Nos amamos.

—Yo... nosotros... ¿Qué hacen aquí?

—Vinimos a darte una sorpresa de cumpleaños... — tartamudea mi madre.

—Pero los sorprendidos fuimos nosotros— completó Layla—. Ay Dios, me muero— susurró.

—No sientas vergüenza, Zafira, esto es normal. Tuviste sexo con Massimo... vaya, Massimo, sí sabes complacer a una mujer. ¿Cuál es tu secreto para haber hecho gritar como perdida a mi hermana...?

—¡¡MALIK!!— Gritaron todos al unísono hasta hacerlo callar.

—¿Saben qué? Recordé que debo ir a ver a Luigi, adiós Zafira — con prisa Layla sale de la casa.

—Yo... debo... debemos irnos a cerrar un negocio, ¿no es así, Malik? — balbucea Jade.

—¿Qué negocio...?

Jade toma del brazo a Malik, sacándolo de casa.

—Yo recordé que... bueno en verdad yo no tengo que hacer nada, pero dejaré a los cuatro para que hablen. Adiós Zafira. Y tan monja que te creía— entre risas Dante se va al igual que todos mis hermanos, dejándome solo con mis padres y con Massimo.

—Ahora que estamos solos señorita...—la mirada de mi padre cae sobre Massimo—, ¿me presentará a su novio?

—No, Massimo no es mi novio...—mis padres enarcan una ceja.

Ay, creo que empeore la situación, ¿verdad?

—¿No es tu novio?— ambos se miran.

—Bueno... es una larga historia, no tan larga pero...

—Buenas noches, Sr. Logan, ansiaba conocerlo, al igual que a usted, Sra. Rubí. No esperaba que nos conociéramos en una situación tan bochornosa como esta. Soy Massimo Lombardo, uno de los amigos de Malik y socio de Zafira. Y claro que somos novios — envuelve mi cintura con con sus manos.

—¿Y desde cuándo?— pregunta mi madre.

—Desde hoy— qué imbécil, no sirve ni para mentir—. Pero nos amamos.

—Te voy a matar luego, imbécil—susurro para que solo él me escuche.

—Bueno, si es así, no me queda nada más que desearles lo mejor del mundo, ¿no es así, Logan?

Mi padre es muy sobreprotector y celoso, y si aceptó a Ryan como mi novio fué porque lo vió crecer.

—Papá, ¿no dirás nada?

—No tengo que decir, eres mayor de edad y tomas tus propias decisiones— se acerca a Massimo, extendiendole la mano— Mucho gusto, Sr. Lombardo— estrecharon sus manos— Espero y nos podamos llevar muy bien.

—Claro que sí.

...MASSIMO...

El Sr. Logan se acercó a mí oído con una sonrisa.

—Si la lastimas te mato, cabron, ella es mi niña así tenga 23 años, ¿entendido?

—Claro que sí, ella está en buenas manos, no se preocupe.

—Eso espero.

Nos alejamos y él agarra de la mano a su esposa.

—Espero y en la otra que vengamos de visita no nos sorprendas de una manera parecida. Buenas noches y continúen en lo suyo.

—¡Papá!

Ambos salieron de casa y Zafira se sentó en el sillón roja de la vergüenza.

—Al menos no duró tanta la conversa.

—¿Ahora cómo carajos miro a la cara a mis hermanos? Se burlaran de mí— me miró—. ¿"Nos amamos"?— me tiró una almohada— si tengo sexo contigo es para quitarme el estrés, más nada. No te confundas Massimo, ni yo te amo ni tú a mi, ¿entendido?

—Lo tengo muy en claro, Zafira, no me interesa enamorarme para tu información— sonríe.

—Bien, ahora largo.

—¿No íbamos a...?

—La noche de sexo terminó, largo de aquí, fumigate —me empujó hasta la salida.

—No soy un mosquito para fumigarme...—cerró la puerta en mi cara— ¡Buenas noches, nena! ¡Sueña conmigo!

—¡No, gracias!— me responde desde el otro lado de la puerta y rio.

No sé lo que me sucede con Zafira, pero me siento tan extraño a su lado. Espero no estar como lo imagino; enamorado.

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