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La Otra Cara Del Placer [Duele Amar - II]

La Otra Cara Del Placer [Duele Amar - II]

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Venganza / Mafia / Dominación / Autosuperación / Traiciones y engaños / Esclava / Sirvienta / Venderse para pagar una deuda / Amor-odio / Cambio de Imagen / Ascenso de clase social / Venganza de la protagonista
Popularitas:80.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Zuly Torres

Un asesinato bastó para desmoronarlo todo. Las sombras del pasado los persiguen. ¿Cómo todo pudo cambiar en una noche?
Entre secretos oscuros y lealtades cuestionadas, se ven arrastrados hacia un juego mortal donde cada elección los adentra más en un laberinto de engaños y pasiones prohibidas. ¿Podrán resistir la atracción que los consume o sucumbirán ante las fuerzas que los separan?
¿Odio u obsesión?
¿Deseo o amor?
¿Venganza o atracción?
Todas las decisiones te llevan a rumbos completamente distintos.

NovelToon tiene autorización de Zuly Torres para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

8: Verdades dolorosas.

...NOLAN...

Hacer la mayoría de los trabajos sucios de Dawson y Andrew me han traído grandes ventajas: dinero y más dinero, no tengo de qué quejarme. Pero, mierda, detesto cuando me dan cargos pesados en los que hay la inmensa posibilidad de poner en riesgo mi pellejo.

Impaciente, malhumorado y ansioso me fumo un cigarrillo con los ojos cerrados, recostado en el sillón. En el silencio de la noche el silbido del viento es como un arrullo, reflexionar sobre ciertos temas me vendría de maravilla, sin embargo, mi inquietud por no recibir señales de Andrew me arrebata la calma y así no puedo concentrarme. La mansión permanece en silencio, es de suponer que todos duermen, huir a estas horas con Rahab es sin duda la correcto. La ausencia de Travis por negocios que tratar fuera de la ciudad me vino como anillo al dedo, la casa se siente vacía sin tantos hombres haciendo guardia en los alrededores. Creo que es mi día de suerte. Apago el cigarro cuando el mensaje de Andrew se manifiesta en mi celular, es hora.

En un par de pasos ya estoy en la cama donde duerme Rahab. Con una mano en su boca ahogo el grito que dio del susto al momento de sentirme atrás de ella. Ni más vuelvo a despertar a una mujer. Por si no fuera suficiente el grito, se sacude con tanta energía para salirse de mi agarre.

—No hagas ruido y quédate quieta —hablo en voz baja—. Si continúas así mandarás a la fregada el plan de sacarte viva, ¿quieres eso?

Le quito las manos de encima cuando veo sus señales corporales de tranquilidad y cómo con una simple mirada me interroga hasta la existencia.

—Te advierto que ante el primer problema que causes huiré sin importarme lo que te suceda —agarrados de las manos abandonamos la habitación.

—¿Adónde me llevas?

—Si hablarás, hazlo en voz baja o te oirán, aunque te recomiendo por mi comodidad que mejor no hables porque me pones de malgenio.

Caminar a oscuras no es tan complicado como imaginé, pasarme merodeando por cada rincón de esta casa de algo me tenía que servir, lástima no expresarme igual de la estúpida que guío y que torpemente baja las escaleras.

—Si interrumpes mi sueño y me sacas como si nada a mitad de la noche mínimo explícame a dónde nos dirigimos, no te quitará más de dos minutos.

—Cállate.

—No confío en ti, ¿sabes? Ni siquiera sé porque te permito tomar mi mano.

—Hablas demasiado y me estás tentando a amordazarte —sentencio. Tocando el suelo del comedor la suelto y aprovecho para cargar mi pistola—. Andrew vino por ti, ¿te contenta oír eso?

—¿Qué?

—“¿Qué?” —imito su voz, harto de ella y de su lentitud para captar una información mínima—. No te moverás de aquí hasta que yo regrese, si escuchas disparos ignóralos.

—¿Dónde vas? ¿Qué tanto tardarás? ¿Por qué no me llevas contigo?

—Mierda, solo haz lo que te digo y no cuestiones —ella es la clara explicación de por qué detesto a las mujeres, salvo a mi hermana—. Si te mueves, aunque sea un metro, te mato.

Sin más la dejé allí y fui al estudio. Empecé rebuscando entre cada cajón del escritorio un documento que Andrew me especificó, que según contenía la mayoría de los registros de las negociaciones de Travis. Enseguida, disparos fueron soltados en el exterior de la mansión, quitándole lo pacífico a esta noche.

