Saudade - Parte 5

Algunos arbustos llenos de flores blancas, resaltaban durante el camino, y ligeros caminos de agua, recorrían la verde hierba hidratando los árboles. 

Fue tanta la admiración de Dothan y paz, que el llegar a aquel pueblo, surgió en un pestañeo. 

—¿Está…. aquí?. —preguntó Dothan extrañado. 

—Si. —respondió como si nada, Beatrice. 

Y Dothan, sólo miró incrédulo. 

Pues tenían de frente, la entrada a una cueva. La misma estaba cubierta completamente por gruesas lianas verdes. Beatrice abrió paso por aquellas tiras ligeramente e ingresó a aquella cueva. Desapareciendo así frente a Dothan. 

Dothan a diferencia de su madre, no estaba seguro acerca de entrar a aquel lugar, era demasiado extraño, descuidado y oscuro, era imposible ver algo dentro. 

«¿Y si hay serpientes o otro animal que se arrastre?».

«Haaaa…» grito internamente. 

«No me gustan los animales babosos y sin patas».

«Pero, hombre , tal vez, si soy una princesa». 

Después de tanto ajetreo que se formó por recorridos de derecha a izquierda y pisadas en el suelo, Ignoró sus incomodidades. Abrió paso por aquellas lianas y avanzó con cuidado. 

Para su sorpresa, tal y como predijo, aquella cueva no permitia el ingreso de luz , se sumia en un negro abismal por todos lados. Por lo que simplemente se enfocó en caminar hacia delante. El piso no era pedregoso sino bastante plano, parecía ser…arena. 

Debido a esto no tuvo problemas al avanzar. Luego de un tiempo aún no aparecía ninguna abertura o rastro de luz al frente. Por lo que pensó con ojos llorosos. 

«Ya está»

«Me perdí y ni siquiera encuentro a mi madre. Debí preguntarle cómo manejar estos lugares, soy malo con las direcciones». 

De repente una pesada mano recayó sobre su hombro. Aquel toque hizo que Dothan tragara en silencio, con los ojos bien abiertos debido a la sorpresa.

Finalmente una tenue luz apareció. Está provenía de una pequeña antorcha. 

Dothan volteo, con esperanzas de que la mano de esta persona, se tratase de su madre. Pero no, aquello con lo que se encontró directamente, fue con una máscara cubierta en su parte superior con miles de plumas que variaban en color.

En lo que podría definirse como mejillas, llevaba algunas rayas rojas , la boca de la máscara llevaba en lugar de dientes perfectamente cuadrados, algunos dientes afilados arriba y abajo , y lo que podría definirse como ojos, era un espacio demasiado grande para serlos. 

Ahora viéndola fijamente…. 

«Espera ¿Esto no es… ? ¡La parte frontal de un cráneo humano!».

—¡Este hombre está hasta los huesos! —exclamó y luego cubrió su boca súbitamente.

Con una mirada vacía, solo se echó a correr,.pero…..

 ¡Lo hizo directamente hacia la cueva!. 

—¡¡Mi madre no dijo que había caníbales!! 

«¡¡Mi madre no dijo que había caníbales!! ». 

pensó y dijo al mismo tiempo. 

¡¡¡Y qué estoy haciendo….. DEBÍA CORRER HACIA AFUERA!!! 

¡¡¡TENÍA QUE CORRER HACIA AFUERA!!!»

«Hasta aquí llegaste Dothan por tus estupideces!! , ¡¡SERÁS COMIDA!!!»

—ARRANCARÁN TUS BRAZOS Y PIERNAS, TE SACARAN TUS ENTRAÑAS, COMERÁN TUS OJOS… TUS OREJAS.. TUS DEDOS CLAVARAN EN ESTACAS Y LOS COMERÁN UNO A UNO…. ¡¡NOOO!!!. ¡MALDITA SEA, PORQUE VI TANTAS DE ESTAS PELÍCULAS EN CASA!. 

«¿uh?» ... Ah~.... 

«Espera….»….. Ah~

En su curiosidad y agotamiento se detuvo, volteo su rostro hacia atrás, esperando que quizá este hombre se haya perdido debido a su veloz carrera. Pero no fue así. 

