Ha pasado tres semanas desde que salí de vacaciones. Sólo me quedan dos más antes de que regrese.
—¡Ah ya la encontré! —Sherry toma del estante unas llaves. —Ahora voy... —cuelga
—¿Dylan? —le preguntó mientras término de picar la cebolla, es raro, cuando el gusarapo quiere come cebolla, cuando no, la vomita.
Hoy es uno de esos días buenos.
—No, en el restaurante necesitarán las llaves, ahora regreso.
—Claro, cuidate mucho.
Ella sale y me quedo sola para terminar el almuerzo. Pico el resto de ingredientes y licuo lo que tenga que licuar, en lo personal me gusta cocinar, sin embargo, Sherry no acostumbra a comer la comida mexicana, después de todo los mexicanos... Eh... Todo lo que comemos lleva una "moderada" cantidad de chile y los rusos... Eh... Su chile si es moderado.
Mi celular vibra y acudo a contestar.
—¿Diga?
—Amanda, —Dylan suena aliviado —He llamado a Sherry pero no me contesta
—Salio a llevar unas llaves al restaurante.
—Oh... Entonces, ¿podrías hacerme un favor?
—Claro.
—En nuestra habitación hay una carpeta blanca debajo de otra color gris encima de la mesa de noche, ¿puedes alcanzarmela a la central?
—¡Si! Ahora voy.
Dejó mi comida y subo a la habitación de Dylan y Sherry.
Todo parece normal en su habitación, admito que tenia mucha expectativa, pensé que vería cadenas y látigos por todos lados. Que mal servicio.
Encuentro la carpeta y bajo de nuevo para irme a la central de policía.
Tomó un taxi y en menos de 20 minutos ya me encuentro ahí. Bajo y entró a la central.
Buscó a Dylan por el lugar, le encuentro en la sala de juntas donde yo he estado antes. Hay dos personas con él además de Vólkov.
En un momento alza la mirada y me ve.
Le muestro la carpeta y él se aparta de los demás para venir a mi lado.
—Gracias... —habla nada más abrir la puerta
—¿Resolviendo una nota?
—Así es, creemos que esta nota puede decirnos más que las anteriores. Pero estamos yendo con calma.
—Que bien... —le sonrío con los labios juntos.
—¿Qué?
—Nada, nada, ya me...
La puerta de la sala de juntas se abre y sale Vólkov —Hemos descifrado la... Señorita Rivera, que bueno verle de nuevo.
—Señor Vólkov...
—Bien, movilizare a los chicos. —el hombre se va hacia los escritorios y empieza a darles órdenes.
—Creo que debes regresar... —Dylan me saca de mis pensamientos.
—Oh, si, claro. Sherry debe estar esperándome.
—Nos vemos en la noche enana.
Sonrió —Vale.
Dylan se aleja de mi y se acerca a su jefe para seguir trabajando. Suspiró cansadamente, cuanto me hubiera gustado saber que ha pasado con las notas. Tocó mi vientre de tres meses.
—Vamos a casa...
Salgo de la central y camino a la esquina para dirigirme al sitio de taxis, ahí voy a pedir otro. Caminar con este calor es agradable, me parece gracioso ver a los rusos caminar con abanicos de mano mientras que para ellos, éste es un calor extremo. No conocen México.
Me detengo debajo de un letrero de taxis y espero sentada.
De pronto un auto negro polarizado frena delante de mi. Ok, eso no es normal, ¿verdad?
Dos hombres bajan de el y me miran.
Ok, no es normal... ¡Huye!
Me levantó y en mi torpe intento de huir choco con uno de ellos. El hombre me sujeta del brazo.
—¡Sueltame! —forcejeo de pronto e intento alejarme. —¡Aahhh! —me cubren los ojos y no veo nada. —¡AAAAAYYYUUU... —ahora la boca, joder.
Siento sus manos en mis brazos antes de arrastrarme hacia el auto y meterme dentro. ¡Genial! Secuestrada de nuevo.
...[...]...
En todo el trayecto mi mente empieza a buscar la manera de salir viva de esto. No me hubiese importado ser secuestrada de nuevo, ¡si tan sólo hubiese ayudado a los policías! Pero ahora no me debía preocupar por mi, sino por mi bebé.
