Una vida normal

Antes de decir algo Kimberly me tomó el hombro y le dijo a la señora.

_ Pero aún no tiene al bebé, eso significa que no está rompiendo ninguna regla y puede quedarse aquí hasta que su bebé nazca, ¿verdad Doña Lila?._ Le pregunta.

Yo veo a doña Lila esperanzada a que diga que puedo quedarme, ella una vez más me mira de arriba a bajo y luego me dice seria.

_ Está bien, te puedes quedar, pero solo hasta que nazca el bebé._ Me dice e inmediatamente Kimberly y yo sonreímos.

_ Gracias doña Lila._ Le digo agradecida.

_ Quisiera hacer mucho más por tí, pero no puedo hacer nada más que eso, comprende que este es mi trabajo y si te dejo quedar junto a tú hijo lo puedo perder y también me quedaría en la calle._ Me dice un poco apenada.

Comprendí que ella tiene razón, esto es todo lo que puede hacer por mí en este momento y estaré infinitamente agradecida con ella por dejarme quedar este tiempo en su hogar.

_ Luna yo vivo en el departamento 8, sí tienes algún problema o necesites algo por favor ve a buscarme y con gusto te ayudaré._ Me dice Kimberly con una sonrisa.

_ Muchas gracias Kimberly lo tendré presente._ Le digo amable antes de despedirme de ella.

Doña Lila me hizo pasar a su hogar y me sirvió un poco de sopa caliente para que comiera antes de ir a dormir. Después me guío hasta el lugar donde dormiría, era una habitación muy pequeña donde se encontraban dos camas pequeñas con una mesita de noche en el medio de estas dos separandolas y dejando ese espacio libre para pasar por ahí.

En una de las camas ya había alguien dormiendo, por lo que supuse que la otra sería la mía.

Doña Lila me indicó que efectivamente esa sería mi cama y después salió de la habitación para que durmiera.

Al otro día cuando desperté apenas abrí los ojos me encontré con la mirada confundida de una chica quien me miraba algo sorprendida.

_ Buenos días._ Le digo nerviosa por su mirada mientras me levanto de a poco.

_ ¿Estás embarazada?._ Me pregunta sorprendida sin contestar mi saludo.

_ Sí._ Le digo acariciando mi vientre.

La chica al escuchar esto inmediatamente se acercó a mí muy emocionada poniéndome nerviosa.

_ ¿Oye lo puedo acariciar?._ Me pregunta emocionada juntando sus manos como si estuviera implorando.

_ Eh... esta bien._ Le digo nerviosa.

_ Ella pasó su mano delicadamente sobre mi vientre mientras sonreía feliz, nunca nadie había tocado mi vientre a parte de la doctora por esa razón me sentía un poco extraña.

_ Hola bebé mi nombre es Anne._ Dice acercandose a pocos centímetros de mí estómago.

Ella le siguió hablando por varios minutos al bebé, le preguntaba cosas que me hacían gracia tales como si tenía hambre, si había dormido bien. Después me pregunto si mi bebé era niño o niña y le dije que aún no sabía.

Anne me dijo que podía saber el sexo del bebé si me realizaba una ecografía, pero debido a que casi no cuento con presupuesto eso no podrá ser. Ahora lo más importante es buscar a un doctor que siga la evolución de mi embarazo, de cual quier forma sea niño o niña lo voy amar con toda mi alma.

Anne me contó que tiene veinte años, algo que me dejó sorprendida porque se ve más joven, debido a que es bajita y delgada. También me dijo que ella trabaja en una cafetería en el centro de la ciudad.

La verdad es una persona muy amable y con muy buenos sentimientos, me alegra mucho de haberla conocido.

Después de platicar un poco salimos a ayudar a doña Lila quien le estaba sirviendo una taza de café a su marido. Al ver al señor me dio un poco de temor al verlo tan serio pero Anne me dijo que así es padre, aunque aparenta estar enojado es un pan de Dios.

Y así fue, porque el señor Luis al ver mi estado inmediatamente se levantó y movió la silla para que me sentara.

Los cuatro desayunamos y después de hacerlo tanto Anne como el señor Luis se tuvieron que ir a trabajar. Yo le ayudé a doña Lila a limpiar su departamento y después ella me dio varios quehaceres de los vecinos para tener un ingreso.