Intuyo que las cosas cambiarán hoy, ¿para bien?, ¿para mal? Si me beneficia a mí el resto me importa un carajo.

Hallar el documento me llevó quince minutos en los que los disparos no cesaban. Con mi objetivo bajo el brazo veo a Andrew abrir la puerta de golpe.

—¡Me has pegado el susto de mi vida! —me grita y retuerce el cuello de mi camisa tan pronto como se me acerca, escapa uno que otro jadeo por un corto tiempo, gotas de sudor resbalan de su sien. Parece cansado—. ¡¿Qué tanto hacías que no contestabas mis llamadas?!

—Buscaba tu mierda mientras tú te escondías en tu carro esperando a que te lleve a Rahab —arrojé los papeles a su cara, lástima que su lentitud en captarlo hiciera que se esparcieran en el suelo.

—¡¿Por qué ella no está contigo?! ¡¿Dónde la dejaste?!

—Conoces mi fastidio por las mujeres, en especial por ella que no para de hablar y se la pasa preguntando cualquier idiotez que se le cruce por la mente…

—¡Explícame dónde está Rahab!

—En el comedor.

—Vengo de revisar toda la casa ¡y ese es el último lugar que pisé!

—¿En serio? —sonrío, pasándome la mano por la nuca—. Le advertí que se quedará allí, pero la muy testaruda me desobedeció, eh. En fin, ¿y si vamos a un bar?

—¡No te hagas el desinteresado y trates de limpiarte las manos, imbécil! —de un empujón me hace chocar con el escritorio—. ¡No nos vamos hasta rescatar a Rahab sana y salva! Lo más acertado a la realidad es que Travis haya sabido de esto desde un principio y se la haya llevado, sin importarle que todos sus hombres estén bañados en sangre fuera de estas paredes.

—No cuentes conmigo en buscarla.

—No te pregunté. Vas conmigo porque así lo quiero yo, Dawson y yo no te pagamos una miseria para que te resistas a cumplir con tu trabajo. Además, estamos hablando de la vida de tu hermana, tu deber es cuidarla, ten un poco de empatía.

El estómago se me revuelve e irrita de solo escuchar el término de “hermana”, incluso suena horroroso en mi cabeza cuando visualizo su rostro.

—Mataremos a Travis y salvaremos a Rahab, caso cerrado —al instante en el que nos enfocamos en salir, notamos una insignificante presencia que nos contempla recargada en el marco de la puerta con unos ojos que en cuestión de segundos se hundirán en lágrimas—. Nolan, ¿no me habías dicho que no se encontraba nadie en esta casa?

—¡¿Cómo puedes hacerle esto a tu familia?! —como una gatita rabiosa se le lanza a su hermano repartiendo cachetadas la tal… ¿Cuál era su nombre? ¿Jessa? Sí, justo esa—. ¡¿Por qué no hablas, maldita sea?! ¡¿Te alías con el asesino de nuestro padre y pretendes matar a Travis, tu propia sangre?! ¡¿Quién demonios eres?!

Es un pleito entre hermanos, no puedo interferir ni opinar.

Con una sonrisa divertida doy un paso para escapar del incómodo escenario, y no llego a más por el golpe de una cachetada que resonó en todo el estudio y que sentí en la piel, aun cuando no la recibí yo, sino la chica que por la presión se echó al suelo. Qué dramática.

—Cómo me irritas cuando te pones así de histérica —con la mandíbula tensa y los puños apretados, expresa entre dientes las palabras con una mezcla de frustración y determinación.

El mismo que me recomendó sentir un poco de empatía por Rahab acaba de golpear a su hermana. Eso fue muy hipócrita de su parte.

—¡¿Quién te crees para ponerme un dedo encima y reclamarme, estúpida?! Mantente al margen si no quieres que vacíe mi enojo en ti.

—No es justo —musita, presionando su mejilla enrojecida por el golpe. Las lágrimas adornan su rostro. Luce desconcertada, decepcionada—… que me trates así. Somos tu familia… Soy tu hermana.

—¿Hermana? —ríe—. ¿Quieres oír la verdad de lo que pienso de ti, Jessa? —levanta su mentón con fuerza para sostener su mirada—. No eres más que una debilucha sentimental que con llorar pretende buscar soluciones. Muy aparte de detestarte por preferir a Travis, te detesto porque eres un estorbo. Y ese discurso barato de hermandad trágatelo, hazme el favor, y haz lo mismo con esas ridículas lágrimas —avanza hasta la puerta—. Date prisa en recoger los papeles del suelo, Nolan.

