† Veracidad Del Origen †

Al entrar a mi habitación cerré la puerta y me dirigí hacia las chicas, las mire y les dije

— Bien chicas, ahora necesito que me expliquen todo con detalles. — les dije cruzándome de brazos y recostándome a la puerta.

— Pero, no puedes decirle a nadie. Ya en un caso estrictamente necesario, a tus hermanas y a tu madre.

— Está bien. — Jen habló después de unos segundos pensándolo.

— Bien. — hizo una pausa y luego prosiguió. — Tú eres una semidiosa, tu verdadera familia está muy lejos de aquí, en otro mundo, tus padres te enviaron a la tierra para protegerte de un demonio muy poderoso y temido llamado Zaigon, tu madre neutralizó tus poderes para que llevaras una vida tranquila, sin embargo, los has ido desarrollando en el trancurso de los años.

— ¿Cómo estás tan segura? — pregunte dudosa.

— Por que nosotras somos tus protectoras. — me respondió Jen.

— ¿Mis qué? Chicas, no estoy entendiendo nada.

— Yo te explico. — dijo Alex. — Hace algunos años un Dios Cálido y una Diosa Oscura se enamoraron, contrajeron matrimonio y gobernaron un reino que ellos mismos construyeron; lo llamaron Merest. Después de cinco años de casados la Diosa oscura quedó en estado de embarazo, dos mellizas se estaban desarrollando en su vientre. Diez meses después del nacimiento de las princesas, los reyes supieron de una profecía, la cual dictó que la princesa de alas negras tendría un poder inimaginable para cualquier ser, un poder que en las manos equivocadas sería capaz de destruir el universo entero. El padre de la reina, el demonio Zaigon, se enteró de ello y por lo tanto decidió raptarla pero, los reyes actuaron rápido y obedecieron la profecía al pie de la letra, así que neutralizaron los poderes de la princesa y la enviaron a otro planeta donde estaría a salvo los primeros dieciséis años de vida; sin embargo, el padre de la reina estaba decidido a encontrarla, raptarla y entrenarla para que hiciera el mal, así que envió soldados a buscar a la pequeña y así lograr su objetivo de dominar el universo. — me contó.

— Rachelle, eres especial, aunque tu madre haya neutralizado tus poderes y te hayan vuelto humana aún tienes habilidades que nadie más las tiene. — añadió Jen.

Tuve que sentarme en la silla de mi escritorio al escuchar eso, mi cuerpo no resiste tanto en un solo día, no podía creer que enserio fuera verdad, y sabía que no me estaban mintiendo porque es verdad lo que Jenny me dijo, tengo habilidades muy especiales que dudo que alguien más las tenga como mis visiones que la mayoría de veces tienen algo que ver con el futuro al igual de mis sueños, tengo una fuerza que para mi edad es extraordinaria, al correr soy muy eficiente podría darle siete o más vueltas a una pista de atletismo sin cansarme en absoluto, y además de alguna u otra forma puedo saber quien esta mintiendo y quien no y en este caso sentía que ambas me decían la verdad.

— Entonces, soy una semidiosa... — les pregunté recostándome a mi escritorio.

— Exacto. — respondió Alex

— Pero, según tengo entendido, en la mitología los semidioses son producto de un dios y una humana o viceversa. — desde pequeña me ha atraido la mitología, tanto griega, como romana, egipcia, hindú, etc, así que tengo conocimiento en el tema.

— Sí pero tu eres una semidiosa diferente, tus dos padres son Dioses menores, pero, ahora tú eres humana. — dijo Alex.

— Entonces, ¿Mis verdaderos padres son Dioses auténticos? — aún no comprendía bien los que pasaba.

— Sí. — corroboraron ambas.

— ¿Quieres decir que la familia con la que me crié no es la verdadera? — pregunté. Se miraron y asintieron.

— Y el chico con el que te encontraste es uno de los soldados Zaigon, quién vendría a ser tu abuelo. — añadió Jen.

— ¿Qué? Yo no podría ser nieta de un demonio.

— Es difícil de creer pero, así es la verdad en ocaciones. — habló Jen

— Rache, tienes que cuidarte mucho, a ti y a tu familia, los que quieren tu poder no les importará hacerles daño, o peor, asesinarlos. — me sugirió Alex. No quería alargar más las cosas, así que sólo asentí.

— Bien, ya tenemos que irnos, ¿No es cierto, Alex? — Jenny la miró de una manera que no supe interpretar.

—  Ah, sí, ya tenemos que irnos. — rió Alex nerviosa, me dedico una sonrisa pero se notaba que era fingida, no hace falta tener una habilidad específica para saber que algo se traían entre manos, las conozco muy bien.

