Una broma.

Melissa lo invito a cenar, Alexis acepto, pues quería hablar con ella.

Ambos cenaron, el le pregunto que si querría hacer el viaje en carretera con el.

-Pues no lo sé, no quiero molestar.

- No me molesta, así nos haremos compañía, de regreso te enviaré en un automóvil, con un chofer.

- Gracias, creo que sería bueno.

-Después de cenar, Melissa lo invitó a ver una película, ella no sentía sueño, el aceptó.

-Bien, aquí están las palomitas.

-Que película veremos Melissa.

-Acción, que te parece.

-Creo que ibas a decir romántica.

-No, la verdad me llama la atención las historias de época, combate, o de matanzas, que extraña No?

- No, creo que eres increíble.

Melissa se sonrojó, el decía cosas que a ella la descolocaban.

Ambos se sentaron en el sillón, y de pronto sintieron sueño, se quedaron profundamente dormidos.

Alexis como casi cada noche se soñaba volando, y después de un rato veía a ala hermosa ave de fuegos azules.

Pero esta vez al verla era atacada por el ave de fuego negro, enorme Fénix de oscuridad, el trataba de acabar con ella.

Alexis despertó sudando frío, el vio que seguía al lado de Melissa, ella estaba sudando, parecía tener una pesadilla, su cubría, entonces el la despertó, ella respiró pesadamente.

-Que sucedió.

-Creo que tenías una pesadilla.

-Oh gracias, ya casi son las 6 am nos quedamos dormidos.

-Si, yo iré a mi casa, por mis cosas y darme un baño, vendré por ti en 2 horas.

-De a cuerdo.

Alexis le dio un dulce beso en la mejilla.

-Nos vemos en un rato.

-Si, si Adiós.

Melissa cerró la puerta y pego su espalda a ella, se deslizó hasta el suelo, valla, ese hombre la hacía sentir cosas extrañas, a su lado se sentía protegida, cuando se iba, sentía como si algo le faltaba.

Ella se dio un baño y sacó su maleta a la sala, llevaba pocas cosas, sólo estaría ese día y el domingo por la noche regresaría.

Después de un rato, tocaron a su puerta.

Al abrir vio a Alexis condenadamente guapo, el iba con un look fresco, una camisa blanca con las mangas dobladas, sus brazos se marcaban, un pantalón de vestir que sólo resaltaba esas piernas ejercitadas, el era toda una fiesta a su vista.

-Que te sucede.

Pregunto Alexis al ver que se quedó muda.

-No nada, yo estoy pensando si no olvide nada.

-Bien, sólo llevarás esto?

-Si, sólo estaré hoy, y mañana regresaré.

-Bien, entonces cierra vámonos.

Ambos iniciaron el viaje, Alexis tendría que quedarse en una de las casas de Mildred, era una Mansión que más parecía un castillo, perteneció a sus antepasados, y paso de generación en generación, era habitada por pobladores que se encargaban de su cuidado, pero había habitaciones especiales que la familia usaba en sus visitas, la cláusula de Mildred decía claramente que Alexis, tenía que quedarse una semana en aquella Mansión, en esos días el debía hacer una revisión y control de documentos, pinturas, revisar todo el lugar.

Mildred sabía bien por qué lo hacía, deseaba que el supiera todo de sus antepasados, por eso la cláusula.

-Y dime Melissa.

-Mely por favor, creo que somos amigos, y excepto en la oficina, aquí podemos ser menos formales.

-Muy bien, Mely, donde vas a alojarte.

-Llegaré a una posada, hay una muy cómoda, la casa en la que vivía ya la rentaron a otro inquilino, y como sólo vengo por dos días, estará bien.

Alexis la quería cerca de el, cada vez sentía más la necesidad de que ella no se alargará de el.

-Yo voy a quedarme en la Mansión de mi abuela, es como un castillo, si quieres puedes quedarte ahí, hay lugar de sobra.

-De verdad! un castillo?

-Si, la verdad no se la necedad de Mildred de quedarme ahí, igual vendré todo, no tengo tiempo ni interés de quedarme ahí.

-Pues sólo si no es una molestia, aceptó gustosa, será interesante conocer el lugar.

Todo el camino ellos hablaron, rieron, hicieron una parada en un centro comercial que estaba a unos minutos del pueblo.

-Muero de hambre, quieres una hamburguesa.

-Que delicia, si, si quiero.

Alexis pidió una hamburguesa sencilla papas y refresco, Melissa pidió una hamburguesa doble carne, papas grandes un refresco, unos nuguets y pay de limón.

Alexis se dio a carcajadas.

-De verdad vas a comer todo eso.

-Sí, tengo mucha hambre, no me juzgue.

-Jajajá a no te juzgo, es gracioso, eres delgada, y comes muy bien.

- a que te refieres, soy muy delgada, rayos no tengo buenas curvas, es eso?

Alexis se sintió apenado, era .as que obvio que ella era perfecta, tenía curvas en los lugares necesarios, ella era perfecta.

Melissa comenzó a reír.

— Estoy bromeando, debiste ver tu cara.

-Discúlpame es que no fue mi intención decir...

-No te preocupes, soy feliz con mi cuerpo flacucho.

-No, la verdad es que eres muy hermosa, tienes un bello cuerpo, bien proporcionado... Rayos ya debo dejar de hablar.

Melissa reía de su nerviosismo, el parecía un jovencito, podía provocar miedo con una sola mirada, pero con ella el era tan relajado.

-Quieres hacer algo divertido Melissa.

-Que Se te ocurre Alex.

-Tenía una tradición con mi abuela, ambos buscábamos algo vergonzoso para el otro, una camisa, una gorra, unos lentes, lo más ridículo que encontrar a uno el otro debía usarlo.

-No lo sé.

-Bueno si la joven Melissa tiene miedooo!

-Está bien señor Redder, vamos a hacerlo, pero tendrás que usar lo que compre, entendido?

-Claro, es un trato.

Ambos chocaron sus manos, y de pronto se vieron a los ojos, era como si ambos se hipnotizaran sus hermosos ojos, al separar las manos, respiraron, y fueron a lo suyo.

Primero Melissa encontró una corona de niña con diamantes rosas, un par de aretes falsos también con piedras rosas, y un collar a juego.

Después Alexis encontró unos traje de Vaquero country, gran sombrero color café, un mostacho, chaleco y pantalones simulando la piel de una vaca, blanca con manchas negras el reía u ni siquiera se lo había puesto, se encontraron en la fuente, y a vestirse, cada uno, Alexis se veía adorable con sus joyas, y Melissa tan varonil con sus atuendos vaquero, ambos reían a carcajadas al verse, la gente los veía y ellos jugaban, el se sentía tan feliz a lado de Melissa, hacía mucho no reía así con nadie, no quería separarse de ella.

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