NovelToon NovelToon
Bajo El Mismo Veredicto

Bajo El Mismo Veredicto

Status: Terminada
Genre:Romance / CEO / Arrogante / Ligador / Completas
Popularitas:8.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Deiver Gutierrez

Aurora West ha dedicado su vida a construir un futuro brillante en el mundo del derecho. Cuando consigue una codiciada oportunidad de prácticas en el bufete más prestigioso de la ciudad, cree que está un paso más cerca de alcanzar sus sueños. Sin embargo, lo que no esperaba era que su jefe, Rafael Novoa, fuera un hombre tan implacable como fascinante.

Frío, reservado y con una reputación impecable, Novoa es un abogado brillante, pero detrás de su carácter severo esconde un conflicto interno que no está dispuesto a admitir: una atracción innegable hacia Aurora. Aunque intenta resistirse, su presencia desafía cada una de sus reglas, cada uno de sus principios.

Entre juicios, miradas furtivas y una tensión imposible de ignorar, Aurora deberá descubrir si es capaz de derribar las barreras de Rafael y demostrarle que algunas batallas no se ganan con argumentos, sino con el corazón.

¿Podrá él aceptar lo que siente o dictará su propio veredicto antes de permitirse amar?

NovelToon tiene autorización de Deiver Gutierrez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 10

POV Aurora

¡Dios! Lo que pasó con Rafael en su oficina me tenía en las malditas nubes, el hecho de que me besara solo me hizo caer rendida por él, todo lo que no quería, sabía que había posibilidades de que pudiese salir lastimada, pero no podía evitarlo, mi atracción por Rafael era a este momento innegable, y me asusta mucho creer que me estoy enamorando de él.

Han pasado dos días desde aquel momento en su oficina, nuestra convivencia volvió a lo que era antes, no había vuelto a pasar nada entre nosotros, pero los momentos en los que estábamos solos eran demasiado tensos, se podía ver el deseo entre ambos, creo que era algo innegable, las miradas que nos dedicábamos llenas de complicidad y deseo era algo que me estaba matando, sabía que era cuestión de tiempo para que algo volviese a suceder, a este momento no estoy segura de cuán lejos le permitiría llegar, no me parecía tan descabellado intentar mucho más con él.

En este momento me encontraba leyendo un caso ya resuelto en la oficina de Sebastian, me agradaba mucho cuando me invitaba a pasar tiempo con él para discutir los diferentes casos que había, aunque le tuviese confianza y lo considerase un amigo, no me había atrevido aun a contarle lo que siento por Rafael, y mucho menos lo que sucedió en la oficina, no sabía cómo se tomaría Rafael si alguien de la empresa se enterara de eso, conociéndolo creo que no le sentaría muy bien.

-¿Me harías un favor, preciosa?- Pregunta Sebastian capturando mi atención.

-Seguro- Respondí con una sonrisa.

-¿Puedes llevarle estas órdenes a Rafael para que las firme? Son las que llevaré al despacho de Manchester el jueves- Informó extendiéndome una carpeta con una sonrisa, yo la tomé devolviendo el gesto.

-Claro, en un momento se las traigo- Le dije levantándome para hacer lo que Sebastian me pidió.

Caminé hasta la oficina del hombre que me ha tenido pensando en él día y noche, me sentía desesperada por volver a sentirlo cerca de mí, veía su rostro y presentía que el también quería lo mismo, pero algo lo frenaba todo el tiempo, aunque debo decir que cumplió su promesa, no volvió a ignorarme desde que se lo pedí, al menos es algo...

Toqué la puerta de la oficina de Rafael, entré hasta que él me dio el paso, cerré la puerta y caminé hasta estar frente de su escritorio, él me miró intensamente todo el tiempo, dejó de hacer lo que hacía solo para prestarme atención.

-¿Pasa algo, linda?- Me preguntó con curiosidad.

-El señor Stan me pidió entregarle estas órdenes para que las firmara, dice que son las que llevará al bufete de Manchester en dos días- Informé tendiéndole la carpeta la cual tomó con suavidad.

-¡Mierda! Olvidé que se iría a ese compromiso- Soltó en voz baja pasando una de sus manos por su rostro.

-¿Todo está bien, Rafael?- Me atreví a pregúntale.

