Saudade - Parte 6

Al viajar dentro de la cueva. Dothan podía notar ciertas cosas. 

Una, que no era tan tenebrosa como pensaba que era. El ideal de él era encontrarse con un lugar descuidado y fúnebre, con velas como única entrada de luz y tierra pura bajo sus pies. Pero no fue así. La cueva se encontraba bajo tierra, pero habían agujeros sobre ella donde ingresaba luz completamente natural. El suelo no era tierra solamente, era césped verde y muy bien cuidado, debido a ello ningún solo habitante de la pequeña ciudadela tenía zapatos. 

Dos, las casas eran muy simples, algunas eran simplemente tela, otras eran paja, y otras simplemente madera. Eran el perfecto concepto de ser "uno con la naturaleza". 

Tres, la mayoría de habitantes usaban ropajes holgados entre negro y verde, no variaban en color, las marcas o signos también se encontraban en sus cuerpos, podria esto contarse desde niños hasta ancianos.

Beatrice y Tahjal caminaban frente a Dothan , mientras ambas reían de quien sabe que cosas, probablemente recuerdos del pasado. 

«Ezra dijo, que esta mujer Tahjal tenía cierto objeto. Pero…. Tengo cierto conflicto, necesito robarlo o pedirlo». 

«¡No Dothan! , robar es malo». Negó  negligentemente. Luego se detuvo. 

«pero si lo pido solamente, ¿no sería esto sospechoso?». 

—¡Lo ves! —susurró a su marido, una anciana enfurecida a lo lejos. 

—¡Si que irrespetuoso! Después de tantos años, las personas de afuera no cambian. Y él es de una generación siguiente, es imposible tener esperanza. ¡Este es un lugar sagrado! ¡Un lugar sagrado! —respondió su esposo.

A pesar de decirlo entre susurros, Dothan logró escucharlos perfectamente. Dirigió una feroz mirada hacia ellos, impotente por necesitar saber qué había hecho para ganarse tales comentarios. Pero al momento en que Dothan vio a ambos ancianos estos corrieron de inmediato hacia dentro de su casa.

Dothan desvió su vista minuciosamente, mientras comentaba sólo para él —si para criticar eres bueno, también debes ser bueno para afrontar a quien critiques y aún más hacerlo con madurez si eres mayor. 

«Espera, no intimide a este par de ancianos, ¿no?» pensó después arrepintiéndose profundamente. 

—Es aquí. —dijo Tahjal. Llamando así la atención de Dothan —pasen. 

—Ihsa, ven. —dijo Beatrice. Luego instantáneamente contrajo ambas cejas, viendo fijamente a Dothan. 

—Mamá…. ¿Sucede algo? —preguntó extrañado y temeroso Dothan al ver su rostro enojado. 

«¿Me va a reprender?... ». 

—¡Sí que sucede! ¿desde cuando tienes puestos los zapatos?. 

—Desde que llegamos claro está. —respondió Dothan. Luego al darse cuenta exclamó sorprendido. —¡¿debía quitármelos?!.

—¡Si! —susurró Beatrice fuertemente. —¡pisar el césped de aquí, es como si insultaras a todas las personas que viven aquí! ¡Más específico! ¡PUDRANSE!. 

—No te preocupes —dijo Tahjal, quién logró escuchar tan amena conversación —si no lo hiciste intencionalmente, puede haber excepciones. 

De inmediato Dothan se abalanzó al piso, y quitó sus zapatos. 

«Incluso si no fue intencional, alguien pudo haberlo dicho antes. Ahora entiendo por qué esa pareja de ancianos me vio de manera extraña».

—Excepciones o no, pudieron decírmelo antes, ¡madre lo sabías, por no me lo dijiste! Saben lo que es pasar vergüenza frente a otros.. Ay no… camine por todo el pueblo así…Que dirían los otros jóvenes y los demás ancianos… —dijo avergonzado. 

Al ver ambas mujeres el accionar veloz del joven mientras se quejaba desmesuradamente, Ambas rieron a todo pulmón. 

—JA JA JA JA…. ¡Probablemente ya lo hayan dicho, pero! —dijo Tahjal riendo —¡eres idéntico a tu padre! , no físicamente, en eso solo tienes un "parecido", no tan evidente, pero, tu actitud es igual que cuando era joven. Un hombre que podría considerarse loco al actuar y sincero al hablar incluso si eso es vergonzoso. También despistado, pues aunque te hayamos dicho aquella regla muy probablemente te hayas olvidado de ella dentro de poco tiempo. 

—Llevo escuchando… te pareces a él ... .actúas como el. ¿Por qué no está conmigo ahora?. 

—¿Beatrice no te habló de él? —dijo Tahjal mientras levantaba ligeramente la cortina que había colocado como puerta frente a su casa —entren. Siéntense allí. 

—Madre…. —Dothan no sabía que responder a esto, era complicado, pues no conocía absolutamente nada. Y tomando el cuenta de que era "su padre", probablemente su madre sí lo haya hecho. Dispuesto a mentir estuvo a punto de decir, —Si-. 

Pero inmediatamente fue interrumpido.

—No… —dijo Beatrice con la cabeza gacha mientras entraba a la acogedora casa de Tahjal. —Nunca lo hice. 

—Oh… 

Una vez dentro, cada uno tomó asiento sobre un cojín hecho a mano que se ubicaba sobre la verde hierba. Dentro de aquella holgada casa, habían miles de velas de cera de abeja sobre altos y bajos bastones de madera que sostenían aquellas velas. 

—No puedo reclamar nada, aunque ambos nos criamos juntos. Estoy segura que él querría que su hijo no conozca nada sobre su pasado. —dijo Tahjal con ambos ojos cerrados como si pareciese meditar. Luego continuó —se avergonzaba de sí mismo .... así que respeto tu decisión al no decirle. 

