Camila O'Brien es traicionada por su mejor amiga, siendo esta la causante de su muerte y toda su familia, pero renace en Ashley D'Angelo la villana de una novela que leyó cuando tenía 15 años y que por sus celos acaba siendo ejecutada, pero ahora, ella no piensa seguir ese camino y cambiara su destino.
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Capitulo 8
.............Narrador.............
Las doncellas de Ashley se movían con destreza por la habitación, ajustando cada detalle del vestido que luciría en su gran día. El vestido era de un azul oscuro profundo, con mangas de encaje delicado que caían suavemente sobre sus brazos. El corte princesa acentuaba su figura, dándole un aire de elegancia y gracia. Cada vez que se miraba al espejo, una sonrisa iluminaba su rostro; se sentía como una verdadera reina.
—¡Casi estás lista, mi lady! —exclamó una de las doncellas, colocando un lazo en su cabello.
Ashley asintió, sintiéndose emocionada por la fiesta que pronto comenzaría. Pero había algo más que la inquietaba: el comportamiento extraño de su hermana Lucia. Sabía que algo estaba tramando, en la historia original ella intentaba que callera sobre la mesa de los postres.
Finalmente, cuando todo estuvo listo, Ashley salió del cuarto con paso firme. A su lado caminaba Alfa, el cachorro de lobo que parecía haber sido sacado de un cuento. Llevaba una pajarita negra alrededor del cuello, lo que lo hacía parecer un caballero elegante. Juntos, hicieron su entrada triunfal al salón de fiestas.
Los invitados estaban deslumbrados por la belleza de Ashley y el encanto del pequeño Alfa. Las risas y los murmullos llenaban el aire mientras se acercaban a la pista de baile. Sin embargo, Lucia observaba desde un rincón oscuro del salón, con una sonrisa maliciosa en sus labios.
—Es hora de arruinarle la noche a Ashley —pensó para sí misma mientras trazaba su plan. Sabía que si lograba hacer que Alfa tropezara con un mesero, podría hacerla caer y arruinar su hermoso vestido.
Con sigilo, Lucia se movió hacia donde estaba el mesero más distraído, llevando una bandeja llena de copas. Justo cuando Ashley y Alfa se acercaban a él, Lucia dio un pequeño empujón al mesero desde detrás.
El mesero tambaleó, pero antes de que pudiera suceder algo desastroso, Adam, el emperador de Oceanía que había estado observandola desde que entró, y no se había podido acercar ya que estaba conversando con unos marqueses con los q tenia negocios, apareció como un rayo y agarró a Ashley por la cintura justo a tiempo.
—¡Cuidado! —dijo Adam con una sonrisa tranquilizadora mientras la mantenía estable—. No podemos permitir que esta noche sea arruinada por un tropiezo.
Ashley sintió cómo el corazón le latía más rápido; no solo por el susto sino también por la cercanía del emperador. Lucía entrecerró los ojos al ver cómo Adam le sonreía a su hermana y le ofrecía su brazo.
—¿Te gustaría bailar? —preguntó él con cortesía.
Ashley asintió con entusiasmo mientras Alfa correteaba alrededor de ellos. La música comenzó a sonar y Adam guió a Ashley hacia el centro del salón donde todos los ojos estaban puestos en ellos.
Mientras bailaban, las risas y los aplausos llenaban la sala. Ashley se sentía como si estuviera flotando; Adam era un bailarín excepcional y ella disfrutaba cada momento bajo las luces centelleantes.
Después de varias vueltas en la pista y muchas sonrisas compartidas, Adam inclinó su cabeza hacia Ashley y le dijo:
—Hay algo especial que quiero mostrarte. ¿Te gustaría acompañarme al balcón?
Ashley sintió una mezcla de curiosidad y emoción mientras asintió con la cabeza. Con Alfa siguiéndolos alegremente, salieron al balcón donde la brisa nocturna acariciaba sus rostros.
Adam se detuvo y sacó un pequeño cofre dorado que había estado guardando en su chaqueta.
—Este es para ti —dijo con una sonrisa encantadora mientras le entregaba el cofre—. Espero que te guste.
Ashley abrió el cofre lentamente y sus ojos brillaron al ver un delicado collar adornado con zafiros azules que parecían reflejar el mismo tono que su vestido. Además de ser del color de sus ojos.
—Es hermoso —susurró ella, emocionada—. ¡No sé qué decir!
—Solo prométeme que siempre recordarás esta noche —respondió Adam con sinceridad en sus ojos—. Hay magia en momentos como este.
Mientras tanto, Lucia observaba desde dentro del salón con furia contenida; todo lo que había planeado había fracasado nuevamente. Pero había algo más profundo en su corazón: una chispa de celos por la felicidad genuina de su hermana.
Holis, espero que les guste el capítulo 😘