Después de lo que pasó, Rafael me pidió que volviera a llamarlo por su nombre, al igual que él volvió a llamarme por el mío, no más "Señorita West". Mencionó que no tenía ningún problema con que lo llamase por su nombre enfrente de los demás, pero me gustaba mantener respeto en esos aspectos, me sucedía lo mismo con Sebastian, intentaba mantener la línea de respeto.

-Es solo que, tengo que hacer un viaje a Nueva York mañana para atender unos asuntos en un bufete de allá, pensaba llevar a Stan conmigo, pero olvidé que él iría a Manchester- Dijo firmando las hojas y cerrando la carpeta.

-Entiendo...- Susurré tomando la carpeta dispuesta a volver a la oficina de Sebastian.

-Tú irás conmigo- Soltó de pronto.

¡¡¿¿QUÉ DIJO??!!

-¿Perdón?- Pregunté un poco atónita.

-Vas a ir conmigo a Nueva York, saldremos mañana por la mañana, alista una maleta para un par de días- Me dijo viéndome a los ojos, realmente estaba sorprendida, ¿Por qué me llevaría a mí?

-¿Estás seguro?- Pregunté con cautela.

-Claro, ¿Por qué no habría de estarlo?- Añadió con una pequeña sonrisa de lado mirando mis labios.

No trates de seducirme Novoa, porque desde hace días mi autocontrol está desaparecido...

-Okey, le llevaré esto a Sebastian, con permiso- Le dije dándome la vuelta caminando hacia la puerta.

-Termina lo que estés haciendo con él y ven para mi oficina, por favor- Escuché que dijo antes de que abriera la puerta.

-Claro...- Susurré.

Hice justamente lo que pidió, le entregué las órdenes firmadas a Sebastian, terminé de estudiar los casos que teníamos pendientes y fui directo a la oficina de Rafael. Contrario a lo que pensé que pasaría, solo me puso a revisar que todo estuviese en orden para el caso de mañana, creí que algo más pasaría pero solo se dedicaba a mirarme "discretamente" mientras trabajaba, creo que tenía que dejar de ilusionarme e imaginar cosas que tal vez pudieran no volver a pasar.

-¿Tienes los datos del bufete al que tienes que ir?- Pregunté levantando la vista encontrándome con que él me estaba mirando fijamente.

-No, en un momento te los tengo- Respondió con suavidad pidiendo los papeles por teléfono para que los trajeran a su oficina.

A los pocos minutos alguien toca la puerta, él da el paso y David entra con dichos documentos en la mano.

-Oh, hola princesa- Dijo David directamente en cuanto me vio sentada frente al escritorio de Rafael.

-Hola Dave- Lo saludé amablemente.

Novoa lo miraba fijamente sin dejar pasar ningún movimiento que Allen hacía, su mandíbula se mantenía tensa, David se acercó hasta donde estábamos tendiéndole los papeles a Rafael.

-Son para ella- Soltó con voz seria, diferente a la que había usado conmigo.

David se volteó hacia mí y me extendió los papeles con una gran sonrisa.

-Aquí tienes pequeña, dime si necesitas algo más- Añadió tocando la punta de mi nariz.

-Claro, gracias Dave- Agradecí mirando de reojo a Rafael que miraba la escena con los ojos reflejando molestia... Oh no.

David hizo como si no sucediera nada y salió de la oficina cerrando la puerta, yo intenté hacerme la desentendida mirando las hojas que acababa de recibir ignorando la intensa mirada que sentía por parte de Rafael, hubo silencio algunos segundos hasta que él habló.

-¿Por qué Allen te llama de esa forma?- Preguntó con seriedad después de unos segundos, despegué mi vista de los documentos y lo miré, su rostro aún permanecía serio.

-Creo que solo es su forma de ser, al conocerlo comprendí que es parte de su personalidad, no lo hace con malicia o con necesidad de querer molestar...- Expliqué tratando de ser lo más honesta posible -¿Por qué lo preguntas?- Devolví la pregunta con curiosidad mirándolo con una ceja alzada.

-Por nada- Respondió simple y tajante bajando su mirada hacia unos papeles.

Así que esta es la forma en que reaccionas...

-¿Estás celoso?- Pregunté directamente con una pequeña sonrisa traviesa.

