EL CUSTODIO DE MI CORAZÓN

Bien sr Martínez usted gana, me portare bien solo por agradecimiento a que salvara mi vida, ¿cuándo empieza a trabajar? - preguntó -

El sr Martínez empezará a trabajar a partir de mañana, hoy se mudará a la casita de huéspedes que está en el jardín, así podrá vigilarte en todo momento - interrumpió el padre del chico -

Padre, dentro de casa no necesito vigilancia, los demás custodios no se quedaban, ¿por qué el sr Martines tiene que hacerlo? - cuestionó el chico -

Porqué un pajarito me contó que cierto niño, se escapa de noche para irse de fiesta con sus amigos - dijo la madre -

Mamá necesitas ir al médico, porque para que escuches hablar a un pajarito..... Es porque algo no anda bien - dijo el joven -

JEISY no le faltes el respeto a tu madre - grito el padre del menor -

Pero papá - dijo el chico pero fue cortado por su abuelo -

Jeysi, pídele perdón a tu madre - regaño el abuelo -

Perdón mamá, mamita no quise ofenderte, ¿no estas enojada? ¿verdad que si me perdonas? - decía abrazando a su madre y haciéndole un puchero -

No mi amor, no estoy enojada, pero recuerda que soy tu madre, debes cuidar tus palabras, yo se que entiendes eso ¿verdad? - dijo acariciandole el rostro -

Si mamá entiendo, bien, ahora que todo está bien, vamos a comer, muero de hambre, ¿si te quedas a comer con nosotros Totito? ¿Sr Martínez usted se puede quedar también? - dijo el chico tratando de que se olvidarán del asunto anterior y evitar un castigo por ello -

Muy astuto mi niño, pero si, me quedaré a cenar con ustedes, el sr Martines tiene que volver a su casa para alistar sus cosas y poder mudarse - dijo el abuelo -

Jeysi le sonrió tiernamente a su abuelo haciendo que el anciano solo negara con la cabeza y le devolviera la sonrisa a su nieto, pues él joven era su adoración y debilidad.

Bien sr Martinez lo esperamos mañana a la hora acordada, que tenga buena noche - dijo el abuelo -

Aquí estaré muy temprano mañana, un gusto conocerlos señores Morgan, joven Jeysi espero llevarnos bien - dijo saliendo de la casa -

Al día siguiente Jaysi se levantó muy temprano para poder ir a la clínica donde se encontraba su amigo, él jovencito aún no despertaba del coma en él que se encontraba hace 3 años, al bajar las escaleras se encontró con Daril que ya estaba listo para empezar su primer día de niñero (como había pensado él).

Buenos días sr Martínez, ¿ya se mudó? - preguntó el jovencito -

Buen día joven Jeysi, algunas cosas he podido traer, me falta poco, ¿vamos a la universidad tan temprano? - dijo el mayor -

¿Puedo llamarte Daril? Y no... Primero quiero ir a la clínica a visitar a un amigo, él salió herido ese día de.... mi intento de secuestro - dijo el joven bajando la mirada -

Ambos pasaron por la clínica antes de ir a la universidad, no hubo ningún cambio en el estado de Agust, todo seguía igual, estando ahí se encontró con los demás de la pandilla y se fueron juntos a la uní, al llegar Jeysi le dijo a Daril que no era necesario que entrara con él, pero éste le repitió que tenía que seguirlo en todo momento y en todo lugar, excepto en el salón de clases, donde el esperaría afuera de el, al joven solo le quedo aceptar, aunque no de buena gana.