Inminencia - Parte 4

—hablas…. de "ese" tipo de Médiums ....brujas… y psíquicos…. —expuso Dothan mirando con desdén. 

—Si de "ese" tipo —asintió Ezra. —.... si nos referimos al mismo tipo, ¿no es así?. 

—Si, si, si —Las simples palabras que corrían en el pequeño espacio donde se encontraban de pie, hicieron a Dothan dudar aún más. Pues, qué motivos tendría El hombre para mentir de esa manera. No le creía en su totalidad y más bien al llegar o desviarse a tal tema, terminó creyendo que debido a la lluvia empezó a delirar. 

Después de todo, nadie mejor que él conocía que generalmente a "este" tipo de personas debían buscarlas puesto que ninguna de ellas se daba el trabajo de buscar a otros, o al menos era lo que sabía de quienes llegó a conocer, por tanto, el qué lo llevaría a este hombre, decir ser uno de ellos y hacerse pasar por uno, aún seguía siendo un misterio. 

La lluvia seguía cayendo bruscamente contra las paredes de la casa y luego de un largo silencio, Dothan concluyó en una cosa. 

Si no lo convencía en su totalidad aquella respuesta, entonces ¿qué sucedía con él cofre que le daba dinero al igual que un cajero automático?. 

Aunque pensó en algún tipo de truco de magia, realmente no tenía sentido. 

¡No tenía sentido malgastar tal cantidad de efectivo, a menos que se tratase de dinero falso!. 

Por ello, finalmente, trató de seguir el juego del hombre y así poder conocer qué tanta franqueza saldría después de su boca. Debido a este hecho preguntó —¿Entonces eres uno de ellos?. 

—¡Sí y no! —respondió Ezra sin mas. —Aunque tomo "prestadas" sus técnicas a veces… las modifico a mi gusto o al menos eso es lo que venimos haciendo. Es de familia…. ¡Además! Como conoces todo en la vida sigue un patrón y muchos tienen el ideal de que incluso para esto debe seguirse ese patrón, pero….. Mi familia siempre burlaba esas leyes… —explicó avergonzado. 

Dothan, noto la vergüenza que sentía el hombre al hablar de su familia, y no entro en más detalles. Sin embargo, al fijarse en el tipo de gestos que Ezra articulaba, logró darse cuenta que era serio con sus palabras y no trataba de esquivar una pregunta con una respuesta tan absurda —De hecho, conozco algo acerca de ellos —dijo Dothan esta vez sonriendo, demostrándole confianza. 

—¡En serio!. 

—si —respondió Dothan.

«y tengo una muy mala experiencia por eso…». 

«Espera….. Incluso si mi hermana me ha hecho pasar malos momentos por reunirme con personas como estas, si ella decía que esto era peligroso ¿porqué me hablaba todas las noches acerca de esos temas? Ella sabe que mi curiosidad por darle credibilidad a su información es más grande que sus ánimos por simplemente brindar información de algo que le gusta o de algo que escuchó». 

—Probablemente ....después de mucho tiempo, esta sea la primera vez que logro darme cuenta… —susurró mientras llevaba su mirada hacia el suelo, pues ahora tal situación generó una sobrecarga de pensamientos pasados, en su cabeza. 

Al ver la mirada perdida del joven, Ezra no pudo evitar consultar —¿sucede algo?. 

Dothan elevó rápidamente su mirada con intenciones de responder cierta pregunta, pero una palabra que surgió en el ambiente irrumpió fácilmente sus intenciones. 

—¡Suficiente! 

Aunque aquella palabra no sonaba hostil parecía retumbar entre las paredes de la habitación. 

El vibrante sonido provenía de nada más y nada menos que Arty. Misma que se encontraba de pie en el centro de los bordes de la puerta. 

Esta vez había dejado atrás toda la tela húmeda, que momentos antes, debido a la lluvia terminó empapada, al igual que su cabello, el mismo que había oscurecido debido a la humedad, ahora estaba seco y suelto. Un claro color castaño acompañado de largos mechones muy bien cuidados cubrían su cabeza, al igual que una radiante cortina de seda cara, cubriendo la habitación de los fuertes rayos del sol. 

