Lágrima De Luna

A las afueras del pueblo en una zona boscosa, se encontraba ubicada una especie de casa finca cubierta por árboles a su alrededor con algunos guardias que custodiaban la propiedad en una de las elegantes habitaciones se encontraba una mujer en la habitación que parecía un hospital pues estaba rodeada de máquinas y en el centro había un cuerpo conectado a muchos aparatos que lo mantenía con vida, pero un hombre joven postrado en cama necesitando respiración artificial para vivir la mujer que observa la luna desde la ventana, camina hacia el hombre y se sienta a su lado tomando su mano.

—Te juro hermano haré todo lo posible para curarte no me importa lo que tenga que hacer para hacerlo, por culpa mía estás así.—derramando una lágrima llena de tristeza. Mientras que acaricia suavemente la mano del hombre que yace inconsciente... En ese momento tocan la puerta.

—Toc-toc—

La mujer se limpia las lágrimas, y sale de la habitación observando a un hombre que es inclina ante ella.

—Señorita, lo siento todo salió mal, alguien salvó la señorita, Clarissa, y tuvimos que escapar...—La mujer cambie su rostro por uno frío y sin expresión empuña su mano por la ira.

El sujeto vuelve a agregar— Evan Montes le envió un mensaje con uno de los hombres que lo seguía: Le pidió que se detuviera que si sigue metiéndose con su familia, la buscará hasta descubrir quién es y acabará con usted —La mujer con sus rostro lleno de ira se acerca al hombre, acaricia su cara tomándolo por el cabello haciendo que el hombre incline su cabeza hacia atrás produciendo un gemido de dolor y dándole un golpe en su entrepierna haciendo arrodillarse ante ella por el dolor.

—Como quien dice si nadie lo hace bien haz lo tu misma, llama a Isaac dile que venga a verme ya. Tengo un trato, qué le resultará beneficioso para ambos él tiene lo que quiere y yo obtengo la lágrima—Mostrando una sonrisa. Mientras el hombre se levanta un poco adolorido hacer lo pedido...

Por otro lado... Ayla agoniza por el dolor en su cuerpo. Aunque el medicamento le ayuda aliviando un poco los síntomas. Todos lo que conocen a Ayla piensan que es una mujer alegre, luchadora, que vive libre y hace lo que quiere, pero solo es un disfraz para esconder un gran secreto qué poco saben, como dicen por ahí todos cargamos nuestras pesadas cruces.

Después de un tiempo Ayla logra levantarse y arrastrarse hacia la cama para cubrirse con mantas térmicas, para usar el calor para que su cuerpo se recupere. Hasta quedarse dormida, Por otra parte, Evan se encontraba secándose después de darse una ducha su mente lo hace revivir una y otra vez, ese momento de ese beso que aunque fue corto, pero intenso que logró hacer que ese viejo corazón se sintiera vivo de nuevo. Evan sé tira en la cama mirando la hora faltando poco para que su agonía empiece solo cierro los ojos sin darse cuenta se queda dormido era como si su mente lo llevará a ese día donde celeste le disparó a su amada, sintiendo ese dolor de nuevo, pero el sueño cambia ahora él se encuentra en la puerta de la casa de Ayla, toca esa puerta...

Ella con un camisón de pijama, abre sonriendo, observando su rostro igual al de celeste. Ella lo hace pasar, él entra sin dejar de verla. Mientras ella muestra su sonrisa como si nada malo le pasara en la vida a veces se pregunta como alguien puede ser tan feliz y sonreír siempre.

—Hola chico guapo no me digas que no dejabas de pensar en mí y querías...— acercándose a él y poniendo su dedo en su pecho mientras se deslizaba por los botones de su camisa él solo podía observarla. Al instante que ella abría su camisa dejando su dorso desnudo sintiendo su suave tacto sobre su piel haciendo estremecer cada parte de su cuerpo. Mientras ella recorría con la mirada su dorso para posar su mirada en esos ojos grisáceos de Evan.

— Verme ... Dime qué me deseas— El solo la mira con seriedad que detiene su mano en su dorso con la camisa entreabierta. Ella lo mira deseosa y juguetonamente sinvergüenza algo tan típico de ella.

Evan: sinvergüenza— ella se ríe y él toma su mano deteniendola en su pecho.

Ayla: Pero te gusta que sea así. Si te dijera que quiero ser tan sinvergüenza y descarada contigo mientras te tengo en mi cama estamos y totalmente desnudos, acariciando cada parte de tu cuerpo— Acaricia su rostro con la otra mano libre bajando hacia su cuello y bajar a su pecho abriendo totalmente su camisa, pues ya le faltaban pocos botones. Evan tiene sujeta su otra mano contra su dorso.

— Hacerte gemir, pero hay algo que no logro entenderlo...— Evan la mira sin dejar de ver esos ojos cafés como si le hipnotizaran.

