Invitados.

—Ah, ¿sí? — una risa escapa de sus labios—. En pocas palabras, ¿se te apetece cogerme?

—Eres muy inteligente, Zafira.

—Y tú tan romántico — sin esperarlo recibo un beso de su parte, uno que me deja embobado sin darme la oportunidad de reaccionar.

¿Qué carajos te está sucediendo con esta mujer, Massimo? Tú no eras así.

Su mano me jala del cinturón, profundizando nuestro beso.

—Quieres jugar, pequeña, eh.

Ríe con suavidad en un beso, tan inesperado es el golpe que da entre mis piernas, arrodillandome completamente en el suelo donde mi grito de dolor se ahoga.

—¡Maldita loca! — espeto, con las manos puestas en la zona de entre mis piernas—. ¡¡LOCA!!

—Directo a las bolas, ¿no? Lo siento, aprendí a defenderme por mi madre — en un rápido movimiento tiene su pistola en mi cabeza—. Y a disparar por mi padre, ¿quieres ver lo bien que sé usar una pistola?

Con mi cuerpo temblando logro levantarme, sintiendo el dolor menor por el golpe que me dió.

—Esto no se quedará así, Zafira, me las vas a pagar.

—¿Me devolveras el golpe? — me encara, con una sonrisa confianda.

—No, pero haré algo mejor — enlazo mis dedos en su cabello, trayendola de un preciso movimiento a mi boca, volviendo a saborear sus labios.

Sus puños chocan contra mi pecho, pero no me alejo por nada del mundo. Cuando siento que mi respiración se acaba por este extenso beso, la suelto con una risita escapándose de mis labios.

—¿Ahora quién gana, nena?

—¡Imbécil!

Salgo de su departamentos, escuchando aún sus insultos por el otro lado de la puerta.

Paso mis dedos por mis labios, sintiendo el calor de su boca. Ahora entiendo el verdadero significado de “dulce venganza”.

—Te domaré, Zafira, juro que lo haré — sonrío.

...ZAFIRA...

«Lombardo» Tengo atravesado en la cabeza al muy imbécil, no creí pasar por tanto estrés con tan solo 22 años.

Mis trabajos en Italia terminaron, y no tardé en regresar a México con la compañía de Kiran. Ahora que lo pienso, no sé si Massimo también habrá regresado; pero ni me importa lo que suceda con él.

—Déjame adivinar la causa de tu amargura — Kiran me alcanza un vaso de Whisky—. Massimo Lombardo, ¿no?

—¡Quiero matar al muy imbécil! No hace más que sacarme canas.

—Pero si ni tienes.

—Lo está haciendo — ríe—. Massimo es... ¿cuál sería la palabra indicado para caracterizarlo? ¡Es un hijo de perra! — alboroto mi cabello—. Pero ya ni hablemos de él, ese hombre me estresa.

Escucho el timbre sonar, y al abrir la puerta una sirvienta veo entrar a Massimo con una estúpida sonrisa tatuada en el rostro.

—¿Qué tal, nena?

—¿Vienes a chingarme la vida un vez más?

—Quisiera chingarte otra cosa — rasca su barbilla, mirando descaradamente mi entre pierna—, pero no se puede — ríe, fijándose en Kiran—. Oh, estás con tu perro, que diga, con Kiran — vuelve a reír.

—¿A qué viniste, Massimo?

—A negociar contigo, ¿no dijiste que te encanta negociar?

—Habla ya, antes de que pierda la paciencia.

—Estamos invitados esta noche a una gran fiesta, alguien está interesada en hacer tratos.

—Contigo no voy ni a la puerta.

—Te convencen... ¿más de 30 toneladas?

Tuerzo una sonrisa, cruzandome de brazos.

—Iré, pero más te vale no joderme la vida.

Levanta su mano en señal de promesa.

—Prometo hacer de tu noche inolvidable, claro, de una forma en la que no te molestes. Pasaré a recogerte a las 8 — me da un guiño, desapareciendo por las puertas de la mansión.

—Ese hombre no me agrada para nada — comenta Kiran, atrapando mi atención—. Algo trama, no descansará hasta llevarte a la cama.

—¿Celoso, Kiran? — juego, pero su forma seria al mirarme me trae ideas locas a la cabeza—. Massimo no me hará nada, sabré tenerlo comiendo de mi mano.

...MASSIMO...

Ella no puede tenerme a sus pies, ¡no puede! Zafira ha complicado mi ordenada vida. Cómo me arrepiento de haber realizado la maldita apuesta, ¡estoy jodido! Siento que mis deseos por ella solo cesarán cuando la lleve a la cama, por mientras tengo que sentirme como un total imbécil que la mira de una forma que no debería ser.

Abro la puerta del automóvil, ayudando a bajar a Zafira que lleva puesto un jodido sexy vestido dorado que apenas cubre sus pechos, y a su altura no es tan moderada al estar casi a tope con sus muslos.

—¿No tenías otro vestido en tu armario? — inquiero de camino al club, consiguiendo su mirada amargada en mí.

—El hecho de cargar un vestido corto no es sinónimo de puta, ¿o sí? ¿Piensas que por tener un vestido de este tipo le abriré las piernas a cualquier tipo?

—Yo no dije eso.

—Pero lo pensaste. ¿Y sabes qué, Massimo? Cállate, cada día la riegas más.

......ZAFIRA......

Llegamos a una mesa donde Massimo me guía, y donde está sentada una chica que nunca antes había visto.

—Espero no llegar tarde — le sonríe Massimo a la mujer que no me está agradando, lo come con la mirada—. Zafira, ella es Isabella; hija de uno de los socios de mi difunto padre. Isabella, ella es Zafira; mi socia.

Por algún motivo en común, mi cara y la de la mujer están con una expresión neutra en la que ni las manos nos damos; siento este, un momento sumamente incómodo para Massimo.

Más populares

Comments

María de los angeles Macías Ramírez

María de los angeles Macías Ramírez

yá no entendí que me perdí

2024-08-21

0

María de los angeles Macías Ramírez

María de los angeles Macías Ramírez

sé supone que ella tendría 27 años???

2024-08-21

0

silvia

silvia

Haber q tsl jiji

2024-03-19

4

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play