Novoa me miró de nuevo con una mirada algo indescifrable, como si tuviera una discusión consigo mismo.

-Para nada- Respondió él mirándome, me levanté de donde estaba bajo la atenta mirada de Rafael, caminé hasta rodear el escritorio posicionándome detrás de él.

Se mantuvo quieto, muy quieto. Estaba detrás de su silla, pasé mis manos por su pecho y me agaché hasta poner mis labios a la altura de su oído.

-¿Seguro?- Susurré manteniéndome muy cerca.

Él se levantó despacio, se dio la vuelta para estar frente a frente, movió la silla para acercase aún más a mí y me tomó por la cintura.

-¿Eso es lo que quieres, Aurora? ¿Qué admita que estoy ardiendo de celos por ti? ¿Qué quiero ir a destrozarle la cara solo por intentar acercarse a ti? Porque así es, estoy jodidamente muriendo de celos...- Susurró arrastrando las palabras con deseo dando la vuelta para recargarme en el escritorio –Tal vez dejando ver mi lado más perverso pueda por fin convencerte de que no soy bueno para ti...- Dijo en voz baja subiéndome en la orilla del escritorio manteniéndose aferrado a mí.

Yo estaba muriendo de deseo en este momento, llámenme loca o lo que sea, pero verlo de esa forma solo me hacía sentir más deseosa de él, me encendía de sobremanera verlo de esa forma por mí, quería que me consumiera por completo, que me mostrara su verdadero yo, conocía ya bastantes cosas muy cuestionables, pero a este punto honestamente no me importaba.

-Bueno, tendrás que esforzarte más porque no tienes idea de lo mucho que me encanta verte así de celoso por mí, tal vez soy yo quien está mal- Susurré acariciando la parte trasera de su cuello acercando mi rostro hacia el de él, nuestros labios comenzaban a rosarse, anhelaba con locura volver a besarlo.

-Me tienes tan jodido cariño- Terminó por decir para finalmente unir sus labios con los míos creando un beso necesitado e intenso.

Estaba esperando este momento desde hace tanto, volver a probar sus labios se había vuelto en un martirio, realmente lo necesitaba. Obviamente le devolví el beso más que gustosa, no tenía ninguna intención de separarme de él. A los segundos introdujo su lengua haciendo las cosas aún más intensas, bajó sus manos a mi trasero apretándolo con fuerza y empujando mi cuerpo contra el suyo para crear fricción entre nosotros.

Suspiré al sentir aquel contacto, por la posición en la que estábamos podía sentir como el bulto en los pantalones de Rafael hacía fricción con mi entrepierna, él estaba jodidamente duro y yo no podía pensar en nada más que en el deseo que sentía de seguir avanzando con la situación.

Él se movía involuntariamente haciéndome sentir cosas inexplicables, bajó sus besos a mi cuello, yo eché mi cabeza para atrás dándole mayor acceso.

-Rafael...- Suspiré al sentirlo, sus manos viajaban a lo largo de mi cuerpo, dejó un camino de besos recorriendo mi cuello, mandíbula y volviendo a mis labios.

-Voy a eliminar cada beso, toque o caricia que alguien más haya dejado en tu cuerpo- Soltó entre besos.

Yo reí internamente, ¿Qué es lo que borraría? Lo más que he llegado con un hombre es a besos intensos y caricias leves, no más...

-No va a ser muy difícil para ti entonces- Dije en voz muy baja, pero audible para él, frenó un poco la intensidad del beso para mirarme fijamente.

-¿A qué te refieres?- Preguntó confundido, yo sentí mis mejillas arder de la vergüenza, ¿Cómo carajos le digo que a mis 23 años sigo siendo más virgen que la madre Teresa? Seguramente pensará que soy una mojigata o algo por el estilo.

-Y...Yo... Es solo que...- Titubeaba al no saber que responder, desvié la mirada ya que me ponía nerviosa sus intensos ojos fijos en mí.

Él tomó mi barbilla y me obligó a verlo de nuevo.

-Cariño, ¿Eres virgen?- Preguntó con gentileza.

Yo moría por dentro cada que él me llamaba así; tardé varios segundos en responder, asentí con mi cabeza lentamente causando al instante sorpresa en él, lo pude ver en su rostro.

