Regreso

Capítulo 2: Regreso.

En una de las cuantas habitaciones del hospital Garrahan, una de las camas era ocupada por una joven de cabello rubio y largo pero un poco descuidado, que en ese momento estaba siendo examinada.

–¿Presión arterial?

–Normal.

–¿Ritmo cardiaco?

–Normal.

–¿Respiración?

–Normal.

–¿Actividad cerebral?

–Poca, muy por debajo de la normal.

–De acuerdo, enfermera Martínez anote en el registro paciente 24456, nombre Elizabeth Alondra Ricci, presenta una aparente recuperación de sus intervenciones quirúrgicas anteriores, pero su estado de aún

es del coma activo, sin indicios de posible abandono del mismo.

–Si Doctor.

–Tome una muestra de sangre para prueba de conteo de leucocitos, glóbulos rojos, en fin una prueba de rutina.

–De inmediato, enviaré la muestra al laboratorio.

–Lo demás ya sabe cómo hacerlo, llama a los enfermeros para que la bañen, la vistan

y luego la alimenten.

Si Doctor.

Al terminar de tomar la muestra de sangre, un par de enfermeros entran para desconectar con cuidado las sondas que mantienen alimentada a la joven Elizabeth Ricci para luego llevarla a la zona de lavado para su debido aseo personal. Al ser pasada las 4 de la madrugada, las agujas del encefalograma empezaron a moverse cada vez más deprisa, en la recepción, en un pequeño panel de control... una luz azul intermitente alertaba sobre la reciente actividad, a un par de enfermeros que se encontraban de guardia.

–Busca en la base de datos, a cuál paciente corresponde al número 24456, habitación 311

–Dame un momento–pidió una enfermera a la otra–aquí dice…. ¡Oh por Dios!

–¿Qué sucede?

–Es ella… ¡El paciente 24456 corresponde a la joven Elizabeth Ricci!! Finalmente, despertó, rápido llama al médico de turno... yo voy a su habitación–gritaba exaltada al mismo tiempo que subía hacia la habitación 311

Al entrar la enfermera logra escuchar pequeños quejidos y gruñidos, al encender la luz la joven Elizabeth se estaba revolcando en su cama, el doctor de turno entra corriendo con otra enfermera, al acercarse con una linterna ilumina los ojos de Elizabeth los cuales reaccionaron dilatando las pupilas, hasta punto de que abrió los ojos por su cuenta mirando de un lado al otro, pero solo puedo ver la imagen borrosa de tres figuras que gradualmente se aclararon hasta distinguir a un hombre y dos mujeres parados a sus alrededor, aunque intentaba hablar y

moverse con más libertad no podía.

–Escuche señorita Ricci no se asuste, no puede pronunciar palabra porque sus cuerdas vocales no las utilizó en mucho tiempo, pero con los minutos poco a poco ira recuperando la voz, al parecer algunos de sus músculos están atrofiados por el mismo motivo, pero también recuperará el movimiento.

Ella solo lo mira.

–Si me ha entendido solo mueva la cabeza

–La joven con un poco de dificultad asintió

–muy bien… Continuo hablando el médico

Lo que le voy a decir es una noticia fuerte, así que le pido que me escuche con atención, joven Elizabeth, usted permaneció en coma por un periodo de 2 años debido a un accidente del cual se salvó milagrosamente y….

La joven no entendía absolutamente nada, de pronto sus recuerdos sacudieron su mente. Ella estaba agonizando frente a su mejor amigo y cuando este sin remordimiento alguno le disparaba a sangre fría. Necesitaba respuestas por lo ocurrido y como es que estuvo dormida durante tanto tiempo.Por las emociones que corrían por todo su cuerpo involuntariamente la joven comenzó a tener una especie de convulsión haciendo que algunos cables que estaban conectados en su cuerpo se desconectaran. Quería gritar con todas sus fuerzas,

pero de su garganta no salió sonido alguno.

–Deprisa un sedante, hay que tranquilizarla, pero que la dosis sea leve, para ella sería una injusticia volverla a dormir después de haber despertado.

–Enseguida doctor Robinson.

La inyectaron logrando tranquilizarla por completo.

–Enfermera Mc Allister vaya e informe al cirujano de guardia para que preparen el quirófano. Ya es momento de retirarle la sonda de alimentación, por lo que solo es una intervención menor.

–Si doctor–la mujer sale de la habitación.

–Enfermera Torres –llamando a la segunda asistente–, notifique a los familiares de inmediato.

–Pero doctor, según había leído en su expediente, su madre falleció unos meses atrás y su padre es un caso distinto y en cuanto a su hermana, bueno, usted sabe que es de público conocimiento su exilio de esa familia.

–Si tiene razón enfermera, viéndolo de esa forma, busque en el registro de visitas y llame a la

última persona que vino.

–Si doctor.

Ambos abandonar la habitacion luego de verficar que la joven se encontraba dormida Pero su despertar provocaria que mas de una persona quisiera acabar con ella de una vez por todas.

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El principio del fin

Mosca muerta.

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