† Comunicado Al Superior †

Narración General:

Rachelle sólo decidió picar un poco de fruta ya que no tenía mucha hambre, mientras Rachelle realizaba dicha tarea, Damond entró a la habitación de ella, al darse cuenta que no estaba allí inspeccionó la habitación con la mirada, en eso vio un mural donde habían varias fotos, él se acercó y empezó a verlas, eran fotos de Rachelle durante toda su vida desde que era una bebé hasta la última que se tomó con Jenny y Alexa en la cual estaban en ropa deportiva en el campus de la escuela, Damond veía las fotos detalladamente, luego de observar un rato dirigió su mirada a un cofre que estaba encima del escritorio y en un acto de curiosidad se dirigió a él y lo abrió, al hacerlo alzó sus cejas en forma de asombro, en el interior del cofre habían más fotos pero estas eran de lugares, cosas y personas se notaba que le gustaba la fotografía.

Rachelle comenzó a subir las escaleras de forma sigilosa debido a que escuchó ruidos y cuando estuvo en frente de la puerta la abrió rápidamente, Damond ni se inmutó, estaba totalmente hipnotizado por las fotos, la chica se molestó al ver al chico esculcando en sus cosas así que caminó hacia él y dejó el plato en el escritorio.

— ¿Qué haces? Tienes que preguntar antes de registrar cosas ajenas. — habló molesta pero manteniendo la calma mientras le quitaba el cofre y las fotos de las manos a Damond.

— Creí que no estabas, además me dio curiosidad. — contestó el chico como si nada.

— La curiosidad mató al gato. — dijo ella mientras se sentaba en la silla del escritorio.

— No soy un gato.

— Pues, te pareces a uno.

— ¿Ah sí? — preguntó.

— Sí. — corroboró ella. — Eres flojo, no haces nada más que comer y andar por ahí fastidiando y en todo momento haces estorbo, como ahora por ejemplo.

— Que sincera. — se quejó Damond alzando las cejas.

— Gracias, si no te importa, tengo cosas más importantes que hacer que decirte en qué te pareces a un gato; además sigo enojada contigo. — dijo ella sería.

— Por lo de hace un rato, ¿verdad? — preguntó.

— Por todo, entras a mi habitación cuando quieres, comes en mi cama, me fastidias todo el tiempo, intentaste matar a mi hermana, ya me estás cansando con amenazas y ¡Mira como me dejaste los brazos, maldito loco! — dijo enojada a su vez mostrándole los brazos a él.

— Yo... Lo siento. — dijo Damond cabizbajo.

— Gracias Damond, con tu disculpa se me curaron los brazos mágicamente. — dijo Rachelle sarcástica. Suspiró — ¿Por qué haces esto? — preguntó.

— Es mi trabajo, si no lo hago... — hizo una pausa pensando si sería buena idea decirle lo que pasaría si no obedece a las órdenes de Zaigon.

— ¿Qué? ¿Qué pasa si no haces lo que él te dice? — preguntó Rachelle.

— Nada, sólo, no me vuelvas a hacer enojar.

— Lo mismo te digo. — ella tenía pensado volver a hacerle la anterior pregunta a Damond, lo pensó un poco para luego encoger los hombros, a ella no le importó mucho ya que lo había conocido hace muy poco. El chico se dirigió a un sillón pequeño que estaba junto a la ventana y sentarse.

— Te agradecería que no me molestes, necesito absoluto silencio, este ensayo vale la mitad de la nota del semestre así que necesito concentrarme. — él solo rodó los ojos. Abrió su computadora e investigó lo necesario para el ensayo para luego empezar a escribir todo pero, al estar todo en silencio se equivocaba demasiado y comenzó a estresarse así que puso a reproducir una de sus canciones favoritas que tenía en su computadora.

— Creí que querías silencio.

— Pienso mejor con música. — respondió ella.

La chica tarareaba la letra de cada canción que ponía mientras escribía lo antes investigado, Damond también comenzó a tararear la letra de la canción mientras miraba a travez de la ventana, lo que causó que Rachelle se extrañara y soltara una risita, la cuál el chico ignoró completamente.

Nataly y Megan llegaron con los pequeños, anunciaron su llegada y Rachelle al instante fue a darles la bienvenida, les comentó a sus hermanas sobre el ensayo y les pidió el favor que cuidaran a los niños mientras ella lo terminaba, subió a su habitación y siguió con su proyecto.

2:23 am, Rachelle al fin terminó el ensayo, se puso de pié y organizó todo lo que en un par de horas tendría que llevar a la escuela, cuando ya lo hizo buscó su pijama y entró al baño para cambiarse; ya estando lista para dormir apagó la computadora.

— ¿Porqué detienes la música? — preguntó Damond.

— Ya terminé el ensayo y por si no te das cuenta son las dos de la madrugada, si quieres seguir escuchando, mis audífonos están junto a la computadora. — respondió mientras se metía en la cama.

