Un día con Iván

Salir y hacer las compras fue divertido, me reí muchísimo y el viaje de vuelta a su casa fue más corto, hablábamos de que podía hacer de comer, teníamos hambre.

Cuando llegamos, bajamos todo del auto y llevamos todo lo que era comida a la cocina. Las bebidas las guardaríamos después en otro lado cuando terminemos de comer.

Él me ayudo con todo y siempre me daba una sonrisa dulce cuando le explicaba como guardar los alimentos.

Me reía cuando quería guardar los articulos de limpieza con los fideos. De verdad no hizo nunca las compras y muchísimo menos guardar su propia comida.

Cuando terminamos de guardar todo, Busque lo que iba a necesitar para preparar el almuerzo. Estaba todo en caja, sin uso. Cuchillos, tablas, cacerolas TODO NUEVO y de excelente calidad.

Lo busqué con la mirada y no lo encontré.

Saque las cosas que necesitaba de las cajas y las lavé. Prendí el horno de la cocina que estaba sin usar, lo que me pareció más raro todavía. Nada de lo que había en la cocina había sido usado más que unas tazas, vasos y el mate.

Me asusté cuando vi a Iván apoyado en la mesada, no lo vi entrar. Se acercó y me ofreció ayuda, me dio un beso en la mejilla y espero a que le responda.

- ¿Por qué todo lo que hay en la cocina es nuevo?

-Porque me acabo de mudar, hermosa. Me tuve que comprar todo. La casa estaba vacía.

Todo lo que había en la casa era nuevo, y todo era caro. No quise decir nada, pero me daba curiosidad saber de donde saca tanta plata para darse todos estos lujos, por ejemplo las botellas de whisky que salieron un ojo de la cara.

-Ok, ¿me pasarías el pollo de la heladera por favor? Te voy a hacer el mejor almuerzo de tu vida.

Saco el pollo de la heladera y me lo dejo en la tabla.

- Quiero aprender, enseñame unos trucos.

Dijo muy serio.

- Esta bien, párate al lado mío y presta atención.

Le enseñé como separar las patas y como sacar las pechugas con los huesos sin asesinar de nuevo al pobre pollo.

Me miraba muy atento y ponía mucha atención en como manejaba el cuchillo.

- ¿Que parte del pollo te gusta mas?

-Todo el pollo.

- ¿Vas a comer todo esto?

Me reí y después levanté mis cejas.

- No creo, pero entre los dos podemos comer la mitad.

- Esta bien. Pasame la mostaza y todos los condimentos que compraste. La sal y el limón también porfa.

Condimente todo y lo tire al horno. Pelé papas las corte en rodajas y las puse a hervir.

- Con esto vamos a hacer puré. Ahora esperemos a que se cocine todo.

Me miraba con los ojos grandes y brillosos. Como si nunca en la vida hubiera visto a alguien cocinar.

- Mi angelito vengador tiene un muy buen manejo en la cocina. Y yo solo sé hacer hamburguesas o pedir comida.

— Si no cocino, no cómo. Me toco aprender.

-Ya veo. Y te gusta hacerlo por lo que veo.

-Si me gusta cocinar. Hice varios cursos de cocina y trabajé un tiempo en un restaurante como lava platos. Lo espiaba al chef y así aprendí algunas cosas.

- ¿Trabajaste en una cocina? ¿Y por que no trabajas más ahí?

- Por que en pandemia me despidieron, el restaurante cerro y nos tocó buscar otra cosa a mi y a mis compañeros de trabajo.

-¿ Y de que trabajad ahora. ?

- De nada. Después de ese trabajo conseguí un puestito en una tienda de ropa femenina, y como el local no estaba facturando bien redujeron el personal y al ser una de las más nuevas me despidieron.

El me miraba, pero no me miraba con lástima. Me ponía atención, interés.

-¿Por que me miras así?

- Por que por lo que me contas hiciste muchas cosas para vivir.

- Si. pero no es gran cosa. No seguí ninguna carrera de nada, así que siempre voy a tener trabajos como esos. Es lo que hay.

-No digas eso, todos tenemos oportunidades para salir adelante y prosperar.

- Jajaja, ¿lo dice el chico que tiene todo lo que quiere y puede?

Cambio la cara. Me parece que no le gusto el comentario. Pero no me siento mal por eso, uno de mis defectos es que digo las cosas sin pensar mucho en cómo suenen.

- A vos quiero tenerte. ¿Puedo?

Me besó y me abrazo, yo también lo abracé y le di otro beso.

-Perdón si te molesto. Soy un poquito bestia para hablar.

-No hay problema preciosa, ya te voy a contar bien por que tengo todo lo que tengo. Pero después. Pongamos música y comamos algo antes de que salga la comida. Tengo hambre.

- ¿Picada o solo quesos?

- Lo que quieras, me gustan las dos cosas.

- Conéctate al bluetooth de la casa y pone la música que quieras, es Cipriano el nombre del sistema de audio.

- Está bien.

Una vez conectada puse Fear of the Dark de Iron Maiden y me fijé como iba la comida.

Las papas ya estaban y al pollo le faltaba un poquito más.

- Sabia que te gustaba esta música.

y beso mi cuello.

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