Tanto él como su mala vibra desaparecen tras marcharse con esa última orden. Lo hizo apropósito porque sabe que odio que me hable con autoridad.

Resoplando e insultándolo enérgicamente dentro de mí, me agacho a tomar los documentos que se ubican a centímetros de una paralizada chica sumergida en un mar de llanto. Se supone que la cachetada fue dada en el rostro, pero todo su cuerpo tiembla y se encoje del dolor. Es tan patética. Andrew no se equivocó cuando mencionó lo llorona que es. La fina bata que viste ni siquiera tapa sus muslos y sus senos se transparentan, incluso la tela de su ropa interior queda a la vista por su mala posición; y no, no soy un depravado por fijarme en esos detalles, soy observador.

—Si pretendes conmover a Andrew con este show pierdes tu tiempo, él ya se fue —me enderezo. Por entrometerme en asuntos que no me corresponden me dedica una mirada con desdén.

—No opines en donde no te llaman, desvergonzado —aun temblando se pone de pie—. Ya sabía yo desde el primer instante que te vi que no eras alguien en quien confiar. ¡Vamos!, corre detrás de Andrew y dile de mi parte que algún día se arrepentirá de esto.

—Mis palabras te dieron valor para parar de llorar, eh —rasco mi barbilla, barriéndola con la mirada—, ojalá te sirva también para darle ese mensaje a tu hermano.

Ojeo la hora en mi celular, mi jornada laboral llegó a su fin. Me despido de mi chaqueta y se la tiro en la cabeza cuando paso por su lado, ella la necesita más que yo.

—Hasta pronto, cosita fea —la costumbre me hizo decirlo, en realidad no estoy interesado en cruzar palabra con ningún miembro de esta familia.

...RAHAB...

Mi instinto de supervivencia me gritó que no me fiara de Nolan, que corriera cuando tenía la oportunidad de escapar de esa casa en medio de esa matanza. Me aferré a la idea de salir, y lo logré, pero ¿a qué costo?

—¡Sal! —una áspera mano me saca del carro de un tosco empujón y a continuación me arroja al suelo.

Mi respiración está inquieta. Fui sacada de la mansión con los ojos vendados para luego ser trepada a un carro que en medio de las balas se dirigieron no sé a dónde. No tengo noción del tiempo transcurrido, pero sé que se aproxima a un par de horas. Lo que me alarma de todo esto es estar sintiendo en estos instantes la presencia de una persona atrás de mí, su respiración choca en mi nuca y una de sus manos presiona mi cuello sin intención de lastimarme. Se siente bien, y eso es terrible. De un jalón el aborrecible Arlo me quita la venda y solo entonces contemplo a Travis que por precaución a mi reacción se saca la pistola del pantalón y la arrima a mi espalda. Era obvio que era orden de él traerme a la fuerza a una carretera que desconozco a mitad de la noche.

—¿Ibas a irte con mi hermano sin antes despedirte de mí, Rahab? —gruñó con una indignada voz que redujo la temperatura de mi cuerpo, hace frio—. ¿Y si charlamos mientras pienso qué hacer contigo?

—¿Y si mejor te desapareces? Solo quiero volver a casa, yo no tengo nada que ver contigo. Tus asuntos eran con mi padre, ¿por qué me quieres a mí? —si hay algo que odie con todo mi corazón son los estremecimientos involuntarios en mi pecho por cada segundo que pasa rodeando mi cuello con su mano—. No me verás nunca más, te doy mi palabra.

—La Rahab que pretendió matarme fuera de un club no hubiera perdido su orgullo para decirme esto, debes estar realmente urgida de volver. ¿En serio crees que tu padre está esperándote con los brazos abiertos? Ese demonio no quiere a nadie. Vivir conmigo no puede ser peor que compartir techo con ese ser egoísta.

—¡Mi padre está muerto, así que deja de nombrarlo! —aceptar que lo sé quizás me dé graves problemas, pero ya me da igual, dudo salir de sus garras esta vez—. Él siempre fue un padre ejemplar, él me amaba.

Se puso de pie y esta vez de frente colocó la boca de su pistola en mi cabeza, con una sonrisa cargada de malicia y burla que se curvó en su boca.

—¿Sabes?, ya me distes una idea de lo que puedo hacer contigo. Primero te contaré un par de anécdotas y luego te revelaré mi plan, ¿de acuerdo? Dawson era un tramposillo de mierda que servía a familias adineradas con secretos, ya sabes, relacionadas al narco, hasta que conoció a una estúpida que se enamoró de él. Sí, esa pobre imbécil era tu madre.

—¡No se te ocurra mencionar a mi madre…!

