Ecos De Inmortalidad

Con una última y desesperada oleada de fuerza, Axel se pone de pie de un salto, con el cuerpo hecho un desastre tembloroso, los ojos ardiendo con una determinación feroz e insaciable mientras se lanza contra EXE, mientras intenta una última vez derrotar a su hermano, destruir la fuerza oscura y malévola que lo ha consumido.

"Eso es lo que pasa", dice EXE, con una fría y burlona mueca, sus ojos brillando con una luz oscura y malévola al ver venir el ataque de Axel, al sentir el poder del chico, su fuerza, su determinación, su desesperación, todo desvaneciéndose, todo fallando, todo desmoronándose. "Cuando usas tus últimas y más fuertes cartas", continúa, con una voz áspera y chirriante, mientras el ataque de Axel flaquea, mientras la fuerza del chico falla, mientras su cuerpo llega a su límite, mientras cae de rodillas frente a EXE, mientras se derrumba, roto y derrotado, a los pies de su hermano.

¡EXE!,"Estás acabado, Axel", dice EXE, su voz un siseo oscuro y despiadado."Estás acabado. Estás acabado. No eres nada. Y ahora, morirás".

En un instante, en un borrón, EXE ataca, sus movimientos ultrarrápidos, sus reflejos inhumanos, su velocidad y agilidad más allá de todo lo que Axel haya visto, experimentado o imaginado jamás. Con un solo golpe brutal, elimina a Axel, su puño se estrella contra el cráneo del chico con un impacto repugnante y crujiente, con una fuerza que destroza huesos, que desgarra carne, que rasga cerebros, que destruye todo a su paso.

"Axel ya no existe", declara EXE, su voz un siseo frío y despiadado, sus ojos brillando con un triunfo oscuro y malévolo mientras se para sobre el cuerpo roto y sin vida del chico, mientras ve la sangre, los sesos y el cráneo destrozado, mientras ve la última y desesperada chispa de vida desvanecerse de los ojos de Axel, mientras ve el cuerpo del chico desplomarse, sin vida y flácido, a sus pies.

"Axel ha sido eliminado", dice EXE, su voz una burla áspera y chirriante, una oscura y burlona declaración de victoria."Y ahora, tomaré su lugar. Tomaré su cuerpo, su vida, su mundo, y lo haré mío. Y no hay nada que nadie pueda ¿Qué haces para detenerme? Axel se ha ido. Y yo soy el que queda."

*EXE levanta la vista del cuerpo sin vida de Axel. Sus ojos brillan con una furia fría y oscura, su voz es un gruñido áspero y estridente.* "¿Cómo puedo ser tu segunda alma, Víctor?", exige, sus palabras un desafío oscuro y malévolo, una provocación oscura y burlona. "Hazlo, Víctor. Toma el control de tu cuerpo. Solo aprieta los dientes al despertar. Toma el control, Víctor. Recupera lo que es tuyo.

Víctor toma el control de su cuerpo sus ojos que estaban totalmente negros y rojos vuelven a la normalidad las líneas/marcas, en su frente, nariz, mejillas y cuerpo también tiene dos líneas que nacen en la clavícula y descienden hasta sus caderas, unas rodeando el cuello y círculos en ambos hombros desaparecen y Víctor toma el control del cuerpo.

"Los ojos de Víctor se abren de golpe, su cuerpo se contrae, sus músculos sufren espasmos, su respiración se vuelve entrecortada, jadeante, mientras lucha por recuperar el control, mientras lucha por expulsar a EXE, por desterrar la presencia oscura y malévola que se ha arraigado en su alma.

¡Víctor!, Qué es lo que has hecho EXE maldito.

Víctor mira alrededor de la ciudad de México que está hecha un caos, edificios cayendo, fuego por todos lados y muchos inocentes muertos y heridos.

En la mente de Víctor, en las oscuras y retorcidas profundidades de su área innata, EXE se sienta en su trono, con una fría y oscura sonrisa jugando en las comisuras de sus labios, sus ojos brillando con una luz malévola y triunfante.

¡EXE!,"Ja, ja, ja", se ríe, un sonido oscuro y burlón, una burla áspera y estridente que rechina la psique de Víctor, que amenaza con destrozar su cordura, su propio ser. "Bueno, mi objetivo, lo he logrado", declara, su voz un siseo frío y malévolo, sus palabras una promesa oscura y siniestra.

