Dothan Dieller caminaba de derecha a izquierda dentro de su oscura habitación mientras mordía sus uñas frenéticamente como claro signo de intranquilidad.
Al cabo de un tiempo, ligeramente en su andar, se detenía en breves momentos a visualizar las calles de afuera por la ventana.
Miles y tal vez millones de gotas se desprendían del gris concreto, golpeando fuertemente el vidrio.
Los rayos rugían entre las nubes.
El petricor era evidente en la atmósfera debido al choque de aquellas perlas vidriosas contra el calizo piso. Y los vientos…… Ellos azotaban los techos y árboles que se encontraban cerca, haciendo que sus troncos se curvaran perfectamente.
Allí mismo, desde la pequeña mesita del fondo de la habitación, una pequeña radio triangular y algo degradada por el tiempo, transmitía de manera recortada.
......【 Hoy 25 de noviembre.................hemos detectado signos de una fuerte tormenta ….golpeará las costas … por….. su seguridad se recomienda evitar salir pasadas…..las 4 o 6 de la tarde……mantener mucho ....cuidado con los fuertes vientos, eviten los riscos y la marea alta…..especialmente los pequeños pueblos de la costa.】...
............
La vida de Dothan inicialmente, nunca hasta hace poco incluyó el tema de velar por otro.
Pero debido al severo cambio que su propia vida obtuvo. lo era, casi a diario.
Pues su “hermana mayor” , hace un tiempo prudente había empezado a padecer de los típicos problemas que se presentan durante la etapa adulta.
Los gastos en los cuales invertía su dinero aumentaron considerablemente. Fue despedida de su pequeño trabajo. Todo su dinero conservado fue dedicado a deudas e incluida la relación incómoda y discriminatoria con su arrendatario y vecinos, perturbaron totalmente su mente haciendo que termine estresada.
Por más cotidianas que sean todas estas razones en la vida , las mismas solo hicieron que Arty no las soportara y decidiera netamente empezar de nuevo a esperar resolver todo esto y esta vez, en un lugar muy alejado a la ciudad.
Las cosas innecesarias como televisores, teléfonos, ropa cara y extravagante que en realidad a la vista pobre de ellos lo era , fueron vendidas para comprar una pequeña residencia a cercanías del mar, en un pequeño lugar llamado Paitan.
Aunque su vida se redujo de una gran ciudad a un pequeño pueblo, era autosuficiente para ambos. Puesto que si de algo se caracterizaban este par, era de lo conformistas y adaptables que eran aunque no sean hermanos de sangre.
Por lo tanto, al ver una pequeña oportunidad de vivienda en un lugar muy remoto, lo tomaron, sin pensarlo dos veces.
Algo especial de este asentamiento era que no se trataba de un lugar olvidado del mapa como muchos otros. Este era conocido por sus grandes artesanías, su mínima capacidad de obtener personas y su no mayor pero tampoco tan baja estabilidad económica.
Por lo que si alguien viajaba aquí, lo hacían específicamente por turismo o simplemente, para comprar todos sus productos salidos del mar, modificados por ellos.
Más no para vivir.
Los lugareños eran amables, no creaban conflictos entre ellos y la población no sobrepasaba los 1000 habitantes. A diferencia de los vecinos de ciudad, estos se ayudaban mutuamente y se trataban con cercanía. Por eso para probar esta armada confianza, creaban pequeñas reuniones alrededor de una fogata a orillas del mar, todas las noches de cuarto creciente.
Este era un ritual pasado de generación en generación, por las personas del pasaje, y llevaba consigo un único propósito.
forjar con más intensidad, lazos ya existentes.
Al crear estas reuniones , las risas, las historias y las canciones parecían absorber las grandes agitaciones, aversiones y miedos de cada persona, para luego quemarlos indirectamente al danzar alrededor de la gigantesca llama que se extendía desde aquellos grandes trozos de madera hacia el cielo. Por lo que aquellas cenizas que sobrevolaban los cabellos de fuego era una prueba de aquello dejado atrás.
Cuando Dothan y Arty establecieron nuevos lazos con las personas del pueblo , Arty decidió tomar la iniciativa y empezó a trabajar en los barcos pesqueros junto a muchos hombres. Su complexión no era del todo delgada y era una mujer bastante alta, pero aun así durante los primeros meses se enfocó en desarrollar musculatura, convirtiéndose en la primera mujer navegante en el pueblo.
Era sorprendente debido a que desde hace mucho tiempo atrás, también se mantenía la tradición de "hombres al mar, mujeres en tierra" , y eso también incluía un hecho, pues la mayoría de mujeres, preferían permanecer en tierra diseñando y creando artesanías de desechos del mar que entrar en los barcos y no ser de utilidad.
No existía discriminación por ninguno, cualquiera podía romper la plasmada tradición, por ello muy pocas personas, planeaban mover un dedo, nadie quería un cambio y quien cambiaba, no sería excluido por nadie.
