Él se dispuso a tratar de hablar con Kristen para deshacerse de la incomodidad. Hablaron de varias cosas banales por un buen tiempo sin tocar la información muy personal de sus vidas. El apuesto muchacho le hacia sentir como si estuviesen en una especie de videojuego en el que el ya había alcanzado el nivel dios con su encantadora mirada.
Pasada ya la hora entre risas y charlas ambiguas hubo una pausa y en menos de 5 segundos el silencio se apodero del lugar de nueva cuenta. El joven observo un reloj con el marco carmesí que colgaba de un clavo mohoso clavado en la pared color celeste, sonrió ligeramente al mismo tiempo en que miro a la mujer a su lado conectando sus ojos negros con los castaños, y con su ya característico tono hablo.
-- No creo que alguien valla a venir hoy. Ya son las 10:00 y aun no hay rastro de alguien mas aquí. Talvez cancelaron la reunión y no te diste cuenta, o a lo mejor incluso se les pudo haber olvidado avisarte.
Kristen no respondió al instante formulándose millones de posibles ideas de lo que pudo haber ocurrido. La situación era extraña e incomoda y aquel hombre podía estar en lo cierto. Pudieron haber cancelado o a lo mejor algo mas había pasado.
Estaba decidida a preguntárselo a su amiga en cuanto llegara a casa pues seria algo muy vergonzoso si lo preguntase por el grupo y resultara que ella había sido la que se había equivocado. Antes también había sacado el celular de su bolso para releer el mensaje pero se dio cuenta que el día anterior lo había dejado con muy baja batería y por la noche se había terminado de descargar por lo que, ahora se encontraba muerto.
Suspiro aun sin responder y observo por la ventana el asombroso cielo gris que en lugar de despejarse había adquirido un tono mas oscuro. Las hojas de los arboles se agitaban no muy bruscas pero mas de lo normal cuando la brisa soplaba contra ellas.
-- Creo que tienes razón. Así que será mejor que me valla y aclare este asunto.
Se levanto de aquella incomoda silla y tomando el bolso que abia abandonado en la banca de a lado se dispuso a salir por la puerta no sin antes despedirse del chico. Estaba por llegar a la salida del aula cuando escucho como el pelinegro se levantaba de su lugar y se acercaba apresurado hacia ella.
No le tomo importancia imaginando que el también se iría a su casa pero este la sorprendió tomándole del brazo.
Alarmada y sorprendida se giró veloz hacia atrás para encarar al hombre que la sujetaba y este pareció notar su agitación pues la soltó de inmediato.
- Lo siento, no quería alarmante. Es solo que yo también voy de salida y quería saber si podía acompañarte -Estaba nervioso-. Claro, solo será por un tramo del camino.
Kristen lo observó sigilosa pero decidió aceptar la oferta del chico, después de todo no lo llevaría demasiado cercas de su hogar y a esa hora ya abría muchas personas en las calles.
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