Cap 19. No vayas a caer...

El día anterior había sido bastante caótico, aunque eso también me dio una idea de algo que no tenía nada que ver con lo que estaba pasando, pero ya que estaba en plena construcción el auto... ¿No sería bueno hacer un tren? Solo que eso si ya estaba un poco fuera de mis posibilidades, solo conocía de autos, pero no sobre trenes

Mientras ella estaba haciendo unos cuantos dibujos de sus próximas locuras, cuando Alonso se dirigió a la puerta y recibió algo de parte del mayordomo

Acabó de sentir un deja vu con la situación que acaba de pasar

- Señorita...

- Creo que ya me estoy acostumbrando a que aparezcas de la nada con una carta en la mano

-Trataré de avisar para la próxima

Aunque diga que lo intentará, ya me acostumbré a que haga algunas cosas sin que sea perceptible

En lo que revisaba la carta, vi que era del señor Ignacio, ya era hora de comenzar a armar el vehículo, lo malo es que no había alguna excusa para ir... Solo quedaba ir a escondidas, aunque eso me costaría estar encerrada por unas cuantas semanas... Valdrá la pena

- Debemos ir, ya luego les daré la explicación apropiada, prepárate para ir hoy mismo

- ¿Ahora? ¿Cómo hará para salir?

- Iré a pedir permiso para encontrarme con una amiga y le pediré al mayordomo que cancele todo mi horario para el día de hoy

Es un poco complicado seguirme el paso, pero todo se pudo hacer como lo pedí; aunque salí antes de que la duquesa volviera del desayuno con sus amigas. Ibeth llevó su vestuario clásico en una maleta, además de llevar las hojas que le servirían para el armado

El camino de ida como siempre fue algo ajetreado, pero la cuestión es que llegaron con bien

Cuando estuvieron reunidos, Ibeth pidió prestado el baño para poder cambiarse y estar con una ropa más cómoda. Ayudó en el ensamblado y todo parecía estar cayendo en su propio espacio

- Es simplemente extraordinario...

Expresó Renzo con total asombro

- Ahora que lo tenemos listo hay que hacer un informe y presentarla ante la sociedad como una creación en conjunta

Tenía planeado especificar el nombre de los colaboradores junto con la fecha en que fue elaborada, básicamente quería patentar esta creación, lo malo sería al momento de explicarlo, pero ya tenía una idea para evitar que nos sea robada la idea o que fuera construida de manera ilegal por imitadores; les colocamos un sello que había pedido a parte, las colocamos replicarlo en una esquina de las ruedas y en el centro del timón, era un poco complicado replicarlo debido a que sólo el señor Ignacio tenía bastante cuidado con los detalles de cada cosa

Ahora que ya estaba todo listo, me había percatado de algo y era algo realmente grave, en un inicio había pedido permiso por un día, pero terminé regresando al segundo día como por la tarde, casi al anochecer

- Me van a colgar de las orejas, si algo pasa te dejo toda mi herencia

- Cualquier castigo que le den, estaré acompañándola

- No te hagas, tampoco es como que te fueras a bailar mientras estoy castigada ¿no?

Solo lo pensé, pero debo aprender a cerrar la boca

- Entonces bailaré en su habitación

Me la quedé viendo con cara de boba, mientras que Alonso pareció captar el doble sentido de lo que dijo, quedando con las orejas coloradas

Contrólate Ibeth, no caigas... No vayas a caer

En lo que me mentalizaba para lo que venía, me percaté de algo... Ahora mismo estábamos en camino a casa sobre el auto que habíamos construido, y eso no era todo, también estaban los otros dos implicados en este proyecto... Solo agradecía que no hicieran ningún comentario e ignoraran las tonterías que decíamos

A la llegada, nos recibieron las guardias que resguardaban las rejas de la entrada y a tan sólo unos kilómetros estaba la duquesa esperando en la puerta principal junto al mayordomo y detrás de unas cuantas personas más, estaba el duque... Ya sabía quien llevaba el cinturón e la casa, pero por alguna razón ya sentía ese cinturón en la espalda

- M-Madre... Linda tarde ¿no?

- Tenemos que hablar, querida hija

- Antes de eso por favor observa esto, es una nueva creación

- Ya hablaremos de eso mañana, lleven a sus acompañantes a las habitaciones de invitados, mi hija y yo tenemos algo que hablar

- Duquesa si me permite

- Sir, usted vaya a hablar con mi esposo, ahora no se diga más, todos pasen a la casa

Creo que esta vez no iba a sobrevivir...

A la mañana siguiente, el duque conversó tranquilamente con la duquesa explicándole tdo lo que su hija había estado haciendo y lo beneficiosos que esto sería para todos, sobre todo el gran aporte que está trayendo a su familia. Le hizo comprender todo y mostró una cara de arrepentimiento

- Duquesa ¿podría ir a ver a la señorita? Por favor

Alonso estaba desesperado por ver a Ibeth, él tenía una idea de cómo era el carácter de la duquesa y no sabía lo que había pasado

- Ve a verla y pídele que baje a desayunar

Cuando alonso entró a la recamara de Ibeth, no la encontró por ningún lado, hasta que empezó a llamarla

- Estoy aquí

- Señorita ¡¿Cómo llegó allí?!

- Luego te cuento, pero ayúdame a bajar

Ibeth se había subido encima del ropero, desde esa altura podía protegerse de cualquier golpe o cualquier cosa que le iba a hacer la duquesa

Ya estando en el suelo, el cuerpo de Ibeth estaba entumecido por haberse quedado como una bolita encima del ropero, por lo que debería caminar con cuidado para llegar al comedor. Ahí estaban todos esperándolos

Después del desayuno, pudieron conversar tranquilamente sobre aquel automóvil, Ibeth tuvo que explicar los detalles de este proyecto y gracias al él pudieron escribir un documento donde reclamaban aquel proyecto como propiedad de la familia Larsson, en específico de Ibeth, siendo elaborado así para proteger el producto y a sus implicados

Todos en la mansión estaban sorprendidos con lo que veían, este nuevo artefacto frente a ellos era una especie de carro de tres ruedas, en el que estaban integrados nuevas tecnologías. La dirección del se controlaba mediante un sistema de piñón y cremallera, la fuerza se transmitía del motor a las ruedas mediante el ido de una simple correa

- Les dije que lograría hacer algo a lo grande

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