Valeria y César comienza de nuevo después de su divorcio. Ahora deberán superar los obstáculos si quieren volver a estar juntos.
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Compromiso
...Narra Valeria...
De pie, junto a la ventana de mi habitación, veo la nota en la revista de esa mañana. Hablaba sobre el inmenso amor que Rogelio Bustamante; se tiene con su esposa Katy.
Rocío y Katia, han crecido mucho en los últimos meses, el parecido con sus padres es cada vez más evidente.
Por instinto llevó mis manos a mi vientre. Recordando con tristeza el embarazo que tuve. Si mi hijo no hubiera muerto, ahora sería igual de grande que las hijas de Katy.
Lamentablemente, era preferible así. Además, su padre lo rechazaba y lo llamaba bastardo.
César siempre pensó que no era su hijo, que era hijo de otro hombre. Por odio, yo misma acepte esa mentira, yo misma le dije que era verdad, que ese hijo no era suyo, que era de uno de los tantos hombres con los que me habia acostado.
Pero las cosas nunca fueron así, yo fui siempre exclusiva de él, sin importarme que él Amara a otra mujer. Salía con otros chicos, es verdad, pero nunca me llegue acostar con ellos, lo hacía simplemente, para ponerlo celoso y que se diera cuenta de que me podía perder.
____ Señorita Valeria, su padre está aquí. ___ Me informa Lili, la mujer que me ayuda en la limpieza de mi departamento.
_____ ¿En qué momento entraste? ___ Le pregunté a Liliana.
_____ Hace un momento. Llamé a la puerta y al no escuchar a nadie, entre. Pensé que algo malo le había sucedido. ___ Responde inmediatamente.
Pasé mis dedos por mis mejillas, limpió de inmediato las lágrimas que acaban de caer por mis ojos. Dibujé una sonrisa, y enrerece mi espalda.
____ Mi padre, ¿está aquí? Eso si es extraño. Hazlo pasar a la sala, ahora voy a atenderlo.
Lili salió de la recámara. Bajé la mirada, solo para darme cuenta de que aún ando en pijama.
Fui al closet y escogí un vestido sencillo, un par de zapatillas de piso, y fui a lavarme la cara.
Me cambié de ropa y salí a la sala de estar. Veo a mi padre sentado, leyendo la misma revista que yo leía hace un momento. Al sentir mi presencia, deja a un lado la revista y se pone de pie.
____ Querida, hija mía.
Me da un abrazo y un beso en la mejilla. Eso me hace sentir extraña.
¡No! Porque nunca me haya demostrado afecto, al contrario, cuando era niña y antes de casarme con César, mi padre me amaba demasiado.
Sino porque, después de la discusión con mi madre, esperaba otra reacción de su parte.
_____ Papá, es tan extraño que vengas a mi departamento. ____ Fui la primera en hablar.
____ ¿A caso no puedo venir a verte? Es tan extraña tu reacción al verme aquí.
Se queda mirando a los lados, en especial hacia la recámara. Creo que busca a un hombre... Aunque tuviera compañía masculina, son una mujer adulta, que no debo darle explicaciones a mis padres.
_____ Estoy sola. Podemos sentar a conversar. ____ Dije, en un tono serio.
Los dos vamos al sofá, tomo asiento, cruzando mis piernas.
Espero unos segundos, a que mi padre comenzara hablar, quiero saber a que se debe la visita inesperada de mi padre.
Aunque me puedo imaginar que se debe a lo que pasó ayer por la tarde con la señora Méndez.
____ Tu madre me contó sobre lo que pasó con la señora Méndez. Quiero pedirte una disculpa por intentar imponerse un compromiso con ese hombre.
Casi mi boca se abre hasta tocar la alfombra del piso. Jamás me hubiera imaginado esas palabras de mi padre.
Por primera vez, me sentí feliz. Me pongo de pie y voy a abrazar a mi padre. Parece que vuelve hacer los mismos que eran antes.
____ ¡Gracias, papá, por comprender que ya no soy una niña!
Me aleja despacio de él, y dice.
___ Tu compromiso sigue en pie. Te vas a comprometer esta noche con el hombre indicado para ti. Lo he pensado bien, y he encontrado al hombre que te va a hacer muy feliz.
Lentamente, di varios pasos hacia atrás. Pensé que había escuchado mal. Me dejé caer en el sofá, llevando mis manos a mi rostro.
Sentí ese nudo en la garganta de decepción. Esa impotencia al darme cuenta de que me ilusioné antes de tiempo.
____ No entiendo, como puedes decir que has encontrado al hombre correcto para mí. ¡No, soy un objeto! ¡Soy tu hija!
______¡Entiéndelo de una maldita vez!
La expresión en la cara de mi padre cambió.
____ Baja la voz, Valeria.
_____ Soy tu padre y merezco respeto. ___ Me ordena a regañadientes.
___ ¿Mereces respecto? Lo qué tú y mi madre están tratando de hacer a mis espaldas, ¿Cómo se llama?
_____ ¡Es una falta de respeto a mi persona! ___ Exclamé en voz alta.
____ Todo lo que hago, lo hago por ti. Porque sé que mereces a un hombre que te ame, y te cuide. Eres mi única hija, y quiero cuidarte.
____ Je, Je, Je. ___ No puede evitar soltar una carcajada.
¿Era real lo que mi padre dice? ¡Sí en verdad quisiera lo mejor para mí, no me querría obligar a casarme con un hombre que no quiero!
Qué afán tienen de que me casé. No van ni meses desde que me divorcié de César.
____ ¡Vete, papá!
______ Soy lo suficientemente adulta como para escoger al hombre con el que quiero compartir mi vida.
Mi padre levanta la barbilla con soberbia; camina despacio a mi lado. Se detiene, y con una voz aguda y fría, me dice.
____ Valeria, no te atrevas a dejarme en mal otra vez. O esta vez, si va a traer graves consecuencias tu desobediencia.
Continua caminando hasta salir. Es fuerte sonido de la puerta ser arrojada violentamente, hace temblar mi cuerpo.
Sin poderlo evitar, mis lágrimas caen por mis mejillas. Caigo al sofá, y no puedo evitar sentir este fuerte dolor.
Al llegar la noche, escogí un hermoso vestido, negro, escote V, sin tirantes, ajustado a mi cuerpo. Escogí unas joyas valiosas y me arregle el cabello.
Al verme al espejo, era difícil reconocerme. No veo a la mujer que deseaba ser. Volvía hacer la marioneta de mis padres.