Nuestras historias

Iván.

Salio del baño con ropa de dormir. Yo la esperaba con dos tazas de café. Y mientras la esperaba, había llevado todo el montón de ropa al cuarto de lavado. Me di cuenta que no le gusta el desorden.

- ¿Queres que pida algo de comida, tenés hambre?

- No gracias, el café está bien. Ahora no tengo hambre. Veni, sentate acá que quiero contarte algunas cosas.

Se nota que no es fácil para ella contarme su historia. Está nerviosa, por como sostiene sus manos y juega con sus dedos.

Me senté en la cama frente a ella, y esperé a que me cuente lo que quería decirme.

Ella habló, y soltó las palabras como si fuera una catarata. Me hablo de su ex, de sus padres y Lo que Daniela hizo por ella.. las amenazas que recibió de ese psicópata hicieron que ella se cierre a una nueva vida, de conocer a alguien quien la quiera y hasta de sus amigos.

Yo escuchaba atento a todo lo que me decía y cuando por fin terminó de hablar, una lágrima rodaba en su mejilla. Me sonrió aliviada. Sentí que Emma se acaba de sacar un peso muy grande tan solo con hablar.

Yo en lo único que pensaba era en querer matar a ese tipo. Ojalá mi Ángel nunca más tenga que verle la cara. Es demasiado lo que tuvo que pasar todos esos años, salir adelante después de todo. Es una mujer fuerte. Ninguna mujer merece ser tratada de esa manera, y mucho menos ser golpeada tan brutalmente como si fuera basura..

- Calma preciosa, gracias por contarme esto. Sé que no habrá sido fácil abrirte de esta manera conmigo. Ya no llores.

Ahora me toca a mí.

Emma

Con la misma facilidad que tuve yo al contarle mi pasado el me contó el suyo. Me contó sobre sus padres, sobre su ex Novia Andrea y sobre su decisión de terminar su relación. Es un chico muy paciente y también pasó por una mala relación. Al parecer no todos tenemos finales felices en la vida. Pero no siento que esté triste, después de todo su ruptura es muy reciente. Aunque el haya hecho el duelo cuando todavía estaban juntos.

- Iván, lo siento mucho.

Me miro fijo y me dijo...

- Todavía no terminé de contarte todo. Mi nombre es Iván Cipriano, mi familia y yo somos dueños de las empresas más importantes de Argentina en Alta Tecnología. Y nos estamos expandiendo en varios países con éxito. Somos unos de los 10 mejores en el mundo. No soy un estirado con mucha plata que piensa que es dueño del mundo. Al contrario, me gusta la vida sencilla, eso me mantiene humilde.

No toda la vida fue así, mis padres desde muy jóvenes se esforzaron por llegar a la meta, se rompieron el lomo para llegar a tener lo que tememos ahora, es el trabajo de toda su vida y fueron casi 30 años trabajando para ser los mejores en lo que hacen.

Y yo, soy el Presidente de la empresa de Buenos Aires.

Lo miré y no entendía bien lo último, técnicamente me estaba diciendo que era un empresario exitoso de 24 años, y que se están expandiendo en todo el mundo.

No sabía que decirle.

- Decime algo, yo sé que es raro, pero necesito que me digas algo. Te conté sobre mi empresa y trabajó porque en algún momento vas a notar que no me fijo en lo que gasto o porque tengo cosas muy caras.

- Ya me había dado cuenta de eso. Ninguna persona normal gasta en el super 120 mil pesos como si comprara un paquete de cigarrillos en el kiosco.

El solo sonrió.

-Muy observadora mi angelito.

- Ahora sí que no sé que decirte, de verdad. Soy un insignificante ser humano que está sentada en la cama con el dueño de una empresa exitosa en Alta Tecnología.

- No digas eso, yo también soy un insignificante ser humano que está sentado frente a la chica más hermosa que conocí en mi vida. No me importa nada más en el mundo ahora que estar a tu lado.

Desde el momento en que te vi me volví loco. Siento la conexión que hay entre nosotros, y sé que vos también la sentís.

Dame la oportunidad de conocerte más, y si no te gusta como soy te dejo tranquila.

- Nos estamos conociendo.

La besé, con hambre, como si mi vida dependiera de eso, y ella me respondió de la misma manera. Y cuando casi nos quedamos sin aire nos separamos y le dije...

- ESO ME HACE FELIZ.

- Todo a su tiempo… pero ahora quiero sexo, rudo y sin censura.

Y se subió encima arrancándome la ropa, y cuando termino se quitó la poca que tenía ella puesta.

Me gusta que tome el control, es una diosa. Me besa, acaricia y muerde y lame. ¡Dios! Lo que me hace sentir cuando me muerde.

Y así pasamos la noche y casi todo el domingo. Encerrados en la casa, comiendo y hablando. y claro, teniendo mucho sexo. Pero lamentablemente tenía que llevarla a casa. Sus amigas ya estaban en el departamento y querían hablar con ella. Su celular no paraba de sonar .

- Ya estoy lista, ¿nos vamos?

- Si, aunque no quiero que te vayas.

Nos besamos y ella me abrazo.

- Podés visitarme cuando quieras Iván, no estoy al otro lado del mundo. Vivimos a 5 minutos.

unos besos después la llevé a casa.

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