Ejército.

Rato largo el que estuvimos discutiendo con mi madre, quién no daba su brazo a torcer, estaba tan enojada aún así mi padre la convenció para que no siguiera insistiendo... Aunque El Conde Wang tenga mucha influencia, no puede contra mi padre quien tiene el favor del Emperador, en el pasado sólo pudieron con nosotros por el matrimonio.

Sigo planeando ¿que debo hacer?, los días están pasando y aún no decido como tener la oportunidad y el poder necesario para desenmascarar al Conde y a su hijo... No tendrán la oportunidad de atacar a mi familia y mucho menos derrocar al Emperador, no mientras estoy decidida a luchar contra ellos.

-Señorita ¿que es lo que tanto escribe?

-No podrías entenderlo Weng, es algo que debo hacer para el bien de nuestro futuro.

-¿Acaso piensa dejarnos, señorita?

-No es eso, sólo que ahora que cancelé mi boda debería de hacer algo productivo para el beneficio y orgullo de nuestra familia Li.

-Es muy considerada señorita, ¿podría saber que planea hacer?

-Aún no lo sé, pero cualquier oportunidad que se me presente la aprovecharé.

-He escuchado de parte del Gran General que habrá nuevos reclutas militares y que su hermano no quiere asistir al entrenamiento.

-Entiendo, mi hermano está más interesado en los negocios... ¡eso es!

-¿Qué cosa señorita?

-Sólo algo que se me ocurrió, hablaré con mi padre, no me acompañes.

-Como diga, señorita.

Dejo de lado lo que estaba haciendo y me dirijo hacia el despacho de mi padre, tocó la puerta y recibo "pase" abro lentamente la puerta y le veo concentrado en algunos documentos, observo un rato concentrado, levanta la mirada y me da una leve sonrisa.

-¿Qué te trae por acá mi adorada hija? (sonrío y avanzó hasta sentarme frente a él)

-Padre, sé que le sonará extraño, pero quiero tener su confianza y que me permita unirme al ejército (Me mira con gran asombro)

-¿¡Al ejército!? ¿¡Acaso he escuchado bien¡?

-Si usted me lo permite.

-Aunque el Emperador ha permitido reclutar mujeres soldados, me parece que es muy arriesgado para ti, no has tenido el entrenamiento para ello...

-Sé que puedo hacerlo y estará orgulloso.

-Ya estoy orgulloso de que te hayas vuelto más madura, pero el ejército podría ser muy peligroso.

-Prometo que no es uno de mis caprichos, de verdad quiero ser parte del ejército y proteger a nuestro imperio (me mira indeciso)

-No lo sé.

-Por favor padre, deme la oportunidad de demostrarle que voy enserio.

-Estoy tan desconcertado (suspira), mi hijo no quiere unirse al ejército y mi hija mayor deja atrás el matrimonio para unirse al ejército ¿Qué he hecho mal? (tomó sus manos fuertemente con las mías)

-No ha hecho nada mal, nos ha educado muy bien, mi hermano es un hombre de negocios, mi hermana es una gran artista, sus pinturas son vendidas como pan caliente, yo soy fuerte puedo con lo que me proponga.

-¿Desde cuándo te has vuelto tan valiente e imprudente?

-Sólo quiero el bien de nuestra familia.

-En un mes es el reclutamiento militar, los novatos serán tratados con severidad, no quiero eso para ti.

-Entrenaré duro, ayúdeme padre.

-Puedo pedirle el favor a un viejo amigo (se toma la barbilla pensativo) aunque es bastante severo en los entrenamientos.

-¡Lo soportaré! Soy digna hija del Gran General (reímos y nos abrazamos)

-No me arrepiento de consentirte, sólo ten cuidado, moriría si algo te sucediera.

-Lo haré.

-Otra cosa muy importante que debes saber cuando entres al ejército (levanto la mirada para conectar con su seriedad) no puedes decir que eres mi hija y beneficiarte de ello.

-Prometo que no lo haré.

-Entonces tienes mi permiso, enviaré una carta a mi amigo.

(...)

Ahora que tengo el permiso de mi padre, sólo me queda entrenar, reviso algunos libros de Artes marciales, no se observa tan difícil, pero nada es comparado con la práctica, el amigo de mi padre llegará en unos días y debo tener buena forma física para soportar lo que se me viene.

-¡Es posible que seas tan tonta! ¿¡Eh!? ¿Cómo puedes tomar una decisión tan a la ligera?

-Madre...

-¿Cómo es eso que entrarás al ejército?

-Yo...

-Eres una dama, debes pensar en casarte con alguien influyente, con un Noble o Conde, quizás un Príncipe, para eso te he educado, pero no, estás aquí pensando ir directo al peligro.

-Madre (la abrazo fuerte paralizando su acto) sé que se preocupa por mí, prometo que no me meteré en problemas.

-No, no es eso... yo... sólo...

Su nerviosismo la hace tartamudear, parece que sufre con mi abrazo, desde que tengo conocimiento no he visto a mi madre ser cariñosa, ¿podría ser que fue criada de esa manera?

-No dejaré de lado el matrimonio, quizás dentro del Ejército me gane el favor del Emperador y así pueda casarme con unos de sus hijos o quizás conozca a algún hijo de Ministro o un Noble con bastante dinero y poder (miento tratando de persuadirla, recuerdo que ella se había liado con el Conde por ser ambiciosa)

-Tu... de verdad, ¿Es así?

-Claro que sí madre, jamás haría algo que perjudique a nuestra familia.

-Bueno... sólo ¡Cuidate!

Veo como sale corriendo y sonrío, a pesar de su ambición parece que se preocupa un poco por sus hijos, sólo espero que sea así, porque lamentaría tener que librarme de ella también.

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