Llevaba un vestido de tela gruesa, sus mangas eran largas  y sueltas, el escote dejaba ver ambos hombros esbeltos y brillantes, el largo del vestido partía desde su escote, hasta los talones, combinado a ello un par de tacones puntiagudos. Aquella eleccion de colores variados entre rojo y negro no hacian nada mas que resaltar y estilizar la bella figura de la mujer. 

Por lo que era difícil quitarle un ojo de encima. 

Con ambas manos, sostenía una tablilla azabache donde habían sido talladas algunas rosas. Sobre ella se encontraban tres tazas de café con leche caliente y por supuesto el ligero humo translúcido que derramaban desde sus bocas, indicaban estar listas para servirse. 

«haaa… Muy tarde». Pensó Dothan dejando ir un suspiro lleno de negatividad, esperando los próximos problemas a venir. 

—Hermana, ¿cuando entraste?¿Por qué no tocaste? «Ella debió haber visto el cofre… estoy seguro que lo hizo…. » pensó preocupado. 

—El primer lugar y previendo, no me abrí paso sin avisar, en segundo, olvidaste cerrar la puerta, además tu cuarto queda a la vuelta de la cocina —mientras hablaba ligeros y casi insonoros pasos lograba transmitir con cada avance —,debido a eso, no pude evitar escuchar todo.  

—¿Qué? ¡Pero evitarlo es tan sencillo! —reclamo Dothan. 

«Entonces no logro vernos… ». Pensó el joven. 

—No para mí si eres mi principal responsabilidad —respondió Arty —así que estoy dispuesta a ser odiada por ti en ese sentido a que te metas en problemas otra vez. 

—Además, estabas empapada y te encontrabas en la cocina, ¿Cómo llegaste aquí tan rápido? ... 

—Ya tienes la respuesta, un poco de trabajo rápido. 

—tan solo para vestirte ¡te lleva al menos 15 minutos! …..y….. ¡por qué te ves así! ¿No reservabas ese vestido para una ocasión especial? Además, desde cuando muestras tanta piel, siempre estás cubierta de pies a cabeza. ¡Mira eso, por favor! —exclamó el joven tratando de cubrir la clavícula y los hombros de la mujer.

—Pero qué dices, no seas exagerado —sonrió Arty falsamente mientras retiraba abruptamente las manos del joven hombre. Dothan al notar el rechazo y ver aquella falsa sonrisa, inmediatamente dejó de hablar y se alejó lentamente, puesto que aquella expresión sólo parecía dibujar un gigantesco y amistoso "aléjate y cállate"  sobre su cabeza. 

Una acción muy típica de una hermana mayor, algo estricta. 

—Y bien Ezra —Continuó Arty mientras sonreía. —no conoces a mi hermano, es cierto, pero lo buscas a él específicamente. ¿Por qué? No es por aquella promesa que dices haber sido hecha. Pero, si lo que necesitas es a una persona , tienes muchos clientes que acuden a tu trabajo ¿No?.  pídele ese favor a ellos.

Ezra se mantuvo en silencio, su objetivo , si era encontrar una persona pero no cualquier persona e incluso si se tratara de cualquiera no haría algo parecido a dañarla  y aquella promesa aunque únicamente para él era cierta por el momento, debido a lo desconocida que era para los otros , con este cambio sólo se convertía en un vil soborno para conseguir sus propios fines. 

Arty, sabía que en el mundo abundaban muchas personas peligrosas y un porcentaje discreto de ellas a las que consideraba aún más dañinas, eran aquellas que jugaban con la mente humana a un grado máyor que simples cuadernos de psicología, aunque siempre estuvo atenta a estos temas y era muy devota a ellas, nunca esperó en toda su vida, invitar a casa a este tipo de personas. Porque de entre uno y un millón las probabilidades eran muy bajas.

Pero ahora y frente a ella, se encontraba un hombre que aunque suene ridículo, ciertamente lo calificó por sobre lo extremadamente peligroso, ya que no solo dijo ser uno de ellos, sino que conocía métodos que literalmente inventaba.

Incluso esto, para sus ideales, le hizo juzgarse el porque tuvo la osadía de traerlo a casa y permitirle conocer su "tesoro".

—No planeo dañarlo… pero la situación sugiere tomar medidas desesperadas… sabía exactamente donde encontrarlo pero no como convencerlo… por eso le di uso a mi rostro y a la promesa que hicimos hace mucho tiempo, pero incluso así.. fue inutil…—dijo Ezra mientras por cada palabra desviaba sus ojos.

