Muchos dicen que del odio al amor hay un solo paso, pero eso no es verdad. Después de todo, debes recordar que soy tu antifan.
NovelToon tiene autorización de Erica Catse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Dame la caja
Camila estaba aquí.
Ella había llegado a la mansión de Jeremy Cash sin previo aviso. Camila parecía alterada, no, la palabra correcta para describir su estado algo caótico era exaltada.
¿Qué en el mundo la estaba volviendo loca? ¿No me digas que otra vez estoy siendo acosada en la red? ¿Acaso mi tío hizo algo malo?
Karla pensó para sus adentros.
Después de todo, aunque aquel hombre no era una mala persona, sin embargo, siempre que olía el dinero se podía olvidar de todo.
La palabra que lo describía por completo era la avaricia, el Señor Ayers siempre estaba tratando de ganar dinero.
A pesar de este gran defecto, Karla no podía culparlo, ni siquiera menospreciarlo.
En primer lugar, debido a que fue el único familiar que le tendió una mano amiga e incluso se hizo cargo de ella y de sus gastos de subsistencia. En segundo lugar, debido a su historia de fondo.
Después de todo, cuando su tío era un niño pequeño, era alguien pobre que no tenía las comodidades que tiene ahora, ni mucho menos el dinero. Sus padres perecieron debido a una epidemia de la que solo se salvaron las personas que tenían dinero debido a que el tratamiento era costoso.
Por lo que su tío siempre estuvo obsesionado con ser rico o conseguir dinero.
Su lema en la vida era que el dinero podía mover montañas.
Camila miró a su prima que parecía estar pensando algo serio. Ella miró a Karla de arriba hacia abajo, tratando de ver si estaba herida.
Después de todo, ella sabía muy que su prima que era alguien que no le gustaba molestar a los demás cuando tenía algún problema.
Ya sea en el pasado o ahora.
Así era la personalidad de Karla, testaruda. Siempre queriendo resolver sus problemas por ella misma. Era como si ella tuviera miedo de molestar a los demás o hacer que se preocupen, sin saber que si tipo de comportamiento desapasionado era en sí mucho más preocupante.
— ¿Por qué cerraste todas tus redes sociales? ¿Por qué eliminaste el cómic que tanto esfuerzo habías puesto para crear? Por un momento pensé tus redes habían sido hackeadas — preguntó Camila mientras se sentaba en el sillón de la sala.
Karla no respondió nada ante el aluvión de preguntas de Camila, lo único que hizo fue darle una mirada larga tratando de transmitir que ella conocía la repuesta ante la decisión tan extrema que había decidido cometer.
Después de todo, hace menos de un mes sus redes sociales fueron inundadas de mensajes de odio como si hubiera cometido el peor de los pecados del mundo.
Aunque Karla entendía el punto de las personas.
Después de todo. Ahí afuera había un montón de personas con sus propios problemas personales que en Karla vieron un blanco para descargar su ira.
Ellos solo necesitaban a alguien a quien maldecir y odiar.
Y aunque Karla entendía eso, no significaba que ella iba a aceptar ese resultado.
Por lo que, decidió casarse con Jeremy porque al menos así la imagen de una embaucadora iba a desaparecer lentamente de la mente de las personas.
En cuanto a sus redes sociales y su blog.
Ver cientos de mensajes de odio todos los días era difícil para ella.
— Lo entiendo, es solo que estoy tan frustrada — susurró Camila para luego abrazar a Karla de la misma manera que siempre lo había hecho en el pasado cuando algo mal iba ya sea con ella o con su prima — Te he extrañado en todo este tiempo prima.
Karla sonrió al escuchar aquello antes de gesticular en el lenguaje de señas.
“Yo también”
Camila sonrió ante esto para luego mirarla fijamente.
— ¿Cómo se porta Jeremy contigo? ¿Es tan malo como dicen los rumores?
Cuando Karla escuchó su pregunta no supo que responder debido a que Jeremy Cash era una contradicción para ella.
A veces se portaba de una manera amable que la hacía pensar que no era tan inaccesible como los rumores decían.
Pero, luego, era tan frío y tan arrogante que hacía que toda la buena impresión que tenía de él desaparezca.
Sin embargo, ya sea abuso físico o verbal, Jeremy no había hecho nada de eso con ella. Parecía ser un humano más o menos decente, por lo que Karla no tenía nada que reprocharle.
“Él está bien, no es tan malo. Ya sabes, aunque estamos casados, solo es un acto. Él anda en sus propios asuntos y yo en los míos. La definición correcta de nuestra relación es como la que tienen los compañeros de cuarto”.
Karla omitió por completo que este tipo de trato tibio es debido a los malentendidos que tiene sobre ella.
Después de todo, para Jeremy ella era una buscadora de oro, alguien sin escrúpulos que puede hacer todo por poder, dinero y fama.
Camila guardó silencio ante su respuesta.
— Eso está bien, lo importante es que estés bien, que no seas humillada ni maltratada, Karla — susurró — Ya sabes, aunque este matrimonio fue idea de mi padre, no necesitas sentirte presionada. Si no te sientes cómoda puedes anularlo o divorciarte, yo te apoyaré siempre. Incluso mi padre, aunque él es un loco del dinero, él sabrá entender tu decisión.
