Al escuchar lo que César me decía un terrible temor se apoderó de mí, y no era porque yo tuviera miedo, sino temía por mi bisabuela ya que al ser una persona mayor le cuesta mucho caminar.
_ ¿Qué pasa Luna?._ Pregunta mi bisabuela sacandome de mis pensamientos mientras se acerca hacia nosotros ayudándose con su bastón.
_ La gente del pueblo viene para acá._ Le dice nervioso César.
_ ¿Pero porqué?._
_ No sé bisabuela, solo escuché cuando fueron a decirle a mi tía que vendrían para quemarlas vivas como se hace con las..._ Hace un pausa mirando nervioso a mi bisabuela.
Mi bisabuela inmediatamente me voltea a ver enojada.
_ ¿Qué has hecho Luna? ¿Qué demonios has hecho para hacerlos enojar?_ Me pregunta molesta dando un fuerte golpe con su bastón al piso.
César y yo le contamos rápido a mi bisabuela lo que ha estado ocurriendo desde el primer día que comencé a ir al colegio y lo que habíamos echo esta tarde. Parece ser que su coraje y enfado hacia mí se esfumó un poquito, ya que no me dijo nada más y se quedó en silencio.
Luego de varios segundos en total silencio me dijo decidida.
_ Si corres por el camino prohibido llegarás a una carretera._
_ Pero siempre me has dicho que no vaya por ese camino, además ¿porqué me dices que me vaya y tú que harás?._ Le pregunto temerosa.
_ Escucha Luna yo ya estoy muy vieja y la vida cada vez me cuesta más, mi hora de partir de este mundo se acerca._ Me dice con una pequeña mueca.
_ No... yo no te voy a dejar aquí._ Le digo llorando.
_ Luna ellos se acercan, ya se pueden ver las luces desde aquí._ Dice súper nervioso y lleno de temor César mientras nos voltea a ver.
_ Vamos bisabuela, tenemos que irnos._ La tomo del brazo.
_ Solo seré un estorbo Luna, tú corre y vete._ Me dice tratando de zafarse.
_ ¡NO!.. YO NO ME VOY SIN TÍ._ Le digo llorando.
Mí bisabuela quería decirme algo, pero antes de que lo hiciera César me gritó.
_ TÓMALA DE LOS PIES._
Me gritó mientras él la tomaba por la cintura queriendo cargarla, inmediatamente hice lo que me pidió y salimos de la cabaña mientras la cargabamos literalmente como si fuera un costal de papas.
Para dos niños de trece años cargar a un adulto era muy difícil, sin contar que estaba el bosque completamente obscuro y solo caminábamos a tientas para llegar al camino prohibido.
Logramos alejarnos de la cabaña unos cuantos metros, totalmente cansados y con el corazón acelerado a mil por hora, cuando escuchamos los gritos de los pueblerinos maldiciendo. Acto seguido de esto se podía divisar el humo y las enormes llamas desde lo que era nuestra cabaña.
Me dejé caer de rodillas donde nos escondiamos y comencé a llorar desconsoladamente, por la impotencia de ver que todavía en estos tiempos exista gente con esas creencias.
_ Lo siento bisabuela... perdóname... sino les hubiera hecho eso, no hubiera pasado esto._ Le digo entre sollozos.
_ Luna ya no llores, ya no hay nada que hacer y no te culpo por defenderte, al contrario me hubiera alegrado que lo hubieras hecho desde que comenzaron a atacarte._ Me dice poniéndose de pie.
_ Aquí cerca hay una cueva, vamos ahí para pasar lo que queda de noche, ya mañana veremos que hacer._ Dice tomando el brazo de César para caminar.
Los tres nos dirigimos a la cueva en silencio, esa noche nadie dijo una sola palabra.
Antes de que amaneciera César se despidió de nosotras y regreso a la casa de su tía para que ella no se diera cuenta que él no estaba.
Nos quedamos escondidas en la cueva por horas, mi estómago dolía por el hambre y por la sed que sentía, pero no era la única mi bisabuela creo que estaba igual pero no decía nada.
Al mirar que la tarde estaba cayendo, me levanté y quise salir para buscar algo, tal vez encontraría unas moras para darle a mi bisabuela, pero ella me lo impidió.
_ No salgas Luna, ellos pueden estar por ahí todavía._
_ Pero bisabuela..._ El sonido de mi estómago se escuchó tan fuerte que hizo eco en la cueva.
Sentía mi cara roja como un tómate y bajé mi mirada apenada.
_ Siéntate Luna te voy a contar algo._ Me dice haciéndome señas para que me siente junto a ella.
La verdad se me hizo raro ya que ella nunca fue del tipo consentidora ni mucho menos, pero hice caso a lo que me dijo y me senté a su lado.
_ Por favor no me interrumpas y deja que acabe de decirte todo._ Me dice tomándome cálidamente la mano, algo que nunca había echo.
Yo le asentí en el fondo emocionada por este simple acto de cariño hacia mí.
_ Luna eres una niña muy inteligente, te pareces mucho a Mariana, ella era mi nieta consentedida, bueno la única._ Me dice refiriéndose a mi madre.
Hasta ese día mi bisabuela nunca me había hablado de mi madre.
Esa noche mi bisabuela me contó acerca del señor que me engendró, sí el que me engendró porque a ese hombre no le puedo llamar padre.
Mi bisabuela me contó que parecía ser un buen hombre cuando mi madre se lo presentó, también me confirmó que él tenía los ojos al igual que los míos. Pero que solo jugó con madre, la dejó embarazada y jamás volvieron a saber de él.
Estába tan concentrada en la plática hasta que escuchamos unos pasos que se acercaban a la cueva.
Rápidamente me levanté y tomé un palo para poder defendernos por si se trataba de los pueblerinos.
Sentía que el corazón se me salía del pecho, de pronto una figura apareció frente a la entrada de la cueva.
^^^Continuará...^^^
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Comments
sonya martz
espero que sea cesar que les lleve un poco de comida y agua 💧
2024-10-13
1
DulceLulu
no entiendo, si la madre se apareció en la cabaña esa noche q nació Luna, no era entiendo esa parte
2024-09-17
0
geo
quienes somos con que derechos nos atrevemos a juzgar a otros
2024-07-27
0