—¿Creíste que por una promesa, y con solo ver tu cara, Dothan confiaría en ti?. Qué egocéntrico.

—Si, ¿que? ¡no soy egocéntrico! —respondió Ezra sin vacilar.

Arty miró con asombro y vergüenza «Creo que incluso un niño imagina mejores métodos de persuasión, ¡Mira cuando lloran, consiguen lo que quieren!».

«Y aunque lo conozcas cómo piensas que va a creer tales atrocidades, ¡es estúpido! Es joven e inteligente, lógicamente desconfiara de ti». Pensó Arty, mientras desviaba su mirada hacia el joven hombre.

Antes de la llegada de Dothan, Arty leía durante su estancia en el orfanato muchos libros en especial del tipo que se enfoca en el poder mental. Aunque realmente no eran muchos eran lo suficientes para abastecerse de conocimientos. Por lo que dedujo el… tal vez, del por que necesitaba un medio para completar su objetivo. Asi que suspiro mientras cerraba sus ojos fuertemente y volvió a abrirlos para replicar —tengo una idea muy pequeña, pero probablemente sea esa la razón… algo ocurrió durante tus sesiones no es así. ¿Quizá?...... —pauso —¿Perdiste una persona?.

La sorpresa en el rostro del hombre era difícil de ocultar, por ello esto simplemente le dio a Arty, razón en sus palabras.

—Cómo lo digo. No la perdí en términos de matarla exactamente …….

—¿¡Qué?! —exclamaron al unísono ambos hermanos.

—Eh…. ¡Ejem!.... Solo digamos que terminó en coma después de una regresión. —explicó Ezra, mientras juntaba ambos dedos índice y hacía muecas con su cara.

Arty : —…..

Dothan : —......

Después de tal silencio la joven mujer levantó su mano izquierda bruscamente y la agitó de arriba - abajo señalando el entrecejo del hombre mientras elevaba la voz. —¡lo ves!, cómo podría dejarte a mi hermano, si ya cometiste un error. ¡¿Que me asegura que no vuelvas a..?! —al elevar su mano y agitarla, casi dejó caer aquellas tazas de cerámica que llevaba sobre aquella tabla azabache, por eso al darse cuenta rápidamente las enderezó y no volvió a agitarse bruscamente, optando por terminar estática.

Sus tazas, sus platos y ollas secretamente eran un tesoro además de ser las únicas cosas que no fueron vendidas antes de su mudanza.

«No sé qué sería de mí si llegaran a romperse, fueron las primeras tazas que compre, son un auto-regalo» pensó Arty.

De inmediato Arty sintió un ligero toque en su hombro derecho, ella dirigió su mirada hacia atrás y una suave voz resonó después —Hermana, prometí ayudarlo por mi propia cuenta, ¡Además! —recalco. —Si no lo hubieras traído a casa, nada de esto habría pasado —sonrió. Tratando de hacer que con sus palabras, Arty sintiera un poco de responsabilidad.

—No te preocupes, déjanos resolver esto a nosotros, no me ocurrirá nada.

«Es cierto, no pasará nada… o al menos eso creo…además… No negaré que siento una ligera curiosidad por esto. Además, mi paga ha sido entregada de antemano, no estaría bien aprovecharme de eso. Este cofre nos ahorrará gastos de toda nuestra vida».

Mientras Dothan mostraba una sonrisa satisfactoria. Arty sabía que era inutil hacerlo cambiar de opinión, si algo diferenciaba a Dothan de muchas personas, era su intenso temperamento e impulso no deseado por siempre estirar la mano ignorando al resto cuando lo manipulan con un refuerzo positivo. Esto era algo que Arty siempre respetaba y no se involucraba. Porque detrás de tales ayudas y manipulaciones entre comillas, Dothan realmente lo hacía si esto lo beneficiaría de cualquier manera.

Pero cuán difícil es saber lo que piensa realmente una persona. Pues claramente mientras uno piensa todo lo correcto del otro, en realidad, el otro tiene malas intenciones detrás de buenas acciones, que en definitiva pueden llevar o no, a una decadencia, es difícil saberlo por ello pueden ser fácilmente malinterpretadas.

.......

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***