a la pista de Baile, si saber muy bien como, o por que, comenzaron a danzar, era una danza antigua, ninguno de ellos bailaba, pero era como si recordarán el baile a la perfección, Alexis la llevaba fácilmente, y ella lo seguía, como si esa no fuera la primera vez que bailarán juntos, al terminar de bailar, las personas aplaudían, aquello era hermoso, como si las personas los amaran, pero ni siquiera los conocían, Alexis que ya se sentía bebido, llevo a Melissa a su habitación, pues el ya sentía sueño, casi al llegar al cuarto de Melissa, ella resbaló de sus manos, así que el la cargo en sus brazos, ella se abrazó a el, su rostro lo puso en el cuello de Alexis, el sentía su respirar, era tan agradable.

Entró a la habitación, y la llevo a la cama, la recostó y cubrió con las colchas, pues hacía frío, encendió la chimenea, y escucho que ella lo llamaba.

Al acercarse ella le pidió que no la dejará sola.

-Por favor querido, quédate a mi lado, te he extrañado tanto.

Alexis escuchó como si ella hablará con otra voz, pero era una voz que el recordaba, pensó que era el vino, y se quitó el saco, los pantalones y la camisa, al ver a Melissa, le quitó el vestido, debía ser doloroso tener eso tanto tiempo, desajusto los listones, y el vestido sedio, luego un corsé, al ver que no podía abrirlo, lo termino rompiendo, así la dejo en su ropa ligera, los cubrió, y se entregó a su sueño.

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