REINA ARABELLA

Al día siguiente Hans se levantó temprano y se organizó bajando al comedor a desayunar encontrándose en este a RAVENNA y Leonardo.

- Buenos días primo, cómo pasaste la noche - le pregunto Leonardo.

- Muy bien primo, ayer ví llegar un carruaje tarde a palacio acaso tienes más visitas.

- Ha ese carruaje - en ese momento RAVENNA le dió un pequeño golpe debajo de la mesa, para que no dijera nada de ARABELLA.

- Em si, es hermana de RAVENNA vino a visitarla unos días a palacio - dijo un poco nervioso.

- Si es que mi hermana me quiere mucho y todavía no se acostumbra a la idea de que me case - dijo RAVENNA con una sonrisa nerviosa cosa que hizo dudar un poco a Hans.

- Desde cuándo yo te quiero a ti RAMERA, por favor por ti no siento ni el más minino cariño - dijo ARABELLA entrando al comedor sorprendiendo de encontrar al mismo hombre del hostal en el comedor. Y Hans no era la excepción estaba en shock de ver a esa mujer que no ha podido sacar de su cabeza frente a sus ojos.

- ARABELLA apenas vienes y ya estás insultando a tu hermana más respeto - le gritó Leonardo.

- Yo solo dije la verdad, no es cierto ramera - dijo con burla mirando a RAVENNA.

- Y por favor no empieces a llorar tan temprano deja eso para las horas de la tarde y eso si donde nadie te vea.

- Disculpa primo pero no puedes dejar que la hermana de tu esposa la trate de esa manera - dijo HANS cuando reaccionó.

- Primo... Emm.

- Espera tu crees que está ramera es la esposa de Leonardo - dijo ARABELLA dirigiéndose a Hans.

- Pues si así me lo ha hecho saber tanto como ella como mi primo.

- Jajajajaja hay RAMERA te hiciste pasar por mi, pero que más podrías hacer - dijo ARABELLA mientras volteaba los ojos divertida.

- Tu eres la esposa de Leonardo.

- No es algo que me enorgullece, pero sí me presento ARABELLA SAJONIA, reina e esposa del rey - dijo ARABELLA pasándose y haciendo una reverencia.

- Y ella es RAVENNA SAJONIA mi hermana alias la RAMERA, concubina de Leonardo aquí presente - dijo ARABELLA con burla.

- Cómo pudiste mentirme de esa manera y dejar que ella me hiciera creer que era su esposa - le gritó Hans a Leonardo muy enojado por la burla a la que había Sido objeto.

- Primo es como si lo fuera.... Está jamás será mi esposa de verdad la que considero como mi verdadera mujer es RAVENNA - dijo Leonardo.

- Que por cierto solo sirve para llorar, porque mientras yo me encargaba de asuntos del palacio ella estaba aquí solo haciéndose pasar por mi como te parece.

- Tu cállate, estarás contenta me has dejado en vergüenza delante del Duque, no sabes cómo me hiere eso hermana - dijo RAVENNA mientras de iba llorando.

- Eso ve corriendo a llorar... Si ve es lo único que sabe hacer y otras cosas más que pues solo Leonardo sabe porque si que lo tienen loco ya que hace todo que ella dice.

- Cállate y déjame solo con mi primo y te encierras en tu habitación hasta que yo lo ordene me tienes cansado con tu actitud.

- Ajá como quieras - dijo ARABELLA sentándose nuevamente en el comedor a desayunar.

- Necesito irme suficiente tuve con todo esto - dijo HANS a su primo para después irse dejando a Leonardo preocupado porque si este le dice algo de esto a su padre todo estará acabado para él.

Mientras Hans iba a su habitación RAVENNA se atravesó en su camino en medio de llanto.

- Perdóneme duque, no sabía cómo decirle la verdad, mi hermana....

- No quiero escucharte, solo eres una concubina más de palacio así que toma tu lugar y no vuelvas a dirigirte hacia mí - le dijo pasando de largó dejando a RAVENNA furiosa con ARABELLA por su culpa había perdido su oportunidad con el duque.

- Estás contenta con lo que provocaste - le dijo Leonardo a ARABELLA.

- Podría estar mejor - dijo ella restándole importancia.

- Te quiero lejos de Palacio - le gritó este irritado.

- Vete tu si Quieres, yo estoy muy cómoda aquí - dijo está con una sonrisa haciendo que Leonardo se fuera furioso.

En Palacio los guardias se habían encargado de contarle a sus compañeros todo lo que vieron hacer a la reina en el pueblo dejando a todos asustados y entre todo decidieron no volver a contradecir o ir encontrá de la reina.

- Ve y dile a cualquier guardia que lo requiero en mi habitación urgente - le decía RAVENNA a su doncella personal, está salió a cumplir la orden de su señora. Después de unos minutos volvió con un guardía.

- Quiero que de la manera menos sospechosa mates a ARABELLA, quiero que amanezca muerta para mañana - le ordenó RAVENNA a él guardia ya no se soportaba a ARABELLA y la quería muerta a como diera lugar.

- No!! Yo jamás atentare contra la vida de la reina no quiero acabar igual o peor que esos vándalos.

- Pero de que estás hablando - le pregunto RAVENNA.

Él guardia le contó todo lo que había escuchado decir a sus compañeros a RAVENNA pero está solo soltó una risa que sonó por toda la habitación.

- Esa no es capaz de atentar en contra de la vida de nadie, tu haz lo que te ordenó y listo - le dijo RAVENNA.

- No lo haré busquese a otro para eso - dijo saliendo de la habitación sin dejar que RAVENNA le dijera algo más.

- Cómo pueden creer algo tan absurdo - dijo RAVENNA con rabia.

- Mi señora yo si la creo capaz, acuérdese que ella mato a dos sirvientas de Palacio.

- Ahss... Me tocará hacerlo yo misma, aunque disfrutaré haciéndolo mientras ella pide piedad - dijo RAVENNA con una sonrisa confiada que será fácil acabar con ARABELLA.

ARABELLA estaba en el jardín disfrutando de un té con su doncella Ada.

- Ese es el mismo hombre del hostal no es Cierto mi señora.

- El mismo.. está guapo verdad - le dijo Ada al escucharla hablar así hizo que se ahogara con el té haciendo que ARABELLA riera.

- Te ves aún más hermosa con esa sonrisa - dijo HANS a espaldas de ARABELLA