Karla frunció los labios cuando escuchó aquello.
Camila le había dicho lo mismo cuando acepto este tipo de trato. Pero, ella realmente había accedido debido a que también quería limpiar su reputación. No quería que el mundo entero la viera como una zorra que se acostaba con cualquiera. Por lo que la mejor opción era casarse con Jeremy y fingir que ellos antes eran novios o algo. Por lo menos de esa manera ya sea él o ella no iban a ser ridiculizados como promiscuos, casuales o algo más.
“Es lo que quiero”.
Camila sonrió con los labios apretados dejando el tema de lado.
Ella se sintió un poco culpable debido a que si ella no hubiera sido tan insistente para que Karla la acompañe al banquete nada de esto hubiera pasado.
Pero, su novio le dijo que llevará a alguien para que no se sienta aburrida debido a que él iba a tardar...
— Está bien, ahora vamos a por esa caja.
Camila comentó animada para aligerar el ambiente entre ella y Karla.
— Esta casa es tan maravillosa, hay cuadros hermosos colgados que hace que tenga la alusión de que estoy en una galería de arte. Incluso hay un piano, ¿no lo has tocado? Eres muy buena en eso.
Karla sonrió ante el aluvión de palabras que salía de la boca de su prima.
Para ella, Camila era como un pequeño loro, igual de imparable y hablador.
Incluso sus ojos verdes azulados hacían que aquel pensamiento se asentará con confianza en la mente de Karla.
Camila solo guardó silencio cuando llegaron a la habitación de Karla.
Camila miró alrededor como si no quisiera perderse nada. Sus ojos brillaban con curiosidad antes de empezar a caminar alrededor y señalar objetos al azar.
— Todo es tan bonito.
Luego de decir aquello, abrió el closet y su entusiasmo se congeló por completo antes de erupcionar como si fuera un volcán.
Karla se sintió divertida viendo los cambios de expresión de Camila.
— ¡Esto es tan cool! Hay todo tipo de prendas de diseño de grandes marcas. Incluso hay ropa de la próxima temporada. Mamá estará tan envidiosa cuando le cuente. Al menos, todo este escándalo te dejo una ganancia.
Karla asintió mientras se acercaba a ella.
“Sí, quieres, puedes escoger lo que te guste, te lo daré, también algo paga la tía”.
Camila sonrió antes de abrazar a Karla.
Si algo era que la caracterizaba era su amor por la moda.
— ¡Gracias, prima! Pero, creo que lo haré la próxima vez que venga. ¿Qué pensará Jeremy de mí si me ve vaciando tu ropero el primer día de mi visita?
Karla arrugó la nariz ante la mención de aquel hombre.
Camila no podía contener su emoción cuando hablaba de Jeremy, después de todo, ella era fan de él, es solo que no tan acérrima como Karla era con Dominik.
Camila de lo que era fan era de la cara de Jeremy. A ella no le importaba sus trabajos, ni su vida, nada. Lo único que le gustaba de él era su rostro.
— Dame la caja
Camila mencionó cuando terminó de revisar cada espacio de la habitación de Karla.
Karla le hizo caso y sacó la caja que se mantenía oculta debajo de la cama.
Camila le dio un pulgar hacia arriba en señal de apreciación por el lugar que había designado como escondite antes de tomarla.
— Muy buen escondite — señaló antes de colocar aquella caja sobre la cama de Karla y abrirla.
Acción que tomó algo desprevenida a Karla.
Camila al notar la pregunta en los ojos de su dulce prima sonrió.
— Bueno, estoy curiosa por saber qué tipo de juguetes le iba a enviar papá a su amigo.
Cuando la caja terminó por abrirse.
Ya sea Karla o Camila no podían evitar cerrar la boca debido a la impresión.
— ¿Este tamaño no crees que es demasiado grande?
Karla asintió rápidamente en acuerdo mientras se daba palmadas en la cara para reducir la vergüenza que sintió al ver aquel objeto tan largo y grueso.
— Ahora entiendo por qué papá se volvió loco por esto.
Luego de que Camila dijo aquello, cerro la caja y miró a Karla como alguien que había cumplido con su tarea.
— Ya es hora de que me vaya.
Pero…
“Quédate a cenar”
Camila negó con la cabeza antes de abrazar de nuevo a Karla.
— No puedo, tengo una cita con Gregory. Además vine sin avisar, por lo que no quiero incomodar a los demás — comentó.
¡Oh!
Karla ni siquiera pudo prestar atención a las últimas palabras de Camila debido a que estaba asombrada cuando escuchó aquel nombre saliendo de los labios de Camila.
Después de todo, ese Gregory del que hablaba su prima debía ser el mismo Gregory que ella conocía. El cual no era nada más ni nada menos que el hermano mayor de Sofía, la chica que se había encargado de hacer de la vida de Karla un infierno en el pasado, y aunque Karla no conocía la personalidad de aquel tipo y sabía que no debía juzgarlo debido a su hermana.
No podía detenerse.
— He estado saliendo con él antes — confesó Camila — Él y yo nos estamos entendiendo bien. Gregory no es igual a Sofía, él es un buen chico.
Karla sacudió la cabeza mientras articulaba mediante el lenguaje de señas que debía cuidarse.