8|Gato de Malvaviscos

Los ojos de Kristen en algún momento se encontraron con los de Adam mientras abia estado recorriendo con la mirada los alrededores, y por lo que noto, parecía como si este hubiera estado haciendo lo mismo que ella.

A diferencia de lo que se esperaba y sorprendiendoce a si misma, Kristen le regaló una sonrisa a su acompañante y este le respondió de la misma manera.

Adam y Kristen conversaron un poco sobre sus vidas, mayormente las cosas que les gustaba hacer en sus tiempos libres, mientras esperaban a que les trajeran sus órdenes.

Poco después el mismo mesero que los había atendido al principio se acercó con sus ordenes y comenzó a acomodar los platillos en la mesa para después retirarse luego de que ambos le agradecieran.

Kristen observo su platillo sorprendida y confusa. Lo que ordeno le pareció algo familiar a lo que había comido comúnmente. Adam noto su curiosidad y le explicó que el Tonkatatsu era una milanesa de chuleta de cerdo revisada en pan rallado Japonés y frita.

Ella le sonrió pero siguió distraída con la comida.

– ¿Esto no es un platillo más bien japonés?

– Eso pensé yo también, pero no lo digas en voz alta–Se rio–. Mejor dejemos que no piensen que sabemos algo.

Una discreta risita escapo de los labios de ella tratando de hacer que ninguna de las personas que trabajan ahí se dieran cuenta que estaban hablando de su comida.

Volviendo a dirigir su atención a la mesa, más específicamente, los platos y demás cosas colocadas enfrente de ella, se dió cuenta de dos cosas: 1- Su bebida no era como ella se las había pedido y 2- ¿Eso era un gato?

El café consistía en una taza blanca con café negro y en su interior flotaban tres bombones que simulaban ser la forma de un gato ¿ahogándose? O más bien nadando dentro de el. Dos más pequeños eran las patas del supuesto animalito y el tercero más grande, la cabeza; los ojos, nariz y la boca estaban hechos con trozos de chocolate.

En si era el café más adorable que había visto en su vida y le gustó mucho el detalle con el que fue elaborado pero ahora había un problema en ello. No sé creía capaz de poder beberlo con ese adorable gatito en el centro. Se veía cruel aunque supiera perfectamente que solo se trataba de algo inanimado.

Al ver su expresión y talvez descifrando su debate interno entre tomarlo o no tomarlo, Adam solo sonrió levantando su propia taza hasta su boca y dar un sorbo a su bebida caliente. Luego de que Kristen dejara de sorprenderse por cada cosa a la que veía y decidirse por fin en tomar de su propio café (con un leve dolor pinchando en su corazón, pidiendo disculpas internas al minino de bombones), ambos terminaron sus comidas pero ninguno de los dos dejo su lugar decididos a retomar un poco más las charlas de hace unos momentos atrás.

El ambiente era tranquilo y agradable pero ya había pasado un tiempo desde que habían llegado y no podían quedarse ahí para siempre.

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