Kristen desconcertada lo observó unos segundos y después le contó que ese día su grupo había acordado en realizar una reunión ese día en la universidad.
El joven se aparto algunos de los mechones oscuros que le caían al rostro, sus ojos completamente negros la analizaron unos segundos y con un tono de voz rasposa pero a la vez suave le pregunto:
– ¿Y porqué solo estás tú si se supone que es una reunión?(su tono se vuelve algo burlesco) ¿O tienes amigos imaginarios?.
Esa última pregunta logro molestar a la joven que, enfurecida, le explicó un poco su situación. Le dijo algo exaltada que algunos de sus compañeros y ella habían acordado reunirse ahí.
El chico solo se vio aún más confundido y luego interrumpió el discurso casi a gritos de Kristen.
– ¿Me podrías hablar en castellano? Es que no puedo entenderte en histérico – le dijo sonriente–.
Las mejillas de Kristen se colorearon de rojo por la vergüenza; se tranquilizó y reduciendo su tono a uno más suave y calmado se disculpó.
Ambos se quedaron en silencio unos segundos hasta que una nueva sonrisa apareció en el rostro del joven hombre acompañada con el mismo tono juguetón de antes.
– Entonces ¿me permitirías quedarme a esperar contigo? Solo será hasta que tus amigos lleguen y después te dejare en paz.
La chica estaba algo nerviosa y muy poco segura sobre dejarle o no quedarse con ella pero al final, estando convencida de que sus compañeros aparecerían pronto, le dió un asentimiento con la cabeza y él enseguida tomo asiento a dos bancas cercas de la suya.
Permanecer en silencio se estaba haciendo común en esa incómoda situación y pese a que ella estaba intentando de mantenerse tranquila, distrayendo se con cualquier cosa que encontrará en el aula, no podía estar ajena a la otra presencia que esperaba con ella.
Eso no se debía a que el muchacho estubiera siendo molesto y ruidoso, al contrario, se encontraba completamente en silencio tanto así que le daba la sensación de estar completamente sola en el lugar pero sabía que no era así.
Silenciosa, giro levemente el rostro a su lado izquierdo para saber qué era lo que estaba haciendo el chico que lo mantenía tan callado. Para su sorpresa este solo se mantenía entretenido jugando con algunas puntas de lápices que había encontrado en su mesa banco.
Viendolo mejor de perfil podía notar que era un chico apuesto. Su cabello y ojos eran muy oscuros pero tenía cierto brillo en ellos y las hebras de su cabello daban la impresión de ser suaves al tacto. Sus facciones eran finas pero no perdían el porte masculino.
En general se trataba de un chico que no podía pasar desapercibido ya sea por su buen atractivo físico o por su extrovertida y aparentemente atrevida personalidad pero aún así no recordaba haberlo visto alguna vez dentro de la universidad.
Aparto la mirada justo antes de que el la encontrará mirándole cuando noto que él había dejado de jugar con las puntas y parecía debatirse internamente por algo.
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