Capitulo 3

En los días subsiguientes leí varios libros acerca de la historia de ese mundo, en esos libros se contaba que ese continente tenía varios reinos y que a lo largo de los años se libraron muchas guerras hasta que finalmente quedaron tres grandes imperios: el Imperio de Morit, el cual era dirigido por un descendiente de la familia Doyle, el Imperio Drest que era dirigidos por los desendientes de la familia Leonis y el Imperio Ziah que era dirigido por los desendientes de la familia Nakamura.

Según cuenta la historia los tres imperios tenían grandes y poderosos ejércitos que se igualaban en poder, por lo que decidieron firmar un Pacto de no agresión, que dió lugar a un tratado de paz y comercio entre los imperios, el cual se ha mantenido durante 5 generaciones evitando así el derramamiento de sangre. Los tres imperios son prósperos e inclusive para mantener la paz han hecho alianzas a través de matrimonios entre príncipes y nobles de los tres reinos.

Dentro de ese continente hay un territorio conformado por tres bosques, el cual se le conoce como el reino sagrado, no es habitado por nadie, ya que esos bosques fueron entregados por los 3 emperadores a la Diosa de la creacion y la naturaleza Yue, de hecho en interior, exactamente, en la convergencia de los tres bosques está el santuario sagrado dónde dice la leyenda que reposa la Diosa Yue.

Los tres bosques que conforman el reino sagrado son el Bosque de Lux, el Bosque de Live y el Bosque de Div.

Le pregunté a mi madre el por qué si en los libros dicen que nadie habita los bosques sagrados, porque nosotras vivíamos allí, ella me contó que su madre fue una sacerdotisa acusada injustamente de hechicería y adulterio que fue condenada al exilio por los emperadores de los tres imperios y ella en su desesperación huyó al reino sagrado.

Ella estaba embarazada, le imploro a la Diosa Yue por la salvación de su vida y la de su bebé, vio una luz que la guió al santuario sagrado, allí ella vio en persona a la Diosa Yue con quién pactó salvarla con la condición de que las hijas que llevaba en su vientre fueran las guardianas de los 3 bosques y el poder que en el habitaba.

Es así como la sacerdotisa Indira dio a luz a tres niñas que las bautizo: Aldira, Sina y Rose, y conforme a lo estipulado por la Diosa construyó tres cabañas una en cada bosque para que llegada la mayoría de edad de cada una se convirtieran en las guardianas de los bosques.

Le pregunté a mi madre que no entendía si ella es joven, entonces recién había heredado la casa, ella me sonrió y me dijo que ella tenía ya 100 años, que el regalo de la Diosa Yue para ellas había sido una larga vida.

Me sorprendí mucho y la abracé y le pregunté que si yo viviría 100 años también, me abrazo muy fuerte y me dijo que eso solo lo sabía la Diosa Yue, que si mi vida era de su agrado viviría una eternidad.

Los días pasaron y yo me sentía muy feliz, era amada, y aunque mi mente no es de una niña de 4 años igual decidí vivir esta segunda infancia, al lado de una madre amorosa, y no es que mi madre original no fuera amorosa, porque en realidad fue la mejor madre del mundo, sin embargo el cáncer había decidido llevársela dejando un vacío muy grande en mi, que me llevo a meterme más y más en mi trabajo, así que si la vida me daba una nueva madre yo la iba a disfrutar mucho. Y lo mejor de ser una niña es que no tengo responsabilidades. ( Ja ja ja )

Al cabo de dos meses ya la herida de mi cabeza había sanado por completo y mi madre me permitió salir del cuarto, recorrí la cabaña, cabe destacar que es hermosa, tiene una cocina pequeña, una sala comedor con una chimenea ( nunca había vivido en un sitio con chimenea, siempre me dió curiosidad que sentiría estar sentado frente a una), tres cuartos: el cuarto de mi madre que es grande con una cama matrimonial, todo tan lindo y estilizado, se reflejaba su elegancia y sencillez, en el closet ví sus bellos vestidos, sencillos por ser plebeya, pero de colores pasteles, con una hermosa cortina blanca; el cuarto donde mi madre preparaba las medicinas que vendía en los boticarios, en ese cuarto había una mesa, unos morteros, un lavabo y unos closets con frascos y muchas hierbas; un cuarto de baño con una bañera, un inodoro y un lavabo. Salí al porche y habían toda clase de flores silvestres y una linda mecedora, me senté en ella a respirar el aire fresco y puro, me siento tan feliz. ( Extraño un poco mi vida anterior, pero igual ya yo estaba muerta).

Fueron pasando los días y mi madre me enseñó a cuidar del huerto que es nuestra principal fuente de alimentos, así como a cuidar las gallinas y de nuestro caballo, que es nuestro principal medio de transporte.

Durante el día cuidabamos del huerto, yo corría por el bosque y me gustaba meterme en el río a jugar y a bañarme, mi madre se reía mucho al verme llegar mojada o con algún pez o piedra nueva que encontraba, a veces me regañaba y decía que me iba a enfermar pero yo me sentía feliz, me sentía libre.

Un día mi madre me vistió muy bonita o bueno para mí era bonito, y me dijo que iríamos al pueblo de Durant que pertenece al imperio Morit para llevar un encargo de tónicos, ungüentos y bálsamos a los boticarios del pueblo y que allí realizaríamos las compras más importantes del mes. Yo estaba emocionada por fin conocería la ciudad.

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