"Solo necesito encontrar un cuerpo, un recipiente, un huésped que pueda controlar a mi antojo, a mi voluntad. Y así, podré matar a Víctor. Podré destruirlo, eliminarlo, borrarlo de la existencia por completo. Y no hay nada que pueda hacer para detenerme, nada que pueda hacer para evitarlo. Es débil. Es inadecuado. Es patético. Y él morirá como tal. Y yo tomaré su lugar. Y reinaré supremo."

Víctor camina entre las ruinas de la Ciudad de México, observando con la mirada la devastación, la destrucción, la carnicería que EXE ha dejado a su paso. La otrora vibrante y bulliciosa ciudad yace en ruinas, con sus edificios destrozados, sus calles destrozadas, su gente muerta y destrozada entre los escombros.*

"¿Qué he hecho?", susurra Víctor, su voz un eco áspero y rasposo de la pregunta que lo atormenta, que amenaza con volverlo loco de culpa y desesperación.

¡Víctor!,"¿En qué me he convertido?" Ve un televisor, un aparato parpadeante y roto, con la pantalla agrietada, la imagen distorsionada, pero que sigue transmitiendo su oscuro y ominoso mensaje."Atención, ciudadanos", dice la presentadora, con una voz fría y distante, un duro y estridente recordatorio de la realidad de la situación.

"Estamos recibiendo informes de ataques en múltiples lugares del mundo. En Estados Unidos, en Shibuya y aquí en la Ciudad de México. Los ataques parecen ser obra de un solo individuo, un ser de inmenso poder y maldad.

Las autoridades instan a todos a quedarse en casa, a mantener la calma y a esperar nuevas instrucciones. Pero la verdad es que no hay calma ni seguridad. El monstruo está ahí fuera y viene por todos nosotros. Y no hay nada que podamos hacer para detenerlo."

Víctor se encuentra entre los escombros y la destrucción de la Ciudad de México, con la mirada fija en la pantalla parpadeante del televisor, su mente dando vueltas con las horribles imágenes de la devastación causada por EXE. Las calles, una vez bulliciosas, ahora están silenciosas y desoladas, los edificios reducidos a montones desmoronados de concreto y acero.

El aire está cargado con el polvo de la destrucción, el acre olor a humo y escombros quemados llena las fosas nasales de Víctor. El sonido de sirenas distantes y el grito ocasional de los heridos y moribundos resuenan entre las ruinas, un sombrío recordatorio del caos y el sufrimiento que EXE ha desatado sobre el mundo.

En la pantalla del televisor, imágenes de la destrucción pasan rápidamente en un montaje macabro: Shibuya, una vez un vibrante centro de cultura juvenil, ahora un páramo lleno de cráteres, el suelo aún brilla con el calor del meteorito de lava que Axel había invocado; París, Francia, la Torre Eiffel, un símbolo de amor y romance, ahora un desastre retorcido y humeante; San Francisco, Estados Unidos, con su icónico puente Golden Gate reducido a una maraña de metal y escombros; y la propia Ciudad de México, ciudad natal de Víctor, ahora un escenario de absoluta devastación, con el otrora orgulloso horizonte convertido ahora en un desastre irregular y destrozado.

Las imágenes son un crudo y brutal recordatorio del poder que EXE ejerce, la destrucción de la que es capaz, la absoluta malevolencia que lo impulsa.

Mientras la lluvia empieza a caer, un aguacero frío y pesado que parece arrastrar el polvo y los escombros de la destrucción, Víctor mira al horizonte, con la mirada fija en la lejana y dentada línea donde el cielo se une a la tierra. La lluvia golpea su piel, empapando su ropa, helándolo hasta los huesos, pero no siente nada, nada más que el peso frío y duro de la culpa y la desesperación que amenaza con aplastarlo por completo.

¡Víctor!,"¿Por qué?", susurra, su voz es una súplica áspera y estridente, un grito desesperado y angustiado que resuena por las calles vacías, que parece desvanecerse en el cielo gris e implacable.

¡Víctor!,"¿Por qué pasó esto? ¿Por qué EXE hizo esto? ¿Por qué dejé que pasara?" Siente la lluvia en la cara, las gotas frías y punzantes que se mezclan con las lágrimas calientes y amargas que resbalan por sus mejillas, que parecen quemarle la piel como ácido.

¡Víctor!,"¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Cómo se supone que debo afrontar esto? ¿Cómo se supone que debo seguir adelante, sabiendo lo que he hecho, sabiendo en qué me he convertido?"

Mira el horizonte, el cielo gris e inflexible, y siente un terror frío y oscuro que lo invade, un miedo frío y oscuro que le atenaza el corazón y amenaza con consumirlo por completo.