Capitulo 8

Al día siguiente mi tía y mi madre ya tenían lista la nueva medicina, me pidieron ayudar a recolectar las hierbas con Sabrina porque debían hacer la mayor cantidad posible, ya que eran muchos enfermos. Salí con Sabrina al huerto y empezamos a recolectarlas y colocarlas en unas pequeñas cestas, en la medida que íbamos recogiendo.

- Sabrina recoge las que están en esa hilera, le dije señalando las pequeñas plantas.

- Prima porque sabes tanto de las hierbas ..me preguntó

- Bueno mi mamá desde que tengo 5 años empezó a llevarme con ella al huerto y me enseñaba las plantas, respondí

- mi mamá nunca me había llevado al huerto, hasta que quedó en cinta de mi hermana Sinaí ..me dijo

- tranquila Sabrina ya aprenderás todo, yo te ayudaré, por lo pronto ayúdame a cortar las que te señale para llevarselas a nuestras madres..le dije

Cuando me hizo esas preguntas me di cuenta que Sabrina no sabía mucho de las hierbas, así que me pregunte por qué mi mamá Aldira había sido tan insistente en que las conociera, y aprendiera hacer las medicinas, me quedé pensando un rato mientras continuaba cortando las hierbas, y entendí que debió ser por nuestras personalidades Sabrina realmente era una niña, con pensamientos de niña, ella se distraía al ver una mariposa, un gusano, una mariquita y cuanto insecto se le cruzaba, le gustaba corretear por el bosque, jugar en los charcos y hasta hablar con su amigo imaginario Gael, en cambio yo no era una niña de verdad, tenía la madurez de una mujer de 40 años y por más que me esforzaba por comportarme como una niña no lo lograba al cien por ciento, yo me enfocaba en leer, siempre le pedía que me comprará libros, de hecho ya tenía una biblioteca particular, con toda clases de libros, no hacía discriminación en ellos, quizás mi madre al ver eso quiso enseñarme, si debe ser eso.

Regresamos a la cabaña con las cestas cargadas de las hierbas, mi madre me pidió que en la mesa las clasificará por grupos y las colocara en unas bandejas, me senté con Sabrina y poco a poco las fuimos clasificando, nos levantamos y se las fuimos llevando al cuarto de preparación, cómo madre me había enseñado hacer medicinas me dijo que me quedara, ya que Sina estaba dándole de comer a la bebé, ella me explico cómo mezclar las hierbas y prepararlas así que minuciosamente la ayude, mi mamá es más rápida, pero igual adelantamos bastante. Cuando llegó mi tía Sina, madre me dijo que fuera a descansar y a jugar con Sabrina.

Al día siguiente mi tía Sina cargo las alforjas del caballo con toda la medicina que habíamos hecho el día anterior, se colocó su capa y se fue al pueblo de Rhell a llevar las medicinas.

El día paso tranquilo, sin mucha novedad, en la tarde regreso mi tía Sina y dijo que habían logrado tratar a una gran cantidad de enfermos pero que aún había que hacer más medicina.

Así pasaron dos semanas, haciendo medicinas y apoyando en la casa y en la labor del huerto, hasta que finalmente mi tía Sina llegó diciendo que la epidemia de había controlado y los enfermos estaban mejorando día con día.

El día de partir había llegado, empacamos nuestras cosas, mi tía Sina también hizo un pequeño equipaje para las niñas y ella, ya que antes de ir a nuestra casa pasaríamos por el santuario de la Diosa Yue, hacer el ritual de presentación de la pequeña Sinaí.

Salimos antes del amanecer, Sabrina y yo estábamos muy perezosas, ambas queríamos seguir durmiendo un rato más, pero ni modo, ya íbamos en camino, hicimos una parada para descansar y tomar un poco de agua.

-¿Están bien niñas ? Pregunto mi madre

- Si madre, solo un poco cansada. Respondí

- yo también estoy bien tía..respondió Sabrina

- bueno descansen nos quedaremos un ratico aquí, ya que el camino es largo ..respondió mi madre.

Al rato nos levantamos y continuamos el camino.

Estuvimos viajando por dos días hasta que finalmente llegamos al santuario de la Diosa Yue.