Entre ellos consistía en lavar, planchar ropa y otros que trabajaban todo el día me pedían limpiar su departamento. Debido a mi estado doña Lila hacia las cosas más pesadas y solo me dejaba hacer lo más sencillo.

Kimberly quien ahora se convirtió en una de mis "clientas" por así decirlo me pidió que limpiara su departamento y que preparara sus comidas todos los días... claro a cambio de un pago, que podría decir que era un poco elevado pero ella casi me obligó a recibirlo. Me dijo que tenía que ahorrar para la llegada del bebé y en eso tenía razón, así que acepté.

Doña Lila me acompaño a una fundación que se llama La Casa De La Esperanza donde ayudan a las mujeres que son víctimas de violencia familiar, mujeres embarazadas y mamás solteras. Las ayudan proporcionándoles ayuda médica y cosas primordiales que necesitan, tienen talleres donde ellas aprenden cosas y después lo pueden usar como herramientas de trabajo. Además cuentan con un albergue donde reciben a varias mujeres que no tienen donde ir cuando dan a luz y claro ese era mi caso.

La directora me explicó que no es un lugar permanente, que la madre toma un descanso por varios meses después de dar a luz, pero cuando consigue un trabajo fijo que en muchas de las ocasiones ellos las recomiendan y que ven que puede mantenerse ella y su hijo se puede ir para darle paso a las demás mujeres que necesitan la ayuda.

Yo estuve de acuerdo con todo lo que la directora del lugar me dijo, llené los documentos y regresé con doña Lila a los departamentos, ya que le pedí que aún me recibiera en su hogar hasta el día del parto y ella por su puesto que acepto.

La fundación me quedaba a cuatro cuadras de los departamentos, iba cada tarde después de terminar mis trabajos a los talleres, me uní al taller de computación, en mí vida había tocado una computadora y ahora que tenía la oportunidad la iba aprovechar.

Pasaron un par de meses, donde viví mi embarazo a plenitud y mi vida de a poco se hacía normal. Además aquí no les importaba el color de mis ojos, es más ni siquiera lo notaban y eso me ponía muy feliz.

Todo iba bien hasta que un día Anne llamó por teléfono desde su trabajo, me dijo que en el café necesitaban un intendente para limpiarlo solo por esa noche y que la paga era muy buena al ser un café donde solo asiste gente adinerada. Yo por supuesto acepte a ir hacer el trabajo.

Tomaría un taxi para que me llevara hasta el lugar y cuando terminara Kimberly pasaría por mí para regresar, ya que sería de noche y lo menos que querían era dejar que yo anduviera sola a esas horas.

Tomé el taxi y cuando llegué al lugar era un lugar muy bonito y elegante, tenía muchos lámparas con la luz tenue dando aspecto acogedor, era realmente hermoso.

Anne salió por mí y me llevó por la puerta trasera de este establecimiento, después me dejó con un señor mayor que al parecer era su jefe quien me indicó lo que tenía que hacer.

Tomé las cosas que necesitaba y comencé a limpiar la cocina, ya que aún quedaban clientes en el lugar y tenía que esperar a se marcharan para poder limpiar las mesas.

Anne terminó su turno y tuvo que regresar a casa mientras que yo seguí haciendo mi trabajo, de pronto la campanilla de la entrada sonó indicando que los últimos clientes se habían ido. Salí y limpié el baño, ahora solo faltaban las mesas.

_ Señorita ponga el letrero de cerrado en la entrada y por favor limpie las mesas, cuando termine viene por su paga._ Me dijo el señor entrando a lo que parecía su oficina.

_ Esta bien._

Le contesté y me dirigí hacer lo me dijo. Estaba poniendo el letrero cuando la puerta se abrió. Era una mujer muy hermosa, parecía una modelo o una actriz famosa.

_ Muevete mugrosa._ Me dijo mirandome con indiferencia.

Le iba a decir que ya estaba cerrado cuando la voz de un hombre detrás de ella se hizo presente e hizo que mi cuerpo comenzara a temblar como hoja al viento.

_ ¿Qué pasa Susan?._

Esa voz la podría reconocer hasta en el mismo infierno..

^^^Continuará...^^^

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