No eres feo

🗨️ Al día siguiente al despertar encuentra nuevamente una nota y varias rosas.

Os pidoPerdón por alejarme, por ser cobarde y por salir huyendo, pero no quiero que me veas, no soy agradable, mi figura no es digna de ser vista, mi alma se entristece al pensar que te alejaras de mi al verme, si por lo menos pudiera regresar a mi forma normal, pero no, estoy atrapado en esta figura sin forma, disculpame por alejarme, pero no me siento digno de ser observado.

🗨️ Angélica sintió pena por fausto, se comparó con él, recordó lo que ella sentía al ser rechazada por su familia y cuando la encerraron para que no los dejara en vergüenza pública por su físico, así que decidió que era hora de devolverle un poco de lo que él le había brindado.

Angélica: ¿Y quién te ha dicho a ti que eres feo? Eres un ser como cualquier otro, pero te entiendo, hay personas que nos hacen creer que no valemos, recuerdas cuando vino mi madre y mi hermano, que se burlaron de mi figura, pues al igual que tú, yo también me sentía fea, no digna de ser observada, pero aquí me reencontré y empecé a preocuparme menos por cómo me veo, ahora lo importante es como me siento, que puedo brindar, antes de que voy a recibir, así que no acepto que te alejes, recuerda que tenemos muchas cosas pendientes.

-Después de semejante sermon el príncipe quedó pensativo y Angélica fue a darse un baño, sentir que el agua cae sobre su cuerpo, es realmente placentero, una sensación que ya había olvidado.

Cuando terminó de organizar su cuarto, bajo y se encontró con Amelia en la cocina, en ese momento no llevaba el anillo puesto de repente sintió como desde atrás le dan algo que se puede llamar un abrazo, pero no veía los brazos que la sostienen y el anillo apareció frente a ella. 

Angélica: ¿quieres que me lo ponga? 

-Extendió su mano y el anillo fue puesto en su dedo, al darse la vuelta ahí estaba él, con una tímida sonrisa, Angélica sonríe, ahora podía verlo un poco más, levantó su mirada y ya no era triste, Angélica podía decir que el tono del color de sus ojos era mucho más claro, extendió su mano y le dio un suave toque a su mejilla. 

Angélica: Te puedo decir que no eres nada feo, un poco flaco, pero es qué, llevas no se cuantos siglos sin comer, es lógico tu estado, pero de resto eres en el mundo normal donde no hay príncipes, ni princesas, un hombre bastante guapo. 

-Fausto nuevamente sonrió y Angélica estuvo satisfecha, era bueno saber dónde estaba. 

🗨️ Amelia esperaba junto a la refrigerador que Angélica le diera indicios de lo que estaba pasando. 

Angélica: que pena tía, lo que pasa es que el anillo que me entregaste ayer, me permite ver un poco a Fausto, el día que me lo entregaste pude verlo un poco y traté de acercarme a él, pero salió corriendo y desapareció hasta ayer en la noche que me decidí quitármelo, hace un rato antes de bajar tuvimos un sería discusión, bueno hable yo, él únicamente escucha.

Me escribió una nota en donde explica la razón de su poca presencia en ellos últimos días, no deseaba ser visto por su fea imagen, pero a mí no me parece feo, es más se parece al tío Francisco, te acuerdas de él. 

Amelia: como no recordar al tío Francisco, si fue el único que defendió a tu abuela de las ofensas de tu madre, pero él no era feo, las mujeres siempre andaban detrás de él, tenía un cabello negro, un perfil bastante llamativo, ojos marrones, unos labios que provocaban ser besados y era flaco, bastante flaco, él nos hacía correr por toda la casa tratando de tallarnos con el codo. Era tremendo. 

Angélica: bueno pues el príncipe Fausto se parece mucho a él, creo que no tiene mucho conocimiento del término diferentes bellezas, pero creo que la principal es que tiene un corazón muy noble, sin él no estaríamos poniendo la casa bonita. 

🗨️ Y es que a estas alturas la casa ya se ve mucho mejor, toda la fachada de la casa fue pintada de un hermoso color palo de rosa, las puertas, ventanas y las rejas del balcón están siendo terminadas en un tono verde bronce, que la da un toque de elegancia al lugar. 

Las dos mujeres desayunaron y se pusieron en las labores de la casa, Angélica tenía una inquietud y le preguntó a su tía. 

Angélica: tía ¿qué más te dijo el mago al que visitaste, no creo que te haya pasado el anillo y ya. 

Amelia : me dijo muchísimas cosas, pero no se si estás preparada para escucharlas. 

Angélica: ¿qué tan grave puede ser?

Amelia: ¿hasta dónde estás dispuesta a llegar con todo esto, que harás si logras que el príncipe recupere su vida original? 

Angélica: pues no lo sé, no había pensado en eso, solo quiero ayudarlo. 

Amelia: bueno, entonces piénsalo y cuando lo sepas, retomamos la conversación. 

🗨️ Los días continuaron, Angélica estaba tan concentrada en mejorar la casa, que se olvidó de la conversación con Amelia, Fausto le ayudaba en lo que podía, eso sí ahora compartían un poco más, también iban al río y se divertían con el agua, si alguien normal lo hubiera visto, diría que Angélica, había perdido la razón, en la biblioteca jugaban juegos de mesa, también empezó a contarle historias de su época, bueno se las escribía y ella las leía. 

Las lluvias volvieron y las idas al río fueron canceladas, los días en casa llevaron a angélica al sótano era el único lugar al que no le había prestado atención, estaba lleno de muchas cosas viejas, así que era hora de mirar que cosas serivian y cuales deberían botar. 

Angélica: tía esa cantidad de cosas que hay en el sótano ¿tienen alguna función?

Amelia: sí claro, cumplen la función de ocupar espacio en el sótano y de ocupar tu tiempo sacándolas en este invierno. 

Angélica: tía no te burles de mi, solo no puedo quedarme quieta, me gusta voltear la casa patas arriba y luego ponerla en un nuevo orden. 

Amelia: cuántas veces debo decirte que puedes hacer lo que quieras, sé que te aburre el estar quieta, te has acostumbrado a correr por el bosque y jugar en el río, el encierro en invierno te debe parecer muy aburrido.

Te ayudaré a sacar las cosas del sótano, creo que ese espacio nos servirá para ordenar lo que va sobrando de los arreglos, además creo que tenemos algunas cosas útiles para decorar guardadas allá, pero primero vamos a desayunar.

Angélica: es cierto, me levante muy acelerada esta mañana. 

Amelia: tienes energías acumuladas, por fortuna acá dentro encontrarás algo por hacer.

Angélica: si tiene razón. 

Amelia: ¿y tu compañero de juegos, donde anda?

Angélica: no tengo idea, hoy tendré que trabajar sola. 

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