Siempre nos hablan del tiempo como algo lineal, primero el pasado, luego el presente y por último el futuro y también nos hablan de que el único tiempo real es el presente, porque el pasado ya pasó y el futuro no está hasta que llega, pero ¿Qué tal si no fuera así? ¿Qué pensarías si te digo que el tiempo, paradójicamente, es y no es línea a la vez? ¿Y que vivimos varios momentos al mismo tiempo y esto no se limita para nada al presente?
Te invito a descubrir poco a poco la complejidad de esta historia y a sumergirte en un océano de emoción a medida que leas su trama.
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Capítulo VII, Andrea
Me encontraba sola en medio de una enorme playa, no había un solo rastro de
basura en la arena y el agua se veía muy limpia, clara, cristalina. El sol
brillaba con intensidad en lo alto. Empecé a caminar rumbo al agua para
sumergirme y en el camino me iba quitando la ropa, hasta quedar únicamente en
mi traje de baño de dos piezas, pero antes de que siquiera las puntas de los
dedos de mis pies tocaran el agua, esta se empezó a tornar negra desde lo más
lejos que se podía observar en el horizonte hasta lo más cerca, en la orilla.
Pero, ese color negro no era porque el agua se hubiera ensuciado, más bien eran
las tinieblas mismas que habían invadido la pureza del agua.
De pronto ya no estaba en la
playa, sino en la ciudad, el piso temblaba y se estaba agrietando y una gran
cantidad de agua inundada las calles, la corriente me llevó y poco antes de
ahogarme vi como esa agua también era invadida por las tinieblas de esta
surgían criaturas hechas de tinieblas infinitas, de la maldad pura, una legión
de demonios. Fue entonces que me ahogué y pude observar una luz blanca cegadora
y una voz que me llamaba diciéndome «aún hay esperanza, ustedes pueden
lograrlo» y entonces desperté.
Eran las seis de la mañana de un
día sábado. Normalmente este día no me despertaría hasta las ocho, pero ese
sueño que se terminó volviendo pesadilla había sido muy fuerte.
—No, todavía no pienso
levantarme, quizá pueda volver a dormirme