Conociendo más a Emma

Después del almuerzo limpio la cocina y lavo los platos a la antigua, no quiso usar el lava platos.

Según ella era para vagos e inútiles, lo que me causó mucha gracia. Yo no sé como usarlo, como casi todo lo que hay en la cocina.

— Y ahora qué hacemos, guardamos las bebidas?

— ¿No paras ni un segundo no?

- Si, pero después de sacar eso del medio del camino.

- Está bien, pero yo lo llevo. Es pesado

- No me voy a morir por levantar unas latas. Vamos que te ayudo.

Tengo que reconocer que es una chica que tiene voluntad de hacer cosas, No es perezosa y quiere ayudarme en todo.

La llevé al patio trasero, y le dije que guardaríamos todo en el Quincho. Y cuando guardamos todo volvimos a entrar a la casa. Ya estaba empezando a hacer frío.

Prepare café y nos sentamos en el living

- Es supergrande tu casa, me gusta el espacio verde que tenés en el fondo. Creo que no vendiste la casa por eso, los departamentos son lindos, pero no hay nada como un poco de tierra.

- Si, eso y el no querer desprenderme de una parte importante de mi vida. Jamás dejaría la casa donde nací y crecí con mis viejos y mi hermanita.

- ¡Tenes una hermana! ¿Mayor o menor que vos?

- Mayor. Tiene 29 años, se casó el año pasado con un Italiano y viven en Sicilia. Tienen una cadena de Restaurantes en varios puntos importantes de Italia y está embarazada de 4 meses. Voy a ser tío. ¿Vos tenés Hermanos?

- No, soy hija única. Me hubiera gustado tener un hermano, pero la vida me dio a Daniela y es como si fuera de mi propia sangre. No me quejo.

- ¿ Y tus padres?

Se quedó callada, otra vez metí la pata. Ese es un tema sensible. Mejor no digo más nada.

- No veo a mis papás hace mucho. Pero si no te molesta no quiero hablar de eso ahora. En otro momento te contaré que paso.

- Está bien hermosa. ¿Qué queres hacer ahora? Si querés podemos subir y ver una película.

Me miro y asintió. Pero me dio una sonrisita tímida.

- Si, estoy un poquito cansada.

Subimos a mi habitación, y cuando entro vio el desastre de ropa y calzado que había en todos lados. La montaña de trajes acumulados en la silla y la ropa deportiva que también estaba sucia en el piso.

- No señorita. La idea de que pases el día conmigo no era que tengas que limpiar y hacer cosas que puedo hacer yo mismo después. Quiero disfrutar nuestro tiempo juntos.

- No me molesta.

- A mi si. Veni a la cama conmigo y miremos lo que vos quieras. Por favor. ¿Si?

Asintió y se sacó las zapatillas. Yo hice lo mismo y nos acostamos juntos. La película no sé cómo termino, ella me abrazo y se quedó dormida. Yo al no dormir en toda la noche también me dormí.

Unas horas después desperté, ella seguía durmiendo. Mire la hora, eran casi las 9 de la noche.

Se pasó la hora volando. Pero no quise despertarla. Entre al baño y me di una ducha. Tenía que pensar como hacer para que se quede mañana también. No quería separarme de ella.

Mientras me afeitaba pensaba. No sé me ocurrió nada, creo que lo mejor es dejar que ella decida si quiere quedarse o volver a casa. Salí envuelto por la cintura con una toalla y la vi sentada doblando la ropa que estaba tirada. De verdad esta chica no sabe quedarse quieta.

- ¿Qué estás haciendo? De verdad no podes con tu genio ¿no?

- Estoy preparando los trajes que tenés acumulados en la silla para que los lleves a la tintorería. Y la ropa informal para lavar que voy a juntar con la mía después de que me dé una ducha.

¿Puedo hacerte una pregunta?

- Claro, la que quieras.

- Mis amigas vuelven al departamento recién mañana por la noche, y quería saber si podía quedarme con vos mañana también. No me gusta estar sola. ¿Puedo?

Mi angelito, que alegría me estas dando sin siquiera saberlo.

- Por supuesto que podes quedarte, de hecho iba a preguntarte si querías quedarte mañana también pero no quería hacerte sentir presionada ni obligada. Esperaba a que vos decidieras que hacer, pero que quieras quedarte me alegra mucho. Me siento muy bien con tu compañía.

- Yo también me siento bien con vos. Pero me siento un poco rara.

- ¿Por qué te sentís rara?

- Porque siento que te conozco de hace rato, me refiero a la comodidad que siento con vos. Nos conocimos apenas anoche y no quiero irme. Eso también me asusta.

-No tengas miedo, como dijiste anoche, somos adultos. Yo lo único que quiero es conocerte más. Sos una mujer hermosa y me gusta tu forma de ser, me gusta la sensación que me invade ella cuerpo cuando estás acostada al lado mío. Me gustaría que también me conozcas más.

- Voy a contarte mi historia, pero primero me voy a bañar.

Me dio un beso agarró sus cosas y entro al baño.

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