La Esposa Del Emperador II

Capítulo 9

Después de las palabras de Ema, Rogelio habló ignorando también a Víctor, quien cada vez estaba más enojado al verse hecho a un lado de esta manera por ellos.

-Esta bien mi niña, pero deja que te acompañe hasta el carruaje entonces, así me aseguro que llegues con bien a él.

Antes de que ella se pudiera despedir de Marcos, él habló entrando en la conversación.

-Yo también la acompañaré hasta el carruaje si no le importa, señorita Ema.

Ema un poco apenada le dijo:

-Claro que no hay ningún problema, su majestad. Al contrario, es un honor.

Rogelio tomó el brazo de su hija y la guio hacia afuera, mientras que detrás de ellos iba Marcos siguiéndolos de cerca. Los tres dejaron a Víctor allí parado, siendo observado por todos los que habían escuchado. Por suerte para él no fueron muchas las personas que escucharon el final de la conversación y vieron como se fueron de allí esos tres, sin saludarlo siquiera, ignorándolo completamente.

Cuando Ema llegó a su carruaje, se despidió con un abrazo de su padre y solo con una reverencia de Marcos, quien hizo lo mismo, inclinando solo un poco la cabeza, para no verse descubierto por su futuro suegro que tal vez se enojaba con él y lo alejaba de su futura esposa.

Así, al estar ya dentro del carruaje, Ema viajo cómodamente, llegando con bien a su casa sin ningún inconveniente, por suerte, casi una hora después de partir de allí. Poco después que ella se fue, la fiesta se dio por terminada, mientras la familia real se encargaba de despedir a todos los invitados, para después cada uno irse a sus respectivos aposentos a descansar, pues ya era tarde.

Marcos estaba en su habitación unas horas después leyendo algunos documentos sobre asuntos importantes del imperio, cuando llega su madre de improvisto. Él se levanta de la cama donde estaba recostado, sorprendido de verla allí y más siendo tan de noche cuando ella tendría que estar en la cama con su padre.

-¿Madre? ¿Sucede algo?

Preguntó mientras se sienta con ella en la cama, ya que ella lo lleva hasta allí de la mano.

-No, solo quería hablar contigo de algo. Quería decirte que hoy, en la fiesta, te seguí hasta uno de los balcones, pues te vi yendo hacia allá y me pareció raro, y al llegar allí te vi.

Marcos quedó super apenado con su madre porque ya sabe que fue lo que vio, a él besándose con Ema. Antes de que él pudiera decir nada, ella vuelve a hablar para tratar de tranquilizarlo y decirle por qué le estaba contando todo esto.

-Mira, quiero que sepas que yo no te lo estoy diciendo para criticarte ni nada parecido, es porque quiero saber qué intenciones tienes con ella. Pregunté en la fiesta por esa joven y me dijeron que ella esta comprometida y no quiero que te metas en una relación o que ella juegue contigo. Eres un adulto ya, lo sé, pero eres mi hijo.

-Tranquila, madre, eso no va a pasar. El verla y saber un poco de ella solamente, me bastó para saber que Ema es la mujer que quiero a mi lado. Sé que suena loco y apresurado, pero lo sentí.

-¿Pero y su compromiso?

Dijo Iris preocupada por el corazón de Marcos.

-Ella no lo quiere, quiere la anulación de ese compromiso. La escuché hablando con su padre sobre eso. Además, el tipejo ese es amante de la hermanastra de ella. Todo el mundo sabe eso.

Dijo Marcos trayendo seguridad a su madre sobre su futura relación con Ema y hasta un poco de enojo por enterarse de lo que Víctor hacía con Luisa.

-Ok, si todo lo que dices es cierto haremos algo para anular el compromiso, ella no se casará con un idiota así. Cuando el rompimiento pase, puedes traerla y presentarla, si es que ella ya te ha aceptado como su pareja. Me alegra que hayas encontrado a una buena mujer para ti, mi niño.

Dijo Iris acariciando la mejilla de su hijo, a pesar de ser ya un adulto, lo trataba igual que cuando era un niño, con un amor irremplazable.

-He hablado poco con ella, pero se nota que es buena persona y creo que nos llevaremos bien.

Al oír las palabras de su hijo, Iris quiso gastarle una broma, así que le dijo mientras se levantaba:

-Bueno, si no todo es color de rosas, puedes distraerla de los problemas como hace tu padre conmigo.

-¡Mamá!

Dijo Marcos apenado por lo que su madre ha dicho, pues sabe muy bien como es que su padre la distrae y no quiere pensar en eso.

-Ya, ya cielo. No te torturo más. Ve a descansar que desde mañana tienes un imperio a tus espaldas para proteger y una futura emperatriz que salvar de un compromiso también.

Dijo Iris mientras se reía de su chiste, saliendo de la habitación de Marcos. Su hijo por su parte se alegró de que su madre sea así, otras tal vez hubieran hecho un escándalo al enterarse de que él había besado a una mujer comprometida, pero su madre no, ella solo le dice que luche por ella.