Cuando la desesperanza te invade pueden soplar vientos de paz si encuentras el verdadero amor, esta verdad la comprobaron Estrella y Samuel, dos jóvenes que tienen un huracán de problemas pasados y presentes encima, pero con ayuda mutua logran salir adelante, aunque no se sabe si esten destinados a ser más que amigos.
Pese a que su padre ha sido acusado de un delito muy grave, entre ambos lucharán no solo para revelar la verdad, sino para curar todo el dolor que el mal tiempo dejó.
NovelToon tiene autorización de Yamimar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Toquecitos al corazón
Estrella se acostó; sin embargo,, no tenía sueño porque había dormido por la tarde, así que estuvo despierta hasta las diez de la noche sin conciliar el sueño. Decidió levantarse y dar un paseo en el jardín que tanto le gustó. Se puso un abrigo y salió, se sentó en una banca bajo la luz de los faroles a pensar en la situación de su padre por ningún motivo ella creería que su padre cometió fraude o peor que maltratara a sus colaboradores, también pensó en su madre por qué ella no contestaba sus llamadas, necesitaba saber si estaba bien, las lágrimas rodaban por sus mejillas a pesar de que ella no quería y se las limpiaba constantemente. Esta fue la escena que presenció Samuel al pasar por el jardín después de parquear su automóvil, ver aquella figura tan frágil e indefensa le entristeció mucho. Aunque también parecía un hada en medio de tantas flores, se veía muy linda a pesar de su tristeza. Con mucha cautela se acercó hasta donde ella estaba y con voz suave la llamó.
Samuel: Señorita, Estrella, disculpe la vi cuando estaba pasando por aquí.
Estrella: Hola, ingeniero, bueno no podía dormir así que vine a ver el jardín.
Samuel: Me imagino, con tantas cosas, quién podría dormir. Permítame decirle que mi padre, el doctor y yo trabajaremos sin descanso hasta conseguir la libertad de sus padres, ya verá que todo saldrá bien.
Estrella: Gracias, ingeniero.
Por alguna razón a Samuel no le gustó que lo llamaran así, pues Estrella estaba marcando una distancia entre ellos.
Samuel: Por Faver solo dígame Samuel.
Estrella: Bueno, pero solo si usted me dice Estrella.
Samuel: Por mí está bien, Estrella. ¿Me permites hacerte compañía?
Estrella: Sí, siéntate
Samuel: ¿Puedo preguntar cuántos años tienes?
Estrella: Tengo 25 años
Samuel: Wow no los aparentas te ves más joven.
Estrella: Así dicen mis amigos
Samuel: ¿Extrañas tus amistades, tu país?
Estrella: Mis amistades sí, mi país no, ese no es mi país, este es mi país aquí nací y aunque no crecí aquí mis padres me han inculcado sus costumbres y cultura.
Samuel: Eso es bueno. Por cierto ¿Estudias alguna carrera?
Estrella: No por ahora, soy graduada universitaria de la carrera de Diseño de Interiores y trabajaba en la empresa de mi padre.
Samuel: Felicitaciones, una excelente carrera.
Estrella: ¿Y tú en qué carrera te graduaste?
Samuel: Soy ingeniero en sistemas, una licenciatura en Administración de empresas, una maestría y un doctorado en Economía y Finanzas.
Estrella: Wow, eres un genio, felicitaciones, ahora comprendo el por qué la empresa tiene tantos éxitos.
Samuel: Gracias, pero no es mi mérito, es un trabajo y esfuerzo de equipo.
Así continuaron un poco más hasta que Estrella empezó a bostezar y a sentir sueño, los dos decidieron entrar e irse a sus habitaciones respectivas.
Estrella: Que descanses. (con una encantadora sonrisa)
Samuel: Buenas noches, Estrella, que duermas bien.
Samuel entró en su habitación se desvistió y se dispuso a darse un baño y cepillar sus dientes para acostarse. En la cama se dio cuenta que todo este tiempo no había dejado de pensar en la dulce sonrisa de Estrella y también en esa carita angustiada por sus padres, de tal forma que su corazón dio pequños golpecitos muy acelerados, pero se obligó a calmarse pues no quería involucrarse tanto con Estrella para que no se malinterpretaran las cosas más adelante.