Suelta un disparo al aire que causa el silencio absoluto de mis palabras.

—No me interrumpas, aquí viene la parte más interesante.

No me importa lo que me diga, no quiero escucharlo. Ya estoy harta, solo quiero desaparecer.

—Tu madre se casó con esa escoria a los dos años de conocerse, lo sorprendente es que fue con el apoyo de tu abuelo materno, el mismo que falleció por supuestas causas naturales, cuando la verdad es que Dawson lo asesinó para hacer de las suyas. En el testamento del viejo toda la fortuna le fue otorgada a Dawson, tu madre no recibió ningún centavo ni por ser la propia hija del muertito. Qué injusticia, ¿no? Es triste que aún viva gente que menosprecia a las mujeres. Pero, ahí no termina todo, aún falta lo peor…

—¡Ya cierra la maldita boca!

—Antes de que Dawson se casara con tu madre, él ya mantenía relaciones con otra mujer con la que tuvo dos hijos. Ese desgraciado se acostó con dos al mismo tiempo —ríe—. ¿Sabes qué es lo irónico? Que tu madre sabía de esto y seguía a su lado, seguro le daba buenas cogidas, una mujer inteligente jamás se quedaría donde la humillan.

—¿A quién quieres engañar, desgraciado? Mis padres se amaban como nadie, mi padre siempre la respetó y era incapaz de engañarla, ¡mucho menos de tener hijos con otra! Pretendes lavarme el cerebro, ¿no es así?

—¿Yo? Yo quiero abrirte los ojos. ¿Alguna vez te han dicho cómo murió tu madre?

—Ella estaba enferma.

—¿Eso te contó Dawson? —sonríe—. Perdón, es que en verdad me dio risa. Tu madre tenía buena salud. Viviría aún en perfectas condiciones si no fuera por los daños físicos y mentales que recibía a diario de tu padre, añadiéndole a esto el veneno que ese maldito le hizo ingerir, a tal grado de matarla.

Cansada de escucharlo, me pongo de pie con determinación, decidida a ponerle fin a todas esas idioteces. Golpeo su pecho, expresando la frustración acumulada y el peso abrumador de las mentiras que no aguanto más.

—¡Cállate de una buena vez!

—Te entiendo, enterarte de la verdad en estas circunstancias no debe ser fácil.

—¡En tu puta vida vuelvas a mencionar a mi madre! ¡¿Me entendiste, maldito?! ¡No la nombres!

Su forma de atacarme es psicológicamente, ya lo entendí.

Envuelve mis muñecas con sus manos, pausando mis golpes.

—¿Por qué no descubres la verdad por ti misma? Quizás así te quites la venda de los ojos. Tu padre mató a tu madre, ¿es difícil aceptarlo? —me empuja contra el suelo, colocándome de rodillas con la vista arriba—. Verte así, devastada, es increíble. Pero no es suficiente, quiero que te sientas como yo me sentí cuando tu padre me arrebató al mío. Quiero ver tu sufrimiento reflejado en tu rostro, oír tus gritos desconsolados, verte en la mierda, tal como yo lo estuve. Quizá si disfruto tu amargura encuentre la paz que necesito en estos momentos.

—Miserable… —mascullo.

De a poco su agarre va perdiendo fuerza, hasta decidirse en soltarme y encaminarse a su carro.

—Nos veremos pronto, Rahab.

En silencio, aún en el suelo, observo las camionetas en movimiento que se alejan de la zona.

Desorientada, trato de hallarme en medio del caos. No quiero estar aquí. Un dolor agudo ataca mi pecho, me cuesta liberarme de este trance nervioso que me sume en un estado de vulnerabilidad y malestar constante. Estoy cansada.

...NOLAN...

—¡¿Cómo diablos pudieron perder el rastro de Rahab?!

Mi cabeza estallará en cualquier momento si continúo oyendo gritar al viejo de Dawson pidiendo explicaciones por su querida hija que lleva cinco horas desaparecidas. No creo que sea para tanto.

—Mis hombres están buscándola —indica Andrew, con una despreocupación que deja en claro el desinterés que tiene por su prometida—. Rahab es inteligente, hallará la manera de escaparse de mi hermano.

—¡Aún sigo sin comprender cómo la perdieron si la tenían con ustedes!

—A mí no me involucres en su desaparición, la culpa la tiene Nolan por no saber hacer su trabajo.

—No la hubiera perdido si no fuera porque me pediste que vaya por esos documentos —me defiendo.

—¿Yo te pedí que la dejaras sola? —me agarra de la camisa.