— Gracias. — dijo él esperando algún otro comentario de Rachelle pero cuando giró la vista hacia la cama de ella vio que estaba profundamente dormida. Recordó cuando ella era pequeña y él la miraba dormir, lo cuál hizo que sonriera involuntariamente y, al percatarse de eso, decidió irse. Probablemente se preguntarán donde vive Damond o a donde va cuando sale de casa de Rachelle; pues verán, el rentó una cabaña en el bosque a la orilla de un lago, tiene dos plantas y también chimenea, muy acogedora a decir verdad y, a pesar de que es un demonio, es muy organizado, todo está perfectamente puesto en su lugar, también tiene muy buena decoración y junto el paisaje de afuera hace que la cabaña sea un lugar perfecto. Entró y cerró la puerta para luego dirigirse a la planta de arriba donde habían dos habitaciones; una donde Damond duerme y tiene sus cosas personales, y la otra, bueno, ya verán.

Damond fue hacia la puerta del fondo donde quedaba la otra habitación, luego agarró una vela que estaba puesta en su base, la encendió y entró, estaba a oscuras y no se podía ver casi nada ya que él había sellado la ventana, él caminó hacia la pared derecha y por la luz de la vela se pudo ver que en el suelo había un pentagrama hecho con tiza roja que en cada una de las esquinas había una vela negra y en la pared había un triángulo pintado con un líquido negro, el chico encendió las velas y se puso en el centro del pentagrama.

— Barum izkale mericer, azhale laudid labka, kaid mald ixeba (varón merecedor de poder, gobernante de las tinieblas, maldad en su interior reina) — al pronunciar esas palabras, las velas se apagaron al tiempo y luego se encendieron una a una con una flama fuerte, el humo se dirigió al triángulo e hizo un círculo y en él se vio la silueta de un sujeto infernal.

— Y ahora, ¿tú qué quieres? — preguntó aquel sujeto con voz de ultratumba.

— Informarle del progreso, señor. — contestó Damond refiriéndose Zaigon muy educadamente, este se calmó.

— Espero que sean buenas noticias.

— Muy buenas, ha progresado bastante. Hoy logré hacerla enojar, sus ojos cambiaron de color y su voz cambió. — dijo aún con su semblante serio.

— Excelente, sigue así amigo mio y en poco tiempo el universo se arrodillara ante mí. — dijo con entusiasmo.

— Lo haré, señor. — afirmó Damond para luego elevar su mano a la vez que de ella salía energía roja, hizo un movimiento con sus manos y todas la velas se apagaron a excepción de la que tenía en la mano, la imagen de Zaigon se esfumó y el chico salió del lugar; fue a su habitación y se preparó para dormir, sí, algunos demonios duermen, aunque él lo hace muy poco. Cuando ya estaba listo se dirigió a su cama para luego tomar una foto de su familia que estaba en la mesa junto a su cama y mirarla fijamente hasta quedarse dormido, es algo que hace todas las noches, según él, lo inspira a seguir adelante.

Mientras tanto, Rachelle no estaba teniendo una muy buena noche, tenía pesadillas con el mismo hombre calvo y piel gris de hace unos días, éste la amenazaba y le decía cosas como "si no haces lo que te digo morirás" ó "no le entregues tu poder a manos equivocadas", realmente luchaba por despertar pero por alguna razón no podía y así pasó todo el resto de madrugada. Intentaba despertar pero al no poder hacerlo entró en pánico y por lo tanto comenzo a asfixiarse, estaba perdiendo la respiración y al no pensar muy claramente sólo esperó a que todo acabase. Se incorporó despertando de ese terrible y para ella eterno sueño y se sobresaltó un poco al ver a Damond, quién ya estaba nuevamente en la habitación, mirándola fijamente.

— ¿Estás bien? — preguntó él serio.

— Qué te importa, ¡Y deja de mirarme! — contestó alterada, se puso de pié y miró la hora que marcaba el despertador al mismo tiempo que Damond se sentaba en el sillón cerca de la ventana, el reloj marcaban las 6:22 am. — ¡Rayos! Llegaré tarde de nuevo. — dijo aún más alterada, caminó hacia su armario para buscar el uniforme que se pondría y entró al baño, se duchó y se arregló tan rápido como pudo lo cual causó que hiciera un desastre en el baño, tropezaba con todo y seguido de esto maldecida en voz alta, mientras Damond al escuchar los estruendos sólo negaba con la cabeza.

Rachelle:

Después de veinte minutos salí del baño, empaqué todo en mi maleta bastamente y me dirigí a la sala de estar.

— ¿Mamá? — llamé esperando una respuesta por parte de mi madre.

— Aquí estoy. — respondió saliendo del baño de la planta baja.

— De nuevo voy tarde, cuando llegue de la escuela haré los deberes, te quiero. — dije rápidamente para luego darle un beso en la mejilla a mi madre sin siquiera dejar que ella respondiera y salir afanada de su casa. Esta vez decidí correr, así cortaría un poco el camino.

Una vez estando en la entrada de la escuela vi que estaban a punto de cerrarla, me apresuré y antes de que el conserje lograra cerrarla pude entrar, seguí corriendo hasta llegar a mi salón, al cuál estaban entrando varios estudiantes y cuando ya estuve cerca desaceleré el paso y actué como si no hubiese corrido por treinta minutos, tomé asiento y suspiré cansada ...

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