¡Trágame tierra!

POV Rafael

¡¿CÓMO CARAJOS QUE ES VIRGEN?!

¡No mierda esto no puede ser!

Todo se acaba de volver mucho más complicado...

-Seguro pensarás que soy una puritana aburrida o algo por el estilo...- Decía ella en voz baja viendo mis ojos con desilusión.

¿Cómo crees que voy a pensar algo así de ti, cielo?

-Claro que no...- Respondí honesto acariciando su mejilla –Es solo que, realmente me sorprendió... No puedo explicarme como alguien tan hermosa, tan jodidamente sexy y tan perfecta como tú aún no ha hecho eso con nadie- Admití en un susurro, ella soltó una pequeña risa acomodando mi cabello.

Aun nos manteníamos en la misma posición que hace un rato, ella sobre mi escritorio, yo entre sus piernas tiendo mi maldita erección pegada a ella, la situación era un delirio y una tortura por sí sola.

-No había encontrado a alguien que me gustara lo suficiente para querer llegar mucho más lejos- Comentó acercando su rostro al mío con una pequeña sonrisa, yo también sonreí al escucharla.

-Y... ¿Aun sigues sin encontrarlo?- Me atreví a decirle dejando cortos besos en sus labios.

-Puede que ya lo haya encontrado- Dijo antes de tomar la iniciativa y besarme de nuevo, esta vez fue mucho más lento, con suavidad y delicadeza.

¿Cómo podía ser tan inexperta y dar los mejores besos del maldito mundo?

Nos continuamos besando otro par de minutos hasta que decidimos separarnos, me costó bastante, pero le dije a Aurora que era mejor que fuese a descansar a casa ya que mañana tendríamos que salir muy temprano para ir al dichoso viaje, también era una excusa para poder poner mi mente en orden, estaba hecho un completo desastre.

-Llegaré temprano mañana- Dijo antes de salir de mi oficina con una sonrisa.

-Descuida, yo paso por ti a tu departamento- Ofrecí devolviendo el gesto, ella asintió y finalmente salió dejándome con la cabeza en las nubes.

Me dejé caer en mi silla y puse mis manos sobre mi rostro... Mierda...

Mi conciencia estaba completamente dividida, por un lado, mi deseo por ella se había disparado al saber que nunca ha estando con ningún hombre, saber que estaba pensando en entregarme su primera vez me hacía sentir tan dichoso, solo de pensar en lo jodidamente delicioso que sería estar dentro de ella me hacía enloquecer, pero por otro lado...

Me siento como un maldito depravado de siquiera pensar en todas las veces que me he tocado pensando en ella, de pensar en lo mucho que quisiera hacerle a su cuerpo y en como quiero que mi perversidad consuma su pureza.

Pero no puedo hacerle eso, ella es pura, merece que su primera vez sea con alguien bueno, alguien digno y merecedor de todo lo que ella es, pero siquiera de pensar en algo similar me hace hervir la sangre de coraje, ¿Qué carajo voy a hacer?

Sin ser muy consciente del tiempo que llevaba atormentando a mi mente con la situación, escucho que alguien entra a mi oficina, levanté la cabeza al instante dándome cuenta de que era Sebastian, traté de recomponerme para que no se percatara de mi estado.

-¿Qué haces Novoa?- Preguntó con confianza sentándose en una de mis sillas.

-Termino de preparar el papeleo que llevaré mañana a Nueva York- Informé vagamente volviendo mi vista hacia las carpetas.

-¡Es verdad! Olvidé que mañana irías para allá, ¿Vas a ir tú solo?- Preguntó con curiosidad.

Mierda...

-No- Respondí simplemente.

-¿Quién te acompañará?-

-Aurora...- Respondí en voz casi inaudible después de un par de segundos, él se quedó callado al escucharme.

-Entiendo...- Dijo mirándome con atención -¿Qué tienes Rafael?- Soltó la pregunta analizando mi rostro.

-¿De qué hablas?- Me hice el desentendido.

-Sabes de que hablo, llevas varios días con la cabeza perdida, noto algo raro en tu comportamiento, y ahora traes el rostro pálido como si hubieses visto un fantasma- Contestó de forma rápida y certera.

