Cap 7. Cortando la primera bandera

Fue una escena impactante de ver, sobre todo porque no había ocurrido una situación como esa desde hace ya quince años

Las personas se sorprendieron y horrorizaron al ver que no estaban tan a salvo como creían. Si volverían los fenómenos naturales, todas las cosas se perderían y no tendrían como poder comercializar sus productos. Haciendo que la oficina del rey se inunde de pedidos, proponiendo una solución o alternativa que les permita mantenerse seguros por un tiempo en lo que dura la siembra y la cosesha

Prácticamente todos se llenaron de trabajo, aunque eso no fue impedimento para que se le diera una pequeña recompensa a Ibeth, para hacer esto posible, le pidieron que acuda al palacio dentro de unos cinco días, tiempo suficiente para poder bajar la montaña de papeles y tuviera. Un momento para conversar a gusto

- ¿Hice algo mal para ser citada al palacio?

- Lo más probable es que solo se le pregunte por cuál fue la fuente de información que le proporcionó una información tan certera

- No fue una prediccion, solo con ver el periódico y la información de territorio que iba de mal en peor, se puede deducir de manera rápida... ¿O no?

- Normalmente los sacerdotes son quienes hacen ese tipo de predicciones, pero usted no tiene ningún tipo de conexión con ellos, eso hace que la situación sea aún más rara de observar

¡Miércoles! Quien me manda a abrir mi boca... Pero tampoco tenía opción, era eso o perder la oportunidad de ayudar a esas personas... Tendré que soportar lo que venga por intentar ayudar... Uf...

En lo que Ibeth suspiraba seguía escribiendo algunas cosas, Alonso se dirigió a la puerta, la abrió y ahí había una sirvienta entregando las cartas que había enviado el cartero. Recibió las que eran correspondientes y nuevamente cerró la puerta

- ¿Entrenas el sigilo?

Preguntó Ibeth, quien a pesar de estar concentrada escribiendo, se percató que Alonso estuvo a su lado por un momento y luego se acercó a la puerta sin decir nada, ya luego se vio que era la entrega de cartas

- No quería interrumpirla, aquí están las cartas

- No te estoy cuestionando, solo estaba preguntando por curiosidad

-... Fui entrenando para poder detectar el más mínimo movimiento, si nos descuidamos pr un momento pueden aprovechar para atacarnos

- Parece ser bastante estricto

Aunque se podría tratar de un entrenamiento militar... No es tan diferente a lo que conozco, lo único que cambia es el arma que se usa

- Dime ¿Qué pasa con los que no logran pasar esos entrenamientos?

- Normalmente se le degrada de puesto y solo se quedan como guardias de algunos locales o de las puertas del palacio, la biblioteca real, entre otros lugares

- Entonces... Siguen trabajando, solo que no como ellos quisieran o para lo que se postularon

- Así es

- Ya veo... Felicidades por lograr lo que tienes hasta ahora

- ¿Qué?

- Te felicito por haber logrado el duro entrenamiento y aunque ahora estés desempeñando el papel de escolta, no quita que superaste bastantes obstáculos para lograr lo que querías, se obtiene una gran satisfacción cuando consigues algo por tus propias fuerzas, aunque no siempre eso se cumple con lo que todas las personas

Lo que dijo parecía ser un discurso armado o el típico "debió ser duro", "lamento que hayas sufrido", en cambio ella dijo lo que todos pensamos en ese momento... Solo debíamos seguir adelante si quería so ser reconocidos como parte del escuadron de sombras que trabajaba para la familia real

Ahora era Alonso, quien estaba perdido en sus pensamientos, pero pronto llegó a sus sentidos cuando escuchó una risa

- ¿Sucedió algo?

- Jajaja... Lo siento, lo siento, no puede contenerme, ten y lee la carta

- No podría

- No te hagas el tímido y lee, para que te enteres de lo que le pasó a la chica con la que me reuní en la cafetería hace días

A pesar de estar un poco inseguro. Alonso sostuvo la carta y también esbozó una sonrisa

La que había enviado la carta era Elvira, el contenido de esta decía que se había encontrado con Esteban [como se hacía llamar el príncipe heredero], conversaron sobre lo sucedido con el tsunami y él parecia estar reacio a mencionar a Ibeth, pero tampoco quería mencionar el tema de la inundación, por lo que se portaba un tanto seco; después de decirle que no le gusta su expresión y que si no lo cambiaba de tendrían que despedir, después de eso se puso un poco inquieto como si alguien lo estuviera vigilando, aprovechando esa oportunidad, trató de jugar un rato esa idea de que algunas jóvenes con cabello rojo estaba por las tiendas. Esto sirvió para que este se pusiera aún más irritable, cambiando su comportamiento que hasta hace unos segundos había dicho que cambiaría, se puso más nervioso volteando apra todos lados, siendo ese el momento en el que Elvira le dijo que no le gustaba que se comportará como si fuera un vil infiel que dejó a su esposa y quería tener una aventura con otra joven

Dice que se puso colorado, tartamudeaba y no sabía que decir, aprovechando esa situación, Elvira le dio una parada en su entrepierna y salió corriendo gritando que era un maldito infiel. Tan pronto como regresó a su casa escribió la carta diciendo que ya no quiere ver a esa persona y que quería ir s visitarla para contarle a más detalles las cosas

- Lo sé, es demasiada larga la historia, pero conociéndola hizo todo un resumen para evitar enviarme un libro completo de lo que pasó

-... Esa persona... Lamento no haberle podido decir sobre él

- Era tu trabajo, a fin e cuentas, te pusieron en esta posición para vigilarme, por lógica no me vas a decir lo que hace tu jefe, no era yo la que te había contratado, pero no es nada personal, no te preocupes

-...

- Repito que no te estoy juzgando... Ven a sentarte un rato

- No debería

- Solo es un momento, puedes bajar la guardia, solo quiero pasar el rato contigo, como... Podríamos decir para ganar confianza

- Está bien

En lo que restaba de esa tarde, Ibeth se quedó conversado con Alonso, mostró sus preocupaciones como una persona común y corriente, cosa que sirvió para que él comprendiera mejor su repentino cambio de actitud; aunque Alonso parecía un poco temeroso a hablar sobre él, no se le obligó a hacerlo, mostrándose un poco más cómodo y tratando de darle algún tipo de soporte emocional a Ibeth

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