Por ello los trabajos manuales se convirtieron en una mejor opción para la mayoría de mujeres y algo simple de hacer.
Arty era algo torpe con cosas frágiles y la creatividad no era algo diseñado para ella, así que ni siquiera lo intentó y fue directamente a por el trabajo pesado.
Por todo ello, esta fue la razón principal de Dothan al sentirse angustiado, su hermana se encontraba fuera y la tormenta poco a poco se volvía tosca. Dejó su andar y pegó su frente a aquella ventana que había sido testigo de su constante arrastre de pies en el suelo.
Después de todo…. Existieron momentos lluviosos, pero no tanto como este.
Mientras sus ojos buscaban en las calles desde adentro de su casa, lentamente se perseguían unas a otras las claras gotas de agua recién rociadas sobre la cara externa del vidrio.
—¿Dónde estás? —cruzaba el joven hombre sus brazos, mientras continuaba apoyando su frente y rechinaba entre dientes. —¡Te dije, trabajar hoy era una mala idea! ¡Necia!......
Luego se elevó de golpe, colocando ambas manos sobre sus mejillas murmurando angustiado —qué tal… qué tal.. si el barco no llegó a la orilla y se volcó en medio del mar.... —Abrió sus ojos de par en par mientras una gota de sudor recorría su frente y abanicaba ambas manos para tratar de enviar algo de aire hacia su rostro.
—¿Qué pasa… si en realidad sucedió eso y están en medio del mar… pidiendo ayuda..?....…y si….. —trago saliva lentamente y luego exclamó —¡No, no, no! …..Es imposible.
Las miles de situaciones que se formaban en su cabeza claramente empezaban a molestarlo, y su corazón justo ahora se encontraba más agitado que el mismo oleaje del mar, sentía que su estómago se llenaba de agujeros por cada gota de agua que caía y chocaba contra la tierra, y su hermana no mostraba indicios que callarán aquella tormenta que lo carcomía psicológica e internamente.
Sus ojos bordeaban rojo por sobre el morado de sus Pesadas ojeras y después de tragar saliva constantemente, su voz ya no salía.
Dothan era solo un chico de 19 años, nunca conoció a sus padres, y la mayoría de su vida hasta ahora se ha enfocado en aprovechar la oportunidad que se le ha sido brindada y estudiar, disfrutando muy poco de sí mismo para retribuir todos sus gastos, incluso si eso llevaba a desgastarlo física y mentalmente.
Pensaba que nunca experimentaría aquella emoción llamada "preocupación familiar" después de todo, al inicio no tenía por quién hacerlo.
Pero.
Conoció a Arty en cuanto ingresó al orfanato. Su vida de por sí dentro de él fue dura, lloraba todas las noches y Arty solo era un chica inexperta en el cuidado de niños, pero sin importar aquello, siempre trato de hacer lo mejor por el, nunca supo el motivo de su cercanía, pero su simple existencia iluminó aquella vela que se encontraba apagada en su interior.
…… esa única chispa fue la que hizo que todos esos engranajes obstruidos de su vida empezarán a correr.
Así, en cuanto Arty cumplió su mayoría de edad, abandonó el orfanato en busca de trabajo. Sin antes prometer a Dothan sacarlo de allí y llevarlo a vivir una vida tranquila junto a ella.
Desapareció aproximadamente 2 años y en cuanto volvió, de inmediato reclamó y adoptó a aquel excluido niño que cuido, este ya había cumplido 10 años.
Nunca en su vida dejó que alguien viera la frágil persona que se ocultaba detrás de aquel cansado y siempre enojado rostro. Se consideraba lo suficientemente adulto por dentro, nunca tuvo miedo de perder un amigo porque su excentricidad le decía "no es importante".
Nunca le importó perder un objeto cualquiera, después de todo el tiempo lo destruiría poco a poco, si alguna discusión no lo relacionaba con más personas se sentía aliviado ya que así evitaba ciertos inconvenientes innecesarios y si algo lo relacionaba realmente, siempre hacía todo lo posible por resolverlos en cuanto quitaba tiempo de su agenda, pero siempre era tarde, las otras personas creían que solía ignorarlos y terminaban alejándose.
En resumen vivía su vida posponiendo cosas, para centrarse en los medios necesarios para obtener una única cosa, dinero.
Pues en su relación familiar no quería ser el único beneficiado con grandes cantidades.
Sin embargo.
Justo ahora, esta situación era algo que no podría simplemente ignorarlo, temía evidentemente perder a alguien importante para él, temía perder a la única persona que lo tomó bajo su lecho y ahora mismo su única familia.
Los sentimientos humanos sin importar la persona, son como un balde de agua extremadamente helada, que se derrama sobre nuestras cabezas en cuanto una situación desesperante aparece, dando como consecuencia horribles y acelerados ritmos cardíacos, y por más sensato que se considere Dothan no estaba exento de experimentarlos o pasar por ellos.
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