Carajo... A veces odiaba que me conociera tan bien, hemos sido mejores amigos desde que tengo uso de razón, no era de sorprenderse que supiera cada cosa de mí.

-Besé a Aurora...- Solté de la nada tapando mi rostro con mis manos.

-¡¡¿QUE HICISTE QUÉ?!!- Preguntó más que sorprendido -¡¿En los labios?!-

Levanté la vista para verlo, tenía los ojos muy abiertos viéndome impactado, él sabía lo que yo era y como me comportaba, era de esperarse que reaccionase así, ni yo mismo me reconocía honestamente.

-Pues si idiota, sino ¿Por qué te lo estaría diciendo?- Le pregunté sintiéndome desesperado.

-¡¡¡LO SABÍA!!!- Gritó –Sabia que ella no te era indiferente- Presumía con una sonrisa como si hubiese ganado algo.

-Claro que no me es indiferente, ¿A qué hombre le sería indiferente esa mujer? Es todo un espectáculo por sí misma, es obvio que me iba a atraer, pero solo es eso, me gusta físicamente y mi cuerpo reacciona al ver el suyo, nada más- Decía pasando mi mano por mi cabello.

Trataba de convencerlo tanto a él, como a mí...

-¿Y aun así decidiste llevártela al viaje de Nueva York? Sí que eres imbécil- Soltó mirándome con burla.

-¡Ya lo sé, carajo! No me estés fastidiando Stan, porque hoy no estoy de humor- Le dije exasperado.

-Ya, relájate... Dime, ¿Qué piensas hacer?- Preguntó con el rostro algo más serio.

-Obviamente nada, no pasará nada entre nosotros, solo dejaré que el capricho por ella pase por sí solo, todo estará igual que antes, volviendo del viaje buscaré a alguna de las chicas con las que salgo para despejar por completo la mente- Le dije con "desinterés".

Claro, buscaría a alguna de las chicas si es que por fin mi amigo se dignaba a reaccionar con alguna otra mujer que no fuera Aurora, era humillante realmente, ¿Cómo es que eso podía sucederme a mí?

-No creo que eso pase, pero como tú digas... No has llegado a pensar en, no lo sé, ¿Darte una oportunidad después de todo este tiempo? Aurora es una gran mujer, y a ti parece realmente gustarte- Preguntó dejándome algo desconcertado, negué con la cabeza de inmediato.

-No digas tonterías, ya no quiero hablar del tema, si me permites, tengo muchas cosas que planear para mañana- Dije desviando la conversación, no quería pensar en nada de eso, ya que me daba miedo que Sebastian tuviese razón, si no pensaba en eso es como si no pasara, ¿Verdad?...

-Bueno, yo ya me voy, suerte con el viaje Novoa, si necesitas algo llámame, y, piensa en lo que dije...- Soltó dando una palmada a mi espalda y saliendo de mi oficina dejándome solo de nuevo.

Mi cabeza estaba hecha un completo desastre, pensaba en lo que acababa de decirme Stan, y en lo que acababa de saber de Aurora. Saber que ella era virgen complicaba demasiado las cosas y complicaba cualquier plan que hubiese podido tener.

Si alguna vez me llegó a cruzar por la cabeza la idea de acostarme con ella para poder olvidar este deseo incontrolable que siento por ella, después de hoy esa idea ya no era opción por ningún motivo, no le haría esto a Aurora, no le robaría su pureza solo por quitarme las ganas, no lo merece... Aunque no desee nada más que poder tenerla a mi lado y hacerla jodidamente mía.

Pensaría bien las cosas y tomaría una decisión, esto no podía continuar de esta forma. Mi pequeña Aurora...

¿Qué voy a hacer contigo cariño?

1
Yuly Ponce
Hermosa historia felicidades ❤️
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
la recomiendo
Deiver: gracias por leer
total 1 replies
America Lopez
hermosa historia
Tanny Farfan: Felicitaciones escritora, me gustó mucho esta historia, muy linda, bien cuidada, excelente ortografía,
total 1 replies
America Lopez
cobarde...
America Lopez
me gusta la fuerza de voluntad de Rafael
America Lopez
exquisita escritura, me fascina la interpretación de los personajes, felicito a la escritora. Sigamos con la lectura
Deiver: gracias que bueno que te guste la historia
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto, de los protagonistas
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play