El lugar era hermoso, habían tres senderos llenos de flores silvestres, y piedras que convergian en una especie de Capilla, me sorprendió ver qué era de piedra, era alta y una enredadera de flores blancas que cubrían gran parte de las paredes, en la entrada había una puerta grande de madera labrada, Sabrina y yo corrimos hacia la entrada pero cuando íbamos a empujar la puerta mi madre nos gritó:

- ¡ No lo hagan !

Enseguida volteamos, asustadas, nos paralizamos, mi madre llegó a nuestro lado y nos dijo:

- no pueden entrar de día, tenemos que esperar hasta el anochecer, la Diosa Yue es la Diosa de la Luna y no podemos irrumpir en su descanso del día.. nos explico..

- vengan vamos a descansar y a comer .. dijo me tía Sina

Con mucha decepción nos acercamos a nuestras madres y nos sentamos a sus lados, voltee a observa con detalle el lugar y habían muchos árboles frutales, y cargados de frutas que se veían realmente hermosas, mi madre me acerco un poco de comida y le pregunté:

- Madre ¿Puedo agarrar una pera de ese árbol ?

- No, si quieres te doy un poco de fruta que trajimos me dijo..

- pero ¿Por qué no puedo agarrar fruta de esos árboles? .. refuté..

- Porque esos árboles son sagrados, todos estos árboles que están alrededor del templo fueron sembrados exclusivamente para la Diosa Yue y si tomas de sus frutos ella se podría ofender, solo puedes agarrar los que están en el piso, así que come lo que trajimos y comportate bien. Me dijo

- está bien madre

Me sentí como una niña regañada, nunca me gustó esa sensación de que me estuvieran regañando por eso en mi vida anterior siempre trate de hacer todo perfecto y en esta no había mucha diferencia, forma parte de mi ser esa necesidad de perfeccionamiento, lo único que aquí no tenía tantas responsabilidades así que me sentía más aliviada .

Comimos, y nos quedamos dormidas un rato, ya que estábamos algo aburridas esperando el anochecer.

Al caer la noche, la entrada del santuario se iluminó con una luz como dorada y las puertas se abrieron, eso me pareció super fantastico, inclusive me pareció increíble, pero habían ciertas cosas de este mundo en las que mi parte científica procuraba no indagar, por lo visto aquí existían cierto tipos de magia o algo así, era la única forma de explicar la edad de mi madre y mis tías y que no envejezcan.. mi madre me saco de mis pensamientos:

- vamos niñas, es hora de entrar.. dijo

Caminamos viendo todo a nuestro alrededor, el sitio era realmente elegante, en el sitio habían decoraciones con oro, eran como flores hechas de flores que decoraban las paredes, habían unos bancos de madera y en el fondo estaba como una especie de sarcófago de oro, colocado sobre una mesa de piedra y en el centro había una estatua de piedra con la forma de una mujer, de cabellos largos, sus facciones eran hermosas y suaves, y el labrado no era de desnudez, más bien tenía como una especie de túnica.. su forma y cuerpo me recordó al cuadro que ví una vez de la diosa griega Afrodita.

Mi madre y mi tía comenzaron unas oraciones, pero no las entendía muy bien, parecían en otro lenguaje, Sabrina y yo estábamos sentadas en uno de los bancos, ella me agarraba la mano como asustada, yo estaba más curiosa.

Después de eso mi tía Sina y mi madre subieron con la bebé hasta un sitio que parecía una fuente, y allí le tomaron un dedito de la bebé y le hicieron un pequeño corte con una daga, la sangre empezó a correr y cayó sobre la fuente, en ese momento los ojos de la estatua se iluminaron y se oyó una voz que dijo:

- Aceptada eres descendiente de Indira.

y una luz cubrió a la bebé y sano su dedito.

Enseguida Abracé a Sabrina.. en mi vida había visto yo esas cosas, así que me aterré... Las dos estábamos muy asustadas abrazadas.

Después de eso la luz que iluminaba los ojos de la estatua se apagaron y mi madre y tía Sina bajaron de allí con la bebé.

- Vamos niñas es hora de salir del santuario. Dijo tía Sina

Nos levantamos rápido, (yo hace rato que quería salir corriendo de allí, pero me dió más miedo irme aparte de que le había prometido a mi madre portarme bien), y salimos de la capilla.

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