—¡Bien! —exclamó Tahjal, golpeando simultáneamente sus manos preguntando después. —¿Qué los trae por aquí?. 

—Nada… realmente importante, es una simple visita. Ihsa tenía curiosidad por ustedes así que vinimos a visitarlos. 

—Qué jovencito más curioso. ¿Sabías que a los fisgones les arrancan los ojos?. 

—No….. —dijo preocupado Dothan, pues una de sus tantas facultades era ser observador. Además de serlo por humano, su naturaleza. 

—¿Lo sigues haciendo? —preguntó Beatrice. 

—¿Adivinar, ver el futuro, atraer la buena suerte, crear hechizos o ataduras? Hay muchas cosas que todavía hago aquí. —dijo orgullosamente Tahjal. 

—¿Crees que exista la posibilidad de saber el futuro de Ihsa? O al menos, ¿su suerte?. Así tendrías algo que hacer con nosotros aquí. 

—Claro. 

—¿Mi futuro, madre?. 

—Si, cariño. —asintió Beatrice con una gran sonrisa en su rostro. —ver el futuro no es simplemente fijarse en lo bueno, si no también en cuanta desdicha te traerá. Así, probablemente, puedas evitarlo. 

—Pero eso es hacer trampa. El destino, ¿no define ya lo que ocurrirá incluso si así no lo deseamos?. —pregunto Dothan. 

—El destino es incierto, pero no es difícil cambiarlo un poco. Mientras más fuerte sea tu deseo en una situación desesperante, probablemente se apiade de ti. Así que… Leeré su futuro. 

—Muchas gracias Tahjal. 

Luego del consentimiento de Beatrice, se colocó de pie y dio ligeros pasos hacia la entrada saliendo finalmente por la puerta. Dothan al ver aquella acción, también planeaba ir detrás de su madre. Casi de pie fue detenido por Tahjal. Prohibiendo el paso totalmente. Y explicando el por qué su madre salía, dejándolo dentro al igual que un lobo solitario sobre una montaña. 

—Dentro de las adivinaciones, además de el que las hace, nadie más puede escucharlas. Claro, si deseas que funcionen —dijo Tahjal. 

Luego colocándose, nuevamente sobre sus piernas en aquel cojín, Dothan otorgó toda su atención a aquella mujer que empezaba a soltar su cinturón lentamente. Al quitarlo, aquellas fichas de madera grabadas con runas, fueron quitadas una a una de la ligera línea que las sostenía. Luego las colocó dentro de un recipiente de mate que servía para guardarlas y empezó a batirlas. 

Una, dos, tres veces hacía pausas y empezaba de nuevo. Dothan observaba con detenimiento a la mujer, pues ahora él mismo conocería su suerte , desgracia futura o más bien la suerte o desgracia de este cuerpo. Ya que , aunque cambien ciertos factores aquí, no es posible modificar algo ya establecido. Aún así, el escoger aquellas fichas rúnicas era como un juego de ganar lotería. 

Al cabo de unos minutos , Tahjal tomó tres piezas de aquel recipiente. Al voltearlas ambos ojos de la mujer brotaron instintivamente. 

Mientras encogía ambas cejas fuertemente. lanzó las tres piezas al suelo , dejándolas así completamente a la vista de Dothan.

Este se preguntó —¿Una bandera? —puesto que el signo que proyectaba una de las piezas lo parecía.

—No. ¡Thurisaz! —Exclamó Tahjal mientras se colocaba de pie. 

—Un diente afilado. El dolor y la lucha. La polaridad entre lo bueno y lo malo o más concretamente , entre la vida y la muerte. De tres piezas 2 se volvieron negras pero esta…. —recito mientras quemaba con su par de ojos negros al joven.

Dothan al ver como aquella mujer sorpresivamente se colocaba de pie y plasmaba su mirada en él , se movió un poco con indicios de hacer exactamente lo mismo. Pero repentinamente aquella acción fue detenida por un comentario punzante de la mujer.

—Tu no eres Ihsa….. —fue aquello que Tahjal dijo con acentuación mucho antes del repentino acontecimiento que sacudió momentáneamente el plan original de Dothan y Ezra.

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Capítulos
1 Prólogo
2 Inminencia - Parte 1
3 Inminencia - Parte 2
4 Inminencia - Parte 3
5 Inminencia - Parte 4
6 Inminencia - Parte 5
7 Inminencia - Parte 6
8 Inminencia - Parte 7
9 Inminencia - Parte 8
10 Inminencia - Parte 9
11 Inminencia - Parte 10
12 Inminencia - Parte 11
13 Inminencia - Parte 12
14 Inminencia - Parte 13
15 Saudade - Parte 1
16 Saudade - Parte 2
17 Saudade - Parte 3
18 Saudade - Parte 4
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34 Agibílibus - Parte 3
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42 Agibílibus - Parte 11
43 Agibílibus - Parte 12
44 Agibílibus - Parte 13
45 Agibílibus - Parte 14
46 Grandes agitaciones - Parte 1
47 Grandes agitaciones - Parte 2
48 Grandes agitaciones - Parte 3
49 Padre - Parte 1
50 Padre - Parte 2
51 Padre - Parte 3
52 Ola de grillos - Parte 1
53 Ola de grillos - Parte 2
54 Ola de grillos - Parte 3
55 Ola de grillos - Parte 4
56 Ola de grillos - Parte 5
57 Ola de grillos - Parte 6
58 Ola de grillos - Parte 7
59 Lo real e invisible - Parte 1
60 Lo real e invisible - Parte 2
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2
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