Sé Mi Emperatriz, Comandante.

La doncella de Talia ha llegado a toda prisa para poder informarle, había estado toda la mañana tratando de averiguar quien era aquel hombre y la doncella se sorprendió al saberlo.

— majestad, ¿que cree?, ese hombre, el que llego ayer con su hermana. Es el emperador de Tyrhan, se llama Farkas Cavendish.— menciona con cierta emoción.

— ¿que?, ¿el emperador de Tyrhan?, aquel continente prohibido...— Talia sonríe.— un emperador siempre es mejor que un rey...

— así es...pero...— nerviosa.— él se presento como el prometido de la señorita Tatiana.—

Talia se pone de pie rápidamente mostrando una expresión de enojo al golpear el tocador.

— eso no puede ser, esa mujer sin educación no puede estar comprometida con un emperador, imposible.—

Para Talia es imposible e inaceptable que Tatiana tenga algo mejor que ella, eso no puede permitirlo, además si planea destronarla, ¿por qué no irse mejor con un emperador?, su hermana no merece estar con un hombre de tan alto estatus, no cuando solo es una loca que se cree hombre y juega a los soldados.

Talia le pide a su doncella terminar de arreglarla, como buena reina, debe de ir a darle la bienvenida al emperador y mostrarle buena hospitalidad. Pero cuando finalmente estuvo lista y bajo en busca del emperador, solo lo ve subir a un caballo junto con los caballeros y salir del palacio. Cuando pregunta a los guardias, estos le dicen a Talia que se han marchado para revisar la zona, ya que deben organizarse para cuando las bestias se acerquen al pueblo.

— parece que alguien se decepciono al no poder ofrecerse hoy.— habla con un todo de burla.

Talia al escuchar esas palabras venir una voz femenina, ve que es una joven de cabello morado, esta era Lila, quien no había ido al reconocimiento de la zona.

—¿quien te crees tú para hablarme así?— pregunta enojada, Talia.

— ¿yo?, solo soy una simple escolta.— responde sonriendo.

— entonces una simple escolta no puede hablarme así y nisiquiera muestras respeto hacía mi. Arrodillate y pide piedad.— señala el piso.

— ay no, que crueldad.— junta las manos y muestra una expresión triste.— tendré que decirle a mi primo, el emperador de Tyrhan, que la reina me ha tratado mal.—

—¿que?, ¿s-su primo?, eso...—

— cuando mi primo lo sepa, estará furioso.— le amenaza.

Antes que Talia pueda decir algo más, Lila sale corriendo de ahí aunque haciendo movimientos exagerados y un llanto falso. Al llegar donde ya no puede ser vista por Talia, deja salir una risa, la cara de la tipa fue realmente divertida, pero es obvio que esa mujer no era para nada una buena persona.

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Por otro lado, Tatiana y sus subordinados llegaron a las afueras del pueblo, donde generalmente aparecen las bestias, la segunda división tenía un campamento en esa zona rodeada de un muro que ayuda como protección durante el ataque, incluso se esta reforzando el que ya rodea al pueblo, pues la última vez que atacaron, casi rompen el muro existente.

— bien, general Arthur, divida a todos en cuatro grupos, y pónganse en cuatro puntos clave del pueblo, esto para cubrir más espacio, pongan trampas de explosión mágica y usen escudos, podrían aparecer de nuevo esas alimañas, tenemos que estar prevenidos.— ordena Tatiana.

Ella sigue dando instrucciones para prepararse, en la noche todo debe de estar listo en caso de un ataque, mientras que Farkas la observa trabajar, sonríe levemente.

— yo diría que le esta gustando, y no solo por su linaje.— le insinua Bjorn.

— eso es bueno, ¿no?, de ese modo nos llevaríamos bien en el matrimonio.— responde.

— claro, pero usted ha dicho que el amor y gobernar no van de la mano. ¿No se esta contradiciendo?— se burla.

— quizás, pero, que me guste, no significa que me deje cegar. Anda, únete a ellos, estoy seguro que te divertirás.— le da permiso.

— estaba esperando que dijera eso.— responde Bjorn.

El castaño se va emocionado a unirse a las tropas.

Farkas se acerca a Tatiana al ver que se ha separado de sus subordinados, para poder hablar con ella de manera más privada.

— lo he pensado, creo saber quien ha traído a las alimañas y su propósito.— Farkas habla con tranquilidad.

— ¿en serio?, espero su majestad sea tan amable de decirme.— responde con obvia molestia.

— opositores, son de Tyrhan y no desean que una emperatriz suba al trono, al menos no una que ellos no hayan elegido.—

— en pocas palabras, no vienen por mi, vienen por Talia.— menciona Tatiana.

— así es, ellos creen que he venido por ella, porque es la hija mayor de Celestia.— responde Farkas con una leve sonrisa burlona.

Después de todo, es la única explicación posible, ya que las alimañas buscan entrar al reino donde esta Talia, pues de haber tenido la información correcta, habrían ido directamente hacía Tatiana.

— si no hubiera gente inocente de por medio, dejaría que se la devoren.— chasquea la lengua.

Hubiera sido divertido ver como su hermana es perseguida por esas cosas. Aunque si una logra pasar, ella fingira que no lo vio y que se devoré a Talia, total, ella no es la verdadera Tatiana y no siente simpatía por su hermana.

