🗨️ Angélica estuvo en el castillo por un mes, debían buscar un lugar más seguro, para ella era muy difícil salir y entrar si ser visualizada desde lo lejos, corría el riesgo de ser vista por Amelia y aún no estaban seguros de que Maritza estuviera lejos.
En ese corto tiempo, pudo recorrer cada rincón del castillo de la mano del príncipe, quién le mostró muchas de las riquezas guardadas en cuartos ocultos, riquezas que bien administradas podrán sostenerla por mucho tiempo.
Fausto preocupado por la seguridad de Angélica, que para él es lo principal decide que deben cambiarse a otro sitio por eso la guía por un túnel ubicado en dirección contraria al usado para escapar de Amelia.
Este la lleva a una casa ubicada en cercanías del pueblo al otro lado del castillo, cerca al nacimiento del río, con un bosque no tan frondoso pero muy bonito. Allí puede comenzar de nuevo, nadie la conoce, del otro pueblo nadie puede pasar más allá del castillo por temor a la maldición.
La casa no es tan grande es de dos niveles, en el primer nivel una sala más pequeña comparada con la casa de Amelia, cocina comedor, con unos bonitos acabados, la biblioteca es mucho más acogedora y ordenada, el sótano tiene estantes para guardar los alimentos, tiene un patio de ropas y los acabados de la fachada de la casa no están tan descuidados.
En el segundo nivel tiene 5 cuartos, los baños son mucho más modernos y con mejores acabados, igual tiene un balcón que rodea la casa como la del otro lado.
En unas semanas la casa estuvo renovada, Angélica socializa con los habitantes del pueblo, compro todo lo necesario y vive con muchas más comodidades de las que podría tener con Amelia. El príncipe aparece y desaparece ha visitado a Amelia en varias ocasiones dejándole dinero y cosas necesarias para que no pase necesidades y Angélica pueda estar tranquila, pero sus rondas están por terminar, su estado está cambiando.
Han pasado seis meses y Angélica lleva una vida tranquila, sus gastos son mínimos, Fausto le provee necesario, pero hoy su vida empezará a cambiar.
Mientras Angélica está concentrada organizando su cuarto es sorprendida al ver la puerta abrirse
Angélica: ¿Desde cuándo abres puertas para entrar? Tú atravesabas las paredes.
Fausto: muy bien dicho atravesaba las paredes, ya no puedo hacerlo, lo he intentado y he tenido algunas estrelladas, por fin entendí que ya no soy plasma ahora tengo huesos y un poco de carne, es más te puedo decir que siento hambre.
Angélica: bueno eso quiere decir que estás volviendo a ser humano, el problema es que después de siglos sin comer querrás comerte todo lo que encuentres en la cocina, mientras no quieras comerme a mí.
Ahora podrás acompañarme en la mesa y ya todos podrán verte, dejaré de ser la loca que habla sola, como nadie te conoce será más fácil que vayas hasta el otro pueblo y hagas las compras.
Fausto: seguiremos comprando las cosas aquí, no iremos al pueblo vecino, eso sería correr riesgos innecesarios
Angélica: si, esta bien, tienes razón, pero ahora podrás ir conmigo. ¿Puedo saber algo?
Fausto: siempre voy contigo, que los demás no me veian era otra cosa, dime ¿qué deseas saber?
Angélica:¿Cuál es la verdadera historia de Amelia?
Fausto: ¿te preocupa su situación no es Así?
Angélica: Claro ella me acogió en su casa y me dio cariño, la extraño.
Fausto: entonces será mejor no contarte nada, no quiero que la odies.
Angélica: ¿Así de grave es?
Fausto: puede ser, hizo algunas cosas que pusieron en peligro la vida de mucha gente.
Angélica: ¿y en eso que tuvo que ver mi madre?
