**Alexa** es una joven soñadora, inquieta y de alma libre, siempre anhelando encontrar el verdadero amor. Para ella, ese amor es como una burbuja que flota en los cielos, un refugio que le brinda seguridad y confianza, un lazo tan fuerte que no permite distancias entre almas gemelas. Sin embargo, su mundo idílico se ve sacudido por la llegada de **Sergio Méndez**, un hombre misterioso y arrogante que desconfía del amor y desafía todas sus creencias. A medida que Alexa se adentra en este torbellino emocional, comenzará a cuestionar la existencia del amor verdadero. ¿Logrará Alexa mantener su fe en los sueños del corazón, o se dejará arrastrar por la dura realidad que Sergio representa? La batalla entre el idealismo y el escepticismo está a punto de comenzar.
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Capitulo X Horas extras
Llegaron a la empresa y Sergio pidió una reunión con los diseñadores de emergencia, no había tiempo que perder y si querían entregar los diseños a tiempo, debían empezar a trabajar inmediatamente.
"Señores, hoy estuvimos almorzando con Miguel López", dijo Sergio haciendo una pausa.
Los diseñadores empezaron a murmurar, ya que concretar una cita con ese hombre era casi imposible, ni siquiera Sergio con todo su dinero había podido llegar a él y es que Miguel era uno de los promotores más influyentes en el mundo de la moda, sus conocimientos sobre esta superaba a cualquiera en medio y si él aprobaba los diseños de alguna persona, pues le garantizaba el éxito en su carrera de por vida.
"Jefe, disculpé, "¿qué diseño o diseños seleccionó el señor López?", pregunto una de las diseñadoras.
"En realidad no le gusto ninguno de los que ustedes crearon, dijo que están pasados de moda y que quiere algo más moderno", explico Sergio indiferente.
"Es, decir, perdimos esa cuenta", intervino otro de diseñador.
"No es así, gracias a Alexa tenemos otra oportunidad, en una semana hay que mostrar nuevos diseños, así que tenemos mucho trabajo y poco tiempo", dijo Sergio con un tono autoritario.
"Es imposible, tenemos un mes trabajando en esos diseños, no nos puedes pedir que los hagamos en una semana", contesto la diseñadora que hablo al principio. Su nombre era Juliana.
"El que quiera el reto, únase al equipo, pero al que le quedó grande el reto, entonces que presente su carta de renuncia", dijo Sergio fríamente.
"Señores por favor, discutiendo no vamos a solucionar el problema, pienso que debemos empezar a trabajar, los diseños solo necesitan algunos retoques y yo los puedo ayudar con eso", intervino Alexa con voz firme.
"¿Qué puede saber una asistente de modas?, mejor sigue tomando notas", respondió Juliana de forma despectiva.
"Ya basta Juliana, si no quieres pertenecer al equipo, entonces te puedes retirar", ordeno Sergio furioso.
"Está bien jefe, ya no hablo más", respondió la mujer con los ojos cristalizados.
Era obvio que entre ella y Sergio había algo, esa diseñadora era muy arrogante y altanera, se creía con el derecho de hablar golpeado a sus compañeros y eso solo la delataba más.
El resto de los diseñadores no dijeron nada que no estuviese relacionado con el trabajo, después de un tiempo, salieron a sus puestos de trabajo, Alexa no tenía una mesa para diseñar así que volvió a la oficina con Sergio una vez termino de dar consejos para los nuevos bocetos. Si todo salía bien en cinco días tendrían la colección completa. Una vez llegaron a la oficina, Sergio empezó a revisar algunos puntos.
"Quiero ver tus diseños", exigió Sergio.
"Señor, yo les puedo ayudar dándoles ideas, pero no soy tan buena dibujante y ya lo comprobó", respondió Alexa decidida.
"Creo que eso lo decidiré yo", manifestó Sergio.
"Ok, pero aquí no tengo ningún diseño, todos están en la mansión, cuando estemos allá te enseño algunos", contesto Alexa sin más opciones.
Continuaron trabajando el resto del día, estuvieron hasta altas horas de la noche en la empresa. Cuando Sergio vio que Alexa empezó a bostezar decidió que ya era suficiente, estaban cansados y así no harían mucho más.
Después de enviar a los diseñadores a casa, ellos subieron al auto y volvieron a la mansión.
"Gracias por todo tu apoyo el día de hoy", comento Sergio estacionando el auto.
"Solo hago mi trabajo, además me gusta diseñar y si con eso puedo ayudar a los demás, entonces no me molesta", respondió Alexa sinceramente.
Bajaron del auto unos minutos después de haber llegado a la mansión, ellos solo hablaron de trabajo, pero había un par de ojos curiosos mirando por las ventanas, quienes supusieron que estaban hablando en la intimidad de la noche de sus deseos más profundos.
Miranda estaba molesta, ella no podía creer que su hija fuera tan tonta como para caer en las garras de Sergio, ese hombre era muy peligroso y no se le escapaba una sola mujer, ella no quería que Alexa fuera una más del montón. Por otro lado, estaba Ágata quien tenía una sonrisa dibujada en su rostro, sus planes iban por el buen camino y si todo se daba como ella quería pronto su hijo terminaría enamorado de esa muchacha. Ella quería nietos y aunque Alexa no era de familia millonaria, al menos sus hijos serían muy lindos. Debía intervenir para acelerar ese romance, conociendo a su hijo nunca aceptaría que le gusta la chica, solamente porque ella no es de nuestro círculo social, pero Alexa era la indicada, así que tenía que idear un plan para obligar esa relación.
Mientras que Ágata planeaba su nuevo paso, Miranda estaba esperando a su hija en la cocina, debía saber que estaba pasando y por qué había llegado tan tarde a la casa y con Sergio.
"Estás llegando muy tarde, ¿no lo crees?", dijo Miranda a penas vio entrar a Alexa.
"Vamos a trabajar horas extras, hay un proyecto importante que se tiene que entregar en una semana", respondió Alexa ignorando la actitud de su madre.
"¿Qué tanto hablabas con el señor Sergio en el auto?", pregunto Miranda con seriedad.
"¿Acaso me estás espiando?, pero para tu tranquilidad solo me estaba diciendo que mañana pasará por mí temprano", respondió Alexa tratando de salir de la cocina.
"Él no tiene por qué venir a buscarte, nosotros podemos pagar un taxi que te lleve al trabajo", respondió Miranda furiosa.
"¿Qué tanto te molesta?, no te entiendo, por primera vez en su vida Sergio se está portando amable con nosotros, sé que siempre ha sido un patán, pero ahora necesito llevar la fiesta en paz con él, pues es mi jefe", respondió Alexa tratando de no perder la paciencia.
"Ya no es el señor Méndez, ahora solo es Sergio", dijo Miranda alzando una ceja.
"Estoy muy cansada mamá, no sé qué te estás imaginando, pero Sergio ha sido muy profesional conmigo y nuestra relación es solo laboral", explico Alexa con tranquilidad.
Después de hablar con su mamá, Alexa se retiró a su habitación, ella estaba incomoda durmiendo en ese cuarto, mientras sus padres seguian en una habitación de servicio, estaba muy urgida por la comisión que se ganaría al trabajar horas extras y además si Miguel aprobaba uno de sus diseños eso sería dinero extra y en eso era que ella estaba enfocada.