—¿Sería capaz de dejar a su hermana en las garras de las alimañas?— pregunta curioso Farkas.

— ¿por qué no?, ¿acaso cree que soy una santa?, déjeme le cuento algo, no quise problemas con el emperador de Kazaj, de lo contrario, el palacio de este reino habría ardido en llamas con sus reyes dentro.— sonríe con malicia.

Farkas observa fijamente a Tatiana, notando que sus palabras no eran para nada una broma, pero contrario a lo que Tatiana cree, Farkas solo se siente más interesado.

Farkas da unos pasos quedando tras Tatiana y apoya sus manos en sus hombros mientras posiciona sus manos sobre los hombros de la rubia.

— si quiere, yo lidiare con el emperador, y usted, puede cumplir su pequeño deseo.— susurra cerca de su oído.

— es el primer hombre que me ofrece algo tan romántico, me siento tentada.— responde Tatiana.

Y en cierto modo, su cuerpo se estremeció al sentir ese susurro tan seductor cerca de su oído.

— adelante, que no sea una sola tentación, haga realidad su deseo.—

Tatiana deja salir una pequeña risilla.

— ¿esta seguro de ser un lycan?, a mi me parece más un diablillo buscando tentar a su víctima.—

— estoy seguro de lo que soy, ven a mi habitación y te lo demostraré.— Farkas deja un beso en el cabello de Tatiana y se aleja.

Aunque, esta seguro que todos ahí lo han visto coquetear con la rubia, lo cual no importa, así sabrán que ella es suya. Tatiana solo deja escapar un suspiro pesado y rueda los ojos, pero vaya que se sintió algo inquieta al tenerlo tan cerca.

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En la noche, se prendieron fogatas, debido al frío, también se colocaron piedras de calor en los abrigos de los caballeros, para que su cuerpo no sufra con resentido golpe de frío, pues conforme avanza la noche, esta se pone mas helada. En la torre de vigilancia, Tatiana observa hacia el bosque y Farkas se acerca para entregarle una taza de té caliente.

— debería ir a una carpa, aquí esta haciendo más frío. Me quedaré en su lugar.—

— solo hago mi trabajo majestad, además mi cambió de turno es a las dos de la mañana.— responde.

Farkas lleva sus manos sin guantes a las mejillas de la rubia, ella se sobresalta, pero a diferencia de las propias, las manos del emperador son cálidas.

— no sea terca, no estamos en una guerra, no tiene nada de malo aceptar un poco de mi caballerosidad.— menciona con una leve sonrisa.

— es difícil para mi confiar.— fue una mafiosa, la confianza es lo que menos tuvo.— pero de acuerdo, iré a descansar, solo porque me estoy congelando.

Farkas mantiene su sonrisa ante la respuesta de Tatiana, así que aparta sus manos de las mejillas y le permite pasar, mientras que él se quedará vigilando en su lugar, para él, la baja temperatura no era un problema. Tras una hora de su vigilancia, un olor molesto llega a su nariz, las bestias estaban cerca, así que, le ordena a Bjorn que alerte a todos, deben prepararse para el ataque. Ante ruido, Tatiana también sale y le informan que las bestias se acercan, así que deben de salir para evitar que las bestias crucen ese muro.

Pronto la batalla dio inicio, las bestias atacaban con ferocidad, justamente como el general de la segunda división dijo, estás eran más salvajes y además, eran más de las que normalmente suelen haber. Farkas se une a la batalla, saltando desde la torre de vigilancia y al caer sobre el lomo de una de las bestias, atraviesa su cabeza con su espada y avanza para atacar a otros, Tatiana también demostraba su destreza al momento de atacar, sus movimientos rápidos y la certeza del corte de su espada, le daban una ventaja sobre aquellas bestias.

El rugir de esas bestias y sonido de una batalla, se escuchaba venir hasta de los otros puntos de vigilancia, por lo que significaba que las bestias que ellos estaban atacando, no eran las únicas, pero tras una larga noche, finalmente habían logrado vencer y las pocas bestias que quedaron se retiraron al notar que se acercaba el anochecer.

— ¿cree usted que la presencia de las alimañas son las que las ahuyenta?— le pregunta Tatiana a Farkas.

— es una posibilidad, para evitar esto, debo encontrar el nido de las alimañas y acabar con quien las controla.— responde Farkas.

—¿haría eso por mi?— pregunta curiosa.

— ¿para salvar el reino de su ex prometido?, ¿que gano con eso?— pregunta curioso.

— ¿que desea?, no creo que le haga falta dinero.—

— un beso, si promete que me dará un beso todos los días lo haré.— sonríe ladino.

"Adelante comandante, ¿que le cuesta?"

"Sacrifiquese, es un bien común, comandante."

"Uuhh, buena jugada emperador. Acepte comandante."

Los subordinados no dejaban de hacer bulla, pues habían escuchado la propuesta de Farkas.

— ellos me apoyan.— agrega Farkas.

Tatiana se queda en silencio, no es que se ande guardando su primer beso para alguien especial, pero no esperaba que el emperador le pidiera algo así y al menos es atractivo. Tatiana deja salir un suspiro.

— bien, ayúdeme a destruir el nido de las alimañas y tendrá un beso por día.— desvía la mirada.

— no olvides el trato, pequeña ninfa.—

Farkas parecía bastante satisfecho por la respuesta de Tatiana.

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