Cap 11. Regaño

Cuando las jóvenes se reunieron estuvieron conversando por bastante tiempo sobre los nuevos materiales, además de incurrir en la elaboración de ropa para niños, aprovecharía la nueva temporada escolar, donde los pequeños que alcanzan la edad requerida, buscan confeccionar sus uniformes entre otras ropas que les pida. Ello produciría una elevación en el ingreso económico, pero como siempre, debían estar preparados para perder en los primeros meses, debido a que recién se estarían incorporándose en el negocio de uniformes para las academias. Para que esto pudiera ser concentrado debían reunirse la próxima vez en el mismo local en la otra chica que conseguía las telas

Ante esta nueva novedad, Elvira aceptó y quedó en ponerse en contacto tan pronto como le contará la noticia a su otra socia

Después de aquella reunión, les quedaba tiempo libre y dinero que podían gastar por lo que se dispuso a dar una vuelta; esta vez le invitó a Alonso unas cuantas cosas, solo era dar un paseo tranquilo y relajado, hasta que una de las vendedoras dijo que aparentaba llevar una buena relación amical

Aunque no lo mostraba por fuera, se notaba que Alonso se sintió algo avergonzado con lo que escuchó, a pesar de que eso fue para llamar gente al puesto de la señora

- ¿Es malo que lo vean conmigo?

- Para nada, solo que... No pensé que nos viéramos así para el resto de personas

- Si vistiera como mujer lo más seguro es que nos dijeran que estábamos en una cita, pero con esta vestimenta todo cambia

Ahora mismo Ibeth estaba vistiendo un pantalón con una camisa y un chaleco, su cabello estaba recogido con trenzas y ocultas debajo de un gorro, con una peluca corta, estaba haciéndose pasar por un hombre, por eso las vendedoras decían que eran buenos amigos

Cuando él escucho eso. Se puso más colorado y caminó un poco más rápido para evitar que le vieran la cara de vergüenza

- Esperame~

No me pueden culpar, su rostro es un espectáculo andante cuando lo ves en aprietos y no puede responder ante un cumplido... Trataré de moderarme un poco, tampoco es como si quisiera estar acosándolo, tampoco voy por ese lado, por ahora procuraré llevarme bien con todos, si es que se puede

A su regreso a casa, la duquesa los estaba esperando. La cara de esta se mostraba impaciente y un poco molesto

- ¿Madre?

- Me alegra que volvieras... ¿Puedes explicarme por qué llegas a estas horas? También quisiera saber ¿por qué Sir Alonso estuvo de acuerdo en ser cómplice?

Se nota muy molesta. Si digo que fui a una cita con él no colaría ni como mentira, si digo que fui a encontrarme con alguien para hacer negocios, seguro me encierra en la habitación y me quita los dulces...

- ¡Salí con una amiga!

-... Ven conmigo un momento ¿puedes?

Ay manita, aiuda...

Volteó a ver a Alonso, quien se quedó sin saber que decir y solo la estaba siguiendo sin decir nada

- ¿Me puedes dejar hablar con mi hija?

Habló la duquesa, con una firmeza, a la cual no se podría protestar

Alfonso se retiró todo cabizbajo, pero por su mirada pude notar que iba a estar oculto, pero cerca de nosotras, por si pasaba algo

Ambas se dirigieron a la oficina donde la duquesa trabajaba. Ingresaron y se sentaron una frente a la otra

- Esto... ¿Madre?

La duquesa soltó un profundo suspiro antes de comenzar a hablar

- Cuántas veces te he dicho que debes procurar tu salud, como siempre nunca me haces caso y terminas haciendo lo que peor le va a tu cuerpo, te llevo repitiendo varias veces que no eres de acero, que seas la princesa heredera no significa que tengas que cargar con todo tu sola, si sigues así terminaras postrada en cama y mandaras a rodar todo lo que has hecho

Como era de esperarse, un regaño de madre, solo que este era con clase, porque si fuera del mundo de donde provengo... Bueno... Mejor ni lo recuerdo porque se me ponen los pelos de punta, viejos tiempos donde te hacían recordar desde que naciste y por poco y te hacen dar gracias por haber nacido

- Lamento haber salido sin avisar, aunque llevé a Alonso... Tendré más cuidado la próxima vez

La duquesa parecía saber que esta era otra palabrería por parte de su hija

- No me convence... Te conozco muy bien, solo trata de no sobrepasar tus propios límites, si veo que algo te vuelve a hacer caer mal... Ya sabrás que no saldrás de tu habitación por un mes completo

Su mirada y sonrisa dieron escalofríos. Será mejor hacerle caso, no quiero estar mirando el techo por todo un mes, ni hay televisión como para entretenerme

- Está bien madre, tendré más cuidado de ahora en adelante

- Espero que realmente hagas caso, sino ya sabes lo que te espera

- S-si m-mamita linda

- ¿MM? Bueno ya puedes retirarte

Fiu... Menos mal salí ilesa, pero no creo que me vaya tan bien para la próxima, tendré que estar más al pendiente de la condición de este cuerpo, debería prepararme algunos batidos o tomar algunos suplementos, la cuestión es no bajar tanto de peso, con esas dietas y corsets que antes usaban para tener una cintura tan pequeña

- Señorita... Espero no haberle causado problemas

- No te preocupes, estoy bien, solo debo tener más cuidado para la próxima salida ¿me seguirás acompañando?

- Esta vez la seguiré muy de cerca

- Tampoco es tanto, solo acompañé cuando salga a encontrarme con alguien

Tan pronto como regresó a su habitación, se encontró con una carta de Elvira, en esta decía que podrían encontrarse cuando quisieran en la casa de vestuario Vina, ese nombre era como su seudónimo, pero al decirme donde queda, quiere decir que ya estaremos a un paso de conocernos mejor

Antes de que se reunieran, Ibeth preparó una lista de las personas que tenía habían en un diario anotado, además de ser cercanas a la familia, que tenían hijos en edad pronta a la academia y otros que podrían estar en su segundo semestre

Con todo eso planeaba ir a encontrarme de nuevo con su ahora socia o eso planeaba hacer, cuando le dijeron que el príncipe heredero había llegado

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