—¿Por qué? ... Siento que a veces me odias, a veces siento que buscas alguien en mí, a veces siento que me miras con amor... A veces siento indiferencia...— Con una voz suave, pero al mismo tiempo seductora estando tan cerca uno del otro. Ayla sube su mano hacia sus labios acariciando el leve mordisco que le había hecho antes de tirar la puerta.

—Pero hay algo en ti que me atrae tanto desde que te conocí, no puedo dejar de pensar en ti es como si te conociera de mi otra vida—

Evan: ¿Dime me recuerdas?— Ella lo mira

Ayla: sus ojos están llenos de lágrimas. Evan alza levemente su barbilla para ver sus ojos cafés, expectante de que sus labios se muevan y le digan que sí que es Naiara que lo recuerda, pero su rostro es tan cerca que cada uno puede sentir la respiración del otro la tensión y la tentación crece que les cuesta un poco de trabajo contenerse estando tan cerca uno del otro. Ella solo lo mira tocando la mejilla de Evan

—No lo sé solo quiero estar contigo— posicionando su mano en su cuello para estampar sus labios en un beso que él no dudó en corresponder, entrelazando sus labios con tanto deseo e intensidad y pasión devorando cada centímetro de su cavidad bucal y a su vez es tan intenso que al mismo tiempo se sentía lo que él buscaba, pero al mismo tiempo ella hacía que el sé excitara más en el momento. Evan carga a Ayla un solo movimiento que ella se arquea en su cintura.

Evan la llevaba hacia la mesa del comedor despojando de todo lo que había en ese lugar dejando caer las manzanas y las peras que había en ella, quitando el camisón de pijama que Ayla tiene puesto dejando ver sus pechos libres para él para empezar a besar, devorar cada parte de su piel con ansias. Ella estaba deseosa en la mesa del comedor dejándolo a su antojo. Hasta llegar a su boca nuevamente y fundirse en un beso intenso salvaje, pero lleno de pasión, separándose por un instante para acariciar los labios de Ayla se encuentras rosados por beso, sintiendo lo dedos de Evan en ellos... Para fundirse en ellos en un beso hambriento y queriendo devorar cada parte de ella ahí en esa mesa...

Para despertar de ese sueño quedando sentado en la cama sudado con una eminente erección. Evan respira agitado y sudado tratando de recuperar el aliento de ese sueño se sintió tan real, tocando entre las sábanas su erección en su entrepierna lo cual se toca quitando sus sábanas observándola con asombro, pues lo que nadie sabe es que desde que absorbió la mitad de la lágrima de luna, jamás sintió deseo por una mujer o esa parte no volvieron a funcionar de esa manera.

— ¡Maldición! — se tira en la cama

—¿Qué me está pasando con su mujer?— su respiración estaba agitada, empezando a descargaba moviendo sus manos imaginándose su sueño que se sintió tan real para culminar en su liberación... Y después de unos minutos empezó su agonía su noche interminable llena de dolor. Hasta quedarse dormido, en la mañana siguiente decide bajar en busca de Igor. En búsqueda de una explicación de lo que había pasado.

Toca la puerta de la habitación de Igor él abre encontrándolo en toalla. Evan solo entra sin pedir permiso un poco ansioso. Igor Observa al abuelo inquieto lo mira con intriga.

—¿Dime qué pasa?— poniendo sus manos en su cintura aún en toalla

Evan: ¿tuve un sueño?. —rascando su nuca

Igor: Todos tenemos sueños— sin entender

Evan: Soñé con Ayla—Serio

Igor: Qué hay de malo la piedra dice que ella es la reencarnación de Naiara— Evan Suspira tratando de no enojarse porque igor no lo entiende.

Evan: Tuve un sueño húmedo, donde lo hacíamos— Igor sonríe juntando la puntas de sus dedos, indicando que se trata de intimidad..

Evan: Mueve su cabeza, afirmando

— Esto jamás me había pasado—

Igor: ¡En estos años nada de nada allá abajo!, Enserio tenía esa vaina muerta cómo has vivido asi por 200 años...— Asombró, Evan lo mira enojado y a la vez avergonzado.

—Entonces por qué estás así, si se te hizo el milagro a Ayla te lo resucitó— se rie

Evan: Crees que esto es un chiste. Ella no me puede gustar.—

Igor: Es normal que tu cuerpo te está diciendo que ella es a quien necesitas. Aunque te niegues no podrás evitar sus destinos están entrelazados. Deja de resistirte, deja la terquedad—...

casa de Ayla

Ella se había despertado un poco débil, pero se sentía mejor el caliente le había ayudado, pero lo que no podía explicar era ese sueño ella había soñado con Evan se sentía tan real como si cada beso, cada caricia hubiese sucedido tanto así que su intimidad se sentía húmeda...