Ovarios

Capítulo 14: Ovarios

Por primera vez en muchos años, padre e hija se habían sentado a conversar como "seres civilizados"por pedido del gran patriarca de la familia. La situación había llegado a un límite en el que pobre anciano se tocó la cabeza del estrés que le había dado en ese momento, así que luego de presenciar como su hijo y nieta se vociferaban como dos bestias y algún que otro objeto volaba hacia quien sabe donde, el patriarca espero a que ambos sacaran los trapitos al sol y cuando los noto más calmados opino en voz alta que tenía ganas de tomar el té y el par concordo con el ,asi que el trio salio del comedor para ir hasta la sala de estar ¡Realmente ellos lo necesitaban!

-Johanna!... ¡Johanna! El anciano gritaba a toda voz el nombre de su fiel empleada

De pronto la señora Valle apareció agitada en la sala de estar y pregunto

-Si ¿señor? ¿Qué necesita?

-Johanna, haznos el favor de traernos, unas tazas de té y ¡Que sean de tilo! Necesitamos que se nos baje los nervios.

El anciano miró a su nieta e hijo y siguió diciendo.

-¡A todos!

-Si, señor, con su permiso me retiro.

Jorge Luis III Ricci miraba con seriedad a ese par que estaban sentados frente a él. Ellos tenían la cabeza agachada ¡Sin duda ese anciano era de temer cuando se enojaba!

-Bien, así me gusta. Calmaditos y sin gritar. Estoy viejo y me canso con facilidad. Así que ahora Victoria cuéntanos qué sucedió exactamente ese día.

Victoria levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de su abuelo, estos le transmitían seguridad y confianza. ¡Él confiaba en ella! Y ahora que ella estaba más tranquila, hablaría. Pero justo llegaba Johanna con la bandeja de té, así que era mejor esperar a que se fuera.

-Aquí les traigo su té, señores y señorita Ricci. Decía alegremente la mujer

Johanna era eficiente, demasiado tal vez, pero ella era feliz trabajando para esa familia y por eso cada cosa que le era pedida ella enseguida lo hacía. La señora colocó la bandeja con las tazas cuidadosamente sobre la mesa y se retiró en silencio.

-Bien, mi niña ya puedes hablar con total libertad. Tranquila, que estoy aquí por si a tu padre se le ocurre hacer algo

Rodolfo no dijo nada, solo agarro su taza y comenzó a beber la infusión¡Era tan deliciosa! Victoria bebió un sorbo de su taza y por primera vez sintió en calma para decir

-Verán, como iba tras Elizabeth, ninguna fue capaz de ver por donde íbamos. Yo iba tras ella con la esperanza de poder detenerla, pero ella cruzó la calle sin siquiera ver y bueno... ¡Un maldito desgraciado la atropello con su auto! Pero ese maldito hijo de perra ni siquiera se detuvo.

Rodolfo apoyó la taza fuertemente sobre la mesa, queriendo contener su ira, sin embargo, no interrumpió el relato de Victoria.

-Bueno, esos segundos en que la vi tirada y yo me acercaba gritando su nombre, esos segundos me parecieron eterno…

La joven se secó una lágrima y sintió una mano que apretaba levemente la suya, resulta que su padre le daba ánimos para continuar ¿Quién lo diría?

-Me acerqué a ella y todo parecía ser en cámara lenta ¡Mi voz pidiendo ayuda! La gente acercándose a mí. ¡Fue horrible! Yo grité en vano su nombre ¡Quería que abriera sus ojos! ¡Que me hablara! Pero no, solo escuchaba como algunas de las personas gritaban ante la impresión de la sangre que perdía mi hermana. Pero por suerte, ante todo el caos, una oficial de policía que hasta el día de hoy no sé su nombre, ¡me ayudó muchísimo! Me enseño lo básico de primeros auxilios y gracias a eso pude saber que aún tenía pulso y a demás de detenerle la hemorragia, luego de que llegó la ambulancia no la vi más. Decía esto refiriéndose a la oficial

¡Ambos hombres estaban asombrados! El patriarca se adelantó en decir.

-No puedo creer por lo que has tenido que pasar mi princesa, ven abrázame.

La joven obedeció y le dio un gran abrazo.

De repente Rodolfo se levantó del lugar y se fue sin decir nada. Victoria estaba sorprendida, su padre era catalizado como un frío y cruel hombre de negocios y, sin embargo, se había dejado llevar por sus emociones. Aunque eran mínimas ese gesto que hizo él a sujetar su mano para darle ánimo, realmente se sorprendió ¿Pero por qué no se atrevía a decir algo? ¿Por qué se fue de allí sin ni siquiera decir "lo lamento"? Sin duda su padre era un hombre ¡Demasiado orgulloso!

-Victoria, mi niña me disculpo en nombre del cabezota de tu padre. Nuestro Clan suele tener dignos sucesores, pero realmente no sé qué paso con tu padre. ¡Quizás todo es culpa de los genes de tu abuela!

¡Pobre abuela! ¿Por qué su abuelo la traía de nuevo a la vida con ese comentario? ¡Qué tenía que ver ella en este momento!

Victoria rio ante la ocurrencia del gran patriarca ¡Era tan divertido! ¡Su humor negro era lo que más le gustaba de él!

-No te preocupes, abuelo, estoy acostumbrada a su frialdad. Después de todo, son 23 años de desprecio.

-Victoria, realmente eres una Ricci. Siempre lo supe, pero hoy lo has demostrado, te diría que tienes las pelotas bien puestas, pero como no las tienes ¿Cómo debo decírtelo?

-ja, ja, ja, ¡ovarios, abuelo! ¡Ovarios!

-Bueno ¡eso! Realmente creí que ibas a saltarle en la yugular.

-Ganas no me faltaron, pero sigue siendo mi padre...

Y cuando el abuelo pensó que iba a decir por que aún lo estimaba, ella terminó la oración diciendo

-Me caerían 20 años de condena por cometer parricidio y el doble si se trata de un Ricci.

El patriarca de repente escupió lo que quedaba de ese delicioso té, sin duda era un comentario bastante fuera de lugar ¿Pero y que? Su hijo era un canalla y por eso muy en el fondo la comprendía .Observo atentamente los gestos de Victoria cuando termino la oración. La joven puso los ojos en blanco y cruzo sus brazos tal y como lo hacía cuando era pequeña, su abuelo rio. Sin dudas Victoria había cambiado tanto durante estos 2 años y la verdad que ¡Le asentaba muy bien!