¡El hombre también estaba corriendo detrás de él, con su antorcha y una lanza!. 

Dothan se impresionó tanto, que su presión subió desde donde se encontraba de pie, vomitó un poco y luego retomando plena carrera, se desmayó. 

El hombre enmascarado al ver aquel declive, dejó de correr y tomó su tiempo hasta llegar al joven que había caído directamente al suelo, frente a él. 

Inclinó su cabeza y acercó un poco su antorcha al rostro del joven, para asegurarse de observar detenidamente sus rasgos. 

—¡JA! Aunque fuera caníbal, no me comería algo que acabara de vomitar. 

Al terminar, tomó al joven y lo colocó colgando sobre su hombro, adentrándose aún más en la cueva. 

Al cabo de unos minutos, Dothan empezó a recobrar el sentido. Podía escuchar que se encontraban charlando dos personas, pero no escuchaba claramente aquello que decían. Sentía que sus pies no se encontraban en el suelo y es más se encontraba por alguna razón mareado. 

—¿Beatrice, este es tu hijo? —dijo un hombre, con gran voz.

Al escuchar "Beatrice" , inmediatamente Dothan abrió ambos ojos, pero al estar de cabeza no podía centrarse en tenerlos abiertos por más tiempo, así que los cerró fuertemente. Por lo que aquello único que pudo hacer fue balancearse un poco, para que este hombre lo dejará ir. 

El hombre enmascarado, soltó a Dothan colocándolo fuertemente sobre el suelo. Este cayó de trasero sobre hierba verde. 

Luego tomó con su mano, su cabeza y la golpeó tres veces, tratando de borrar el mareo. Al terminar busco con su mirada, a su madre.  

Al momento de encontrarla todo el miedo que recorría su espalda hace poco se borró totalmente con cierta aura de seguridad. Así que se elevó y corrió de inmediato a los brazos de su madre, hundiéndose en su pecho. 

Beatrice, cubrió a su hijo con ambos brazos. Y luego golpeando en su espalda tratando de calmarlo, dijo —Ya… ya….

—Creo que fue mala idea enviar a Tholum a buscarte. —susurro Beatrice.

—¿En serio? —Preguntó el hombre —Te veías muy contenta al pedirmelo.

—lo fue, pero, no pensé que pasaría esto. Ihsa es un joven muy sensible. Desconoce esto totalmente.

—Haaa —suspiro el hombre. —¿Estás segura de eso? ¿No criaste a una niña vestida de hombre?.

—¿Qué?... —dijo Dothan casi perdiendo el habla.

—¡Oye jovencito! Mírame bien, no soy ningún caníbal, porque hace poco te escuché gritarme. Simplemente resguardo la entrada.

Soltandose de los brazos de su madre, Dothan exclamó —¡¿ Y esa máscara? ¡Claramente es un cráneo humano!. Además, ¡qué tamaño descomunal!

—Mmmm… esto, lo es —dijo el hombre con la máscara puesta y con una sonrisa sarcástica —, pero si lo ves más de cerca, es de madera no huesos, espera…….. ¡Oye! ¡Oye! ¡Mi tamaño no tiene nada de malo, solo mido 2 metros! .

Beatrice con un mano en su frente, pareciendo negar intervino entre ellos —Ihsa, esa máscara es para, de alguna manera….. mmm… espantar a los curiosos.

—Así como lo escuchas, jovencito, hay muchas personas curiosas por este lugar. Y no es conveniente para nosotros. Así que hacemos esto para escondernos. Además no deberías juzgar a las personas por como se ven.

—No lo hago, no forma parte de mi ética. Solo no suelo ver personas de ese tamaño. Y aún más en la oscuridad , cualquiera pensaría que es un animal feroz.

—¡Tu! —exclamó con voz ronca Tholum. —olvídalo, ya te pareces a él, no era de esperar mucho acerca de tu actitud aunque tú eres más niña.

—¡Oye esa es una ofensa! Y ¿Que?, me parezco, ¿a quien? —pregunto Dothan.