El auto se detuvo y jalandome del brazo me llevaron de nuevo por una especie de laberinto antes de sentir de nuevo algo duro en mi trasero, sabiendo que sería una silla.
Como la última vez me ataron las muñecas detrás del respaldo de la silla forzándolas más arrancandome un quejido de dolor.
—¡Hija de puta! —la cachetada que sentí fue más dolorosa que la vez anterior, pero claramente reconocí la voz de la actriz porno de la última vez.
Me quitan la venda de los ojos y la luz me golpea, pero otra bofetada me hacen quedar aturdida por unos segundos.
Sigue pegando como niña.
La miro con odio.
—¿Qué? —sisea —¿Te dolió? —ella camina de un lado a otro por la habitación. —Te dije perra, que no volvieras a ayudar a la central o te traería problemas...
—Msmcnwkfkscjsnf... —balbucee. Un hombre me quita la tela de la boca —¿Ir a ver a un amigo es ayudarle?
—Quien mejor que una rata de biblioteca como tú... Perra asquerosa.
¿Perra asquerosa? ¿Te has visto en un espejo querida? Toda tú tienen un letrero que dice: "Sexo gratis"
—Pues lamento decepcionarte... Pero yo no he ayudado a la central desde que me dejaste ir...
—Y da la casualidad de que hoy, cuando los hijos de puta debían ser asesinados llegas y todo se resuelve... —la rubia me abofetea de nuevo —Pues no me la creo perra.
Me encojo de hombros —No voy a convencerte de lo contrario.
La actriz porno camina hacia una mesa situada a la izquierda de la habitación y toma una navaja. Debo admitir que me encojo al ver esa arma.
—Ayudes o no, voy a llevarte en pedazos a la central... Así dejarán de meterse con nosotros.
¿Qué? A ver, ¿no se supone...? Me calló al verla mover la navaja en todo mi rostro.
—¿Por donde quieres que apuñale...? Aunque no creo que te importe...
La navaja recorre mi mentón, mi cuello en donde hace presión antes de bajar a mis pechos y de ahi a mi estomago, donde se queda atónita mirándome.
—Estás... —balbucea —Embarazada... —me mira
—¿Qué? —alzo una ceja —¿Nunca habías visto a una mujer embarazada?
—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! —la tetona ríe con mucha fuerza y energía, realmente puede actuar como bruja en celo. Si, por qué no. —Así que la rata de biblioteca no es tan inocente... —su mirada se torna algo sombría y oscura —Ahora si habrá alguien que te extrañe... ¿No?
Lo hubiera si tan sólo supiera quién es el padre.
—Te voy a reventar esa barriga, admito que me gustaria ver a un feto en la vida real.
Ésta mujer está enferma...
La rubia camina a mi con rapidez levantando la navaja en mano. Mi adrenalina me supera por mucho. Levanto la pierna que no tengo sujeta (por cierto) y la pateó en la cara cuando ella se inclina hacia mi.
—No me toques... —siseo con odio
La culona me mira asombrada y gruñe más fuerte. —¡MALDITA! —grita
Los hombres me sujetan de los hombros con fuerza y me cubren los ojos. —¡SUELTENMEEE! —gruño frustrada al no poder ver nada.
La puerta de la habitación se abre de golpe y se aporrea contra la pared causandome un gran susto. Todo se detiene a mi alrededor, escuchó unos pasos detrás de mi, alguien entra a la habitación.
—Salgan... —es un hombre, su voz es profunda e irradia autoridad
Siento que la presión en mis hombros se va antes de escuchar pasos alejándose de mi.
—No me voy a ningún lado... —sisea la mujer —Yo...
—Es una orden Lena.
Hasta nombre de puta tiene la mujer.
La escucho maldecir antes que sus pasos se pierdan y la puerta de metal se cierre de golpe sobre saltandome de nuevo. Después, no escucho nada más...
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Comments
Mauren Coronado
Hipótesis creo que el papá del bebé es el mismo, jefe de la organización que esta en contra de Dylan
2025-04-17
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T.N
Jajajaaj si, que mal servicio jajaja
2025-02-02
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T.N
¡De nuevo! jajajaja
2025-02-02
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