— Sé que traman algo. — al instante se pusieron nerviosas. — Pero, no las molestaré por el momento.

— Bien, ya nos vamos.

— Las acompaño a la puerta. — ellas asintieron y salieron de mi habitación mientras yo las seguía. Al bajar mis hermanas estaban hablando en el sofá con David, Alex le indicó a su hermano que ya era hora de irse y él accedió, me despedí de ellos y una vez cruzaron la puerta principal de la casa, la cerré con llave y me di la vuelta.

— Rache, ¿Podemos hablar? — me preguntó Nataly.

— Claro. — me dirigí al sofá.

— ¿Qué te dijeron tus amigas? — me preguntó Meg, respiré profundo.

— Saben que no me gusta ocultarles nada. — asintieron. — Deben prometerme que jamás, por nada del mundo, se lo dirán a alguien.

— Lo prometo. — dijeron al casi al unísono. Suspiré y les conté absolutamente todo.

— ¿Quieres decir que eres una mutante? — preguntó Megan sorprendida.

— Semidiosa. — corregí.

— Y, ¿Eso que implica? — Nataly se veía demasiado preocupada.

— No estoy segura, supongo que tendré poderes y cosas como esa.

— ¡Eso es genial! — habló Megan emocionada.

— Supongo que sí. — afirmó Nat sonriente.

— Chicas, a parte de eso, mis verdaderos padres son Dioses en otro mundo, eso quiere decir que no somos hermanas, ¿Creen que eso es genial? — pregunté angustiada, ambas guardaron silencio y luego negaron con la cabeza.

— Entonces, ¿Qué haras? ¿Le dirás a mamá? — me preguntó Nat.

— ¿Estás loca? — pregunté exaltada, no había pensado en eso, pero sin duda no lo haré, y es que, ¿cómo le dices a la persona que creciste viéndola como tu madre, de un momento para otro y así de repente, que no es tu madre? — No lo haré, y espero que me ayuden a guardar el secreto hasta que piense qué hacer.

— Por supuesto. — aceptó Nat.

— Cuenta con ello. — continuó Meg.

— Gracias. — agradecí.

— Bien, ya es tarde chicas, deberíamos ir a descansar. — sugirió Nat y Meg y yo accedimos, las tres organizamos un poco la planta baja y las tres nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones, entre y me tiré en mi cama, aun no procesaba bien todo lo que ha pasado hoy; cuando vi a ese ser en la escuela, cuando me desmaye, aquel sueño con el hombre de piel gris, cuando me encontré con el chico que según mis amigas es un soldado que mandó ese tal Zaigon, sí ese, me pregunto si en realidad eso es posible, el hecho de que sea hija de dos dioses y que yo sea una semidiosa me parece insólito. No había caído en cuenta lo tarde que era, el tiempo se me pasó volando, decidí ir a buscar mi pijama y alistarme para dormir, cuando ya lo hice me acomode en mi cama para luego agarrar mi teléfono y nesearlo hasta que me diera sueño ya que por alguna razón no tenía, todo este asunto me ha dejado una inquietud gigantesca.

El insomnio no tardó en hacerse presente, daba vueltas en la cama intentando hacer que el sueño apareciera, pero, al parecer, no tenía intenciones de hacerlo. Decidí ir a la cocina por algo de comer, a lo mejor no es insomnio sino hambre, y sí, es completamente normal bajar a comer algo a la 3:47am, me preparé algo ligero, ya que no creí que fuera buena idea comer el espagueti que sobró del almuerzo en la madrugada, basta con un sandwich de queso para quitar el hambre.

Luego subí a mi habitación y dejé el plato en la mesa de noche, me acomodé en la cama para luego tomar el plato y empezar a comer, tomé mi teléfono y entré a mis redes sociales, no había nadie en linea con quien hablar ni nada interesante que hacer así que cerré cada una de ellas y encendí la computadora para ver una película.

— Debería estar intentando dormir en vez de buscar entretenerme. — me dije a mí misma en voz alta, pero quería sacar ese asunto de mi cabeza. Busqué las más recientes y entre ellas hubo una que me llamó bastante la atención, era la parodia de varias películas de terror y no dude ni un segundo en darle inicio. 4:54am, la película ha acabado y los dioses escucharon mis suplicas, al fin tenía sueño, dejé la laptop en la mesa de noche y la verdad no me fijé que tan bien la acomodé, quería dormirme lo más pronto posible y eso hice, me acomode de la manera más cómoda que pude y poco a poco fui cayendo en un profundo y placentero sueño.

No tenía intenciones de levantarme pero un golpe fuerte me hizo despertar bruscamente, miré alarmada toda la habitación, dirigí mi mirada al costado de mi cama y lo que vi me espantó...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***