Beatrice tosió dos veces, irrumpiendo nuevamente, tratando de llamar la atención de Dothan y Tholum y eludir el tema.

—Tholum, ¿dónde está tu hermana Tahjal? —preguntó Beatrice, cubriendo con su mirada todo alrededor. —trajimos un regalo para ella.

—Ella se convirtió en la líder de por aquí hace mucho tiempo —dijo despreocupadamente —Ya sabes, ser líder es un trabajo duro, debe cuidar de su gente, administrar suministros y muchas cosas más. Raras veces sale de su casa. Si vinieron a buscarla, tendrán que ir y sacarla de su escondite.

—No es necesario. —dijo una mujer a lo lejos. Su voz fue tan suave como aquella rafaga de viento que cruza sin previo aviso durante un día soleado. Dothan al escucharla, dirigió su atención hacia ella. Al igual que con Tholum.

Aunque mostraba cierta aura intimidante, presentaba una gran sonrisa en su rostro. Revoltosos y largos cabellos eran evidentes sobre su cabeza, cuentas de colores como decoraciones colgaban de las puntas de su cabello y verdosos y negros ropajes cubrian su cuerpo. Llevaba un cinturón de fichas de madera con varias runas talladas y aretes bastante alargados. En sus manos también había estos signos tallados en la madera.

Demasiados de ellos, marcados por una especie de pintura negra , los mismos se encontraban también a un lado de su cuello y en ambas muñecas que lograban verse puesto que no llevaba cubiertos sus brazos y talones.

—Ese… es un raro e interesante tipo de belleza —dijo Dothan.

—Gracias jovencito. —dijo pulcramente la mujer mientras avanzaba paso a paso y su cabello tintineaba debido a las cuentas que habían sido incrustadas en las puntas de su cabello.

Una vez frente a Beatrice, se abalanzó sobre ella. Cubriéndola perfectamente con sus brazos. Luego la soltó ligeramente, diciendo —después de tanto tiempo, volvernos a encontrar es extraño. Vengan conmigo. Mi casa está vacía justo ahora. —luego contemplando al joven de pies a cabeza con sus negros y brillantes ojos agrego —Este chico debe ser Ihsa, ¿no?.

—lo es… —dijo Beatrice sonriendo tímidamente.

La mujer volteó al ver su timidez oculta en cierta sonrisa. Esta la observó fijamente, pero no mostró alguna expresión en su rostro al fijarse en la otra mujer. Era un rostro totalmente inerte.

—Lo cuidaste muy bien. Es idéntico a su padre. O bueno, mucho más tierno que el.

—¿Qué? —preguntó Beatrice. Algo sorprendida.

—Digo, que lo cuidaste muy bien para ser tu sola —recalcó la mujer.

Beatrice no sonrió, tampoco permitió que alguna palabra saliera de su boca, de hecho no sabía cómo responder ante aquel halago. Su corazón latía intensamente. Parecía como si en alguna parte de ella hubiera necesitado escuchar aquellas palabras. Para calmar aquel pasado que atormentaba su mente dolorosamente. Era un sentimiento bastante parecido a aquel cuando un hijo coloca todos sus esfuerzos en algo y espera ser recompensado con un "lo hiciste bien" o estoy "orgulloso" de sus padres.

—Bien, no perdamos más tiempo, hay mucho de lo que debemos conversar, han sido 15 años desde el último día que nos vimos. —dijo Tahjal.

—Ah… ah…si… —tartamudeo Beatrice. —Ihsa trajo un regalo. Beatrice tomó aquella canasta con cuidado entre sus manos, dándosela después a Tahjal.

—Mmm, son fresas, mis favoritas. —dijo, esta vez con una gran sonrisa —gracias jovencito.

—No es nada —respondió Dothan, con ambas manos detrás, orgulloso y algo avergonzado.

Antes de ir hacia aquella residencia, Tahjal dio aquellas frutas recién cosechadas a Tholum, únicamente para que él se encargará de guardarlas. Mientras eso, ella podría dirigirse de inmediato a su lugar y no desviarse por algún otro lado, pues ahora su atención sólo se encontraba sobre sus dos nuevos invitados.

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