Años después de ser vendido a piratas por su mejor amigo, y que el padre este se case con Catalina, su prometida, Raúl regresa al río de la plata en busca de venganza y se reencuentra con su hermana, Esperanza, quien con su adorable carácter tratará por todos los medios que no efectúe su cometido, aunque todo plan de venganza puede caer al reencontrarse con Margarita, la hermana rebelde de su ex prometida.
NovelToon tiene autorización de Cecilia Ruiz Diaz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capitulo 9: "REENCUENTRO”
Henry le había contado a Esperanza que el señor Buffont tenía muchos libros en su biblioteca, tal vez le podía interesar algo. Su hermana, jane, le ayudo con el pretexto, aunque luego se retiró con la excusa de que estaba muy cansada, eran altas horas de la noche.
-Es una peña que su hermana no nos acompañe.- dijo ella algo incómoda. No era apropiado estar sola con un caballero y menos tan tarde.
-Es casi amanecer.- justifico Henry.
-Tal vez, al señor Buffont le moleste que yo esté aquí.- menciono Esperanza a propósito.
-Ya le he dicho que el señor Buffont... Es diferente.- explico él y abrió la puerta.
Esperanza cruzó el lumbar, hizo unos pasos y vio a un caballero parado. Al principio se había dado cuenta, pero... ¿En verdad era él?.
-¿Señor Buffont?- pregunto Extrañada.
-Hola, pequeña.- dijo el hombre dando unos pasos hacia ella.
Esperanza lo miro con los ojos desorbitados, no sabía cómo reaccionar ¡Si era!. Algo más moreno, con barba, contextura física más grande, cabellos largos, pero ¡Era su adorado hermano!. Se tapó la boca con ambas manos y no pudo evitar que sus lágrimas brotarán. Fuera, lo había notado familiar, peto ahora no había margen para la duda.
Endureció su rostro y fue hacia él a todo lo que daba.
Raúl se inclino para abrazarla, pero su hermana lo sorprendió con un bofetón, de tal manera que la quedó viendo sin saber que hacer. Acto seguido la abrazo con fuerzas.
-¡No sabes por lo que me has hecho pasar!- Exclamó llorando -Pero estaba segura de que vivía... Lo presentía.-
-Lo se, cariño, lo sé.- respondió é, también llorando y abrazándola muy fuerte, levantándola en brazos, haciendo que despegue los pies del piso, ya que ella era tan bajita y él tan alto -Te lo explicaré todo, ok prometo.- dijo viéndola a los ojos.
-Creo que... OS dejare solos.- comento Henry contemplando desde la puerta y retirándose después.
-ven...- dijo Raúl una vez solos, guiandola de la mano hacia unos sillones ubicados frente a una chimenea .
Se sentaron y hablaron hasta el amanecer tomados de la mano. contaron sus historias, todo lo vivido en esos años, lo bueno, lo malo, por momentos llantos, en otros risas. Fueron 10 largos años
-¿Creéis que Catalina sea parte de esto?- pregunto Esperanza al cabo de un rato.
-No lo sé, no lo creo.- respondió Raúl.
-¿Vuestro plan es vengarte, entonces?- pregunto nuevamente ella.
-Siento mucha furia, Esperanza.- respondió él con los dientes apretados -Tal vez ella no sea parte esto, pero su padre y Alfredo si... E ignacio.-
-Pero es que... Es que el señor Ruiz de la Garza es el padre de Magui y...- estaba contando afligida.
-Lo se...- respondió Raúl poniendo su mano en el rostro de su herman, juntando frente con frente -Esperanza, es importante que nadie lo sepa... Lo sabes ¿Verdad?-
-Si - acepto ella sonriendo levemente -Lo importante es que estais aquí, vivo y conmigo.- susurro ella tiernamente.
-¿Eduviges?- pregunto Raúl.
-Ya es mayo, prácticamente no ve, pero está bien.- lo miro sonriendo -Se pondría feliz si supiese...-
-¿Está en vuestra casa?-
-Si, con la vecina, María ¿La recuerdas? Sus hijos ya son mayores, han hecho sus vidas y quiere ocuparse en algo.- explico Esperanza.
-¡Entonces vamos!- propuso Raúl.
-¿De verdad?- pregunto ella sorprendida.
-Si, luego... tengo que asistir a una comida.- finalizo.
Esperanza y Henry estaban en la sala de la casona, esperando a Raúl, quien se estaba alistando. La joven se mantenía de pie observando todo frente a la chimenea, mientras que el muchacho inglés la observaba a ella entre los sofás, esto la estaba incomodando.
-¿Usted es muy fiel a él?- pregunto ella al fin.
-Salvo mí vida.- respondio él joven -Cuando los piratas me atraparon, luego de tomar el barco en el que viajaba, solo... Él apareció de la nada y me salvó.-
Esperanza Sonrio orgullosa.
-Si, ese es Raúl.- dijo -Gracias por todo lo que usted hace.-
Henry Sonrio y se acercó un poco a ella.
-Ese joven... dos joven, que vinos anoche... ¿Ese fue su prometido?- pregunto curioso.
Ella no sabía por qué se había puesto tan nerviosa con la pregunta.
-Si.- musitó ruborizada -Me sorprendió volver a verle en un primer momento, pero... Luego, me di cuenta de que no me afectó tanto como pensé que lo haría.-
-Eso es muy bueno.- comento él.
Esperanza no se hacía dado cuenta de lo cerca que se encontraba el rostro de Henry de el de ella. De repente, se puso ansiosa, parecía que la besaría, o eso ella deseaba. Henry guió su mano hacia su mejilla ruborizada, pero justo en ese momento entro Raúl en escena y el muchacho se apartó en un rápido movimiento.
-¿Todo listo?- pregunto su hermano muy efusivo y ella asintió con la cabeza, tratando de disimular la situación con una sonrisa -Entonces ¿Vamos?- continuo él ofreciéndole el brazo.
Raúl Sintio nostalgia al entrar a su antiguo y humilde hogar. Esperanza le explicó a María lo sucedido con Diego como pretexto por su tardanza y le presento a Pier NORMANT Buffont y Narváez, su acompañante, diciendo que estaba allí para asegurarse de que ella llegue bien a casa. La mujer lo saludo como a un desconocido, sintió alivio por eso.
Fueron hasta donde estaba Eduviges sentada, febre a la chimenea, la cual estaba encendida, cómo de costumbre.
-Nana, Nanita.- la llamo dulcemente ella.
-¡Oh, mí niña! has llegado al fin.- respondió la mujer.
-No he venido sola.- le comento -Quiero presentarte al señor Buffont, el nuevo dueño de "El Prado".-
Le hizo una seña con la mano para que se acerque más y él fue hacia ellas.
-Un placer, señora.- dijo Raúl agachándose a su lado con los ojos empapados en lágrimas.
El rostro de Eduvigis se llenó se asombró, se inclinó hacia delante (También con lágrimas en los ojos), levanto su mano y la poso sobre la mejilla de él.
-¡Dios mío!- exclamó la mujer -Mi niño ha vuelto a casa.-
Raúl derramó lágrimas, mientras que Esperanza no pudo evitar su expresión de sorpresa, ¡Lo había reconocido!
-Sí.- respondió él -He vuelto a casa, al fin, nana.- y la abrazo.
Paso un lindo momento desayunando con ellas. Sintió como si no hubiese pasado el tiempo, cómo si no existiese nada malo. Pero recordó que tenía una comida a la cual no podía dejar de asistir en la casa del señor Ruiz de la Garza.
Su realidad volvió a brotar y tenía que regresar a ella.