Fausto: Elena era hija, hermana o algo así de Maritza, en fin son familia eso lo descubrí muchos años después, pero se criaron separadas, cuando se encontraron de nuevo su rivalidad renació y lo mismo pasó entre Amelia y tu madre, Amelia aunque siempre lo tuvo todo, enviaba la facilidad de tu madre para aprender y avanzar, por eso trato de desaparecerla con magia, pero tu abuela se interpuso y envío a tu madre lejos, aun así Amelia continuó intentando y en cierta ocasión probó con algo muy fuerte y al no usar la debida protección lo que hizo fue esparcir la magia por todo el pueblo, dejándolo detenido en el tiempo, los años han pasado y llegaron nuevos habitantes que no saben nada sobre el pasado, pero los nativos del pueblo no pueden salir de él y si salen se desvanecen con el viento en unas horas.
Angélica: por eso ella y mi madre se odian y por eso el día que fue conmigo a la ciudad se puso tan mal.
Fausto: no creo que tu madre la odie, ella siempre supo que su descendencia era otra.
Angélica: ¿ella hacía parte de la descendencia de Elena?
Fausto: si, pero a pesar de eso siempre quiso a Amelia hasta que por culpa de ella, tuvo que salir huyendo como si hubiera hecho algo malo y llegar a un mundo distinto sin saber qué hacer, para su desgracia cayó en un falso mundo lleno de apariencia y extravagancias y se casó con un hombre con el corazón vacío que únicamente vive de apariencia, llegó al punto de usar el apellido de tu madre para hacer pensar al mundo que había nacido en una familia con decencia de reyes.
Angélica: ¿y a mí por qué me odia?
Fausto: a ti no te odia, pero si envidia por tus capacidades y por todo lo que lograste en poco tiempo. Además en ti hay un poco de magia que ella nunca tuvo, recuerda que eres familia de Maritza.
Angélica: por eso no quisiste que ella supiera que te escuchaba.
Fausto: si, ella temía que yo te dijera todo, además el viejo mago dijo que tú posees una magia muy poderosa, tanto para el bien como para el mal.
Angélica: yo no tengo ninguna magia, quizá conocerte solo estaba en nuestros destinos, pero nada más.
Fausto: ¿tienes alguna otra duda? Tengo hambre.
Angélica: ¿y qué come un príncipe?
Fausto: lo que me quieras dar
Angélica: bueno en mi último viaje al pueblo, compre alguna carne, creo que te gustara.
Fausto: ¿te ayudo?
🗨️ Mientras Angélica prepara la cena, Fausto vuelve al castillo, en sus fantasmales viajes vio algunas cosas que les servirán ahora que va recobrando su vida.
Al regresar del castillo, Fausto tenía un par de propuestas que hacerle a Angélica, había encontrado muchas cosas, se podía decir que tendrían la vida resuelta.
Angélica: ¿en qué tanto piensas?
Fausto: estaba pensando qué en la ciudad cercana hay un par de casas propiedad de la familia ¿no te gustaría ir a vivir ahí?
Angélica: sería una buena idea, además quisiera hacer algo útil con mi vida, estudiar, trabajar, me imagino qué tú también deseas iniciar algo distinto.
Fausto: si, eso es justo lo que estaba pensando, necesitamos invertir el oro y los tesoros de la familia para aumentarlos, la idea del castillo embrujado ha preservado nuestra fortuna, pero es hora de ponerla a producir.
Angélica: si, pero lo primero será actualizar tu imagen y para eso debemos ir de compras, debemos ponerte ropa acorde a esta época y hacerte unos retoques
Fausto: haré todo lo que digas, ahora quiero irme a dormir.
Angélica: el príncipe se ha cansado de recorrer el castillo a pie, mejor te arreglaré un cuarto.
Fausto: No te burles, caminar no es tan agradable como flotar.
🗨️ Entre risas y con nuevos objetivos en mente Fausto volvió a dormir en un cuarto con una forma diferente, ayudó a Angélica a organizar la cama y se miró al espejo por un largo rato.
Angélica: ¿qué tanto te miras?
Fausto: ¿De verdad te parezco guapo?
Angélica: cuando vivamos en la ciudad te darás cuenta de lo bien que te ves.
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Comments
Chimy🤭❤️
Mi vida
2023-05-02
4
Chimy🤭❤️
Jajajaja deja a mi bb 🥺😅
2023-05-02
1
Chimy🤭❤️
En un momento serio sale con q tiene hambre 😋😁😁
2023-05-02
4