—Mientras yo estaba en el estudio ¿qué hacías tú? Ah, sí, escondiéndote en tu carro mientras todos hacían el resto. Qué bien luces limpiándote las manos, imbécil.

—¡Ya dejen de discutir! —el viejo entrometido nos interrumpe en nuestra amigable charla—. Mi hija está desaparecida ¿y ustedes se ponen a pelear en mi presencia, viendo lo mal que estoy…?

—¡Papá!

A pesar del silencio absoluto que reina en la sala de la mansión, la mención de esa voz femenina que tanto odio provoca una clara muestra de incomodidad y disgusto en mí. ¿Por qué Rahab tenía que aparecer tan pronto?

A paso lento y tembloroso, con una expresión de dolor permanente en su rostro enrojecido del llanto se acerca sonriendo al viejo que sin más le echa un corto vistazo antes de estamparle una bofetada que nadie, incluido yo, se la esperaba.

—¡Eres una inútil! ¡No sabes hacer nada bien! ¡¿Tienes en cuenta las veces que he arriesgado mi vida por ti, y lo único que haces es pagarme con incompetencias?! Tu única misión era matar a Travis y ni eso hiciste bien, estúpida.

—Suficiente, Dawson —era de esperarse que Andrew aprovecharía esta situación para actuar, poniéndose en medio de ambos—. No vuelvas a ponerle un dedo encima a Rahab. Muy aparte de ser tu hija, también es mi futura esposa y no te permito que la toques. El único responsable de lo sucedido eres tú por mandarla a enfrentarse a Travis.

—Te pido que no interfieras en esto, Andrew. Es un asunto de padre e hija.

En medio de la discusión de esos dos, la tonta huye rumbo a su habitación.

En un inicio, creía que la relación entre Dawson y Rahab era perfecta. Y sí, “creía”, ahora ya tengo todo en claro. ¿Qué clase de padre es ese que recibe a su hija con un golpe tras estar días desaparecida? Este maldito no ama a nadie.

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Genny Yuliet Ruedas Jaimes
Que bueno que cambiaste de opinión Andrew
Oriannys Semeco
Excelente historia me encanto
Genny Yuliet Ruedas Jaimes
Es doloroso estar con una persona que no saca de su mente a otra /Sweat//Cry//Cry//Cry/
JENNIFFER RODRIGUEZ
que paso con Massimo que no estuvo en el entierro de su hijo🤔
Genny Yuliet Ruedas Jaimes
Pero, tengo una duda, ¿quién es el hermano de DAPHNE
Genny Yuliet Ruedas Jaimes
Yo digo que el traidor es Arlo y qué el es quien le pasa información a los enemigos de Travis
Jul Mesa
Muy linda y triste es está novela felicitaciones
Patricia Patiño
hermosa novela.. gracias
Patricia Patiño
maldito Nolan
Naidelin De aguas
saludos tus novelas son maravillosas y geniales porque siempre nos atrapa y nos deja volar ala imaginación al principio estubo muy bien pero como siempre vemos a los padre de los protagonistas participar en las novelas y siempre tienen un papel muy fundamental en todas tus novelas pero en este caso fue muy diferente muy poco se nombraba a los padre de Travi y nunca participaron en las desgracias de la familia es algo que estamos acostumbrados a ver a los padre ser protetores con sus hijos todos estubo muy bien y genial fue lo único que se te pasó por alto de todas formas felicidades 🌹
Züly Törrës: Muchas gracias 💕✨️
total 1 replies
Ferny Martínez
Excelente
🤩🍀Claudia🍀🤩
mi querida autora como siempre mis felicitaciones por tan linda, divertida y hasta triste historia, mil felicitaciones y sigue deleitandonos con tus historias, me encantan y ahora voy por la nueva, nos vemos en tu nueva historia...
🤩🍀Claudia🍀🤩
y ahora me hacen llorar cuando hace rato me reía a carcajadas, ahora si me dicen que estoy loca en mi casa jajajajajajaja
🤩🍀Claudia🍀🤩
ahora quien es el cobarde jajajajajaja
🤩🍀Claudia🍀🤩
de verdad que me hacen reír
🤩🍀Claudia🍀🤩
ay no puedo ok con este capítulo, en mi casa me miran como si estoy loca de las carcajadas que tengo jajajaja
🤩🍀Claudia🍀🤩
esta familia es un caso serio jajajajaja
🤩🍀Claudia🍀🤩
eso sí me hizo reír jajajajaja
🤩🍀Claudia🍀🤩
OMG jajajaja
🤩🍀Claudia🍀🤩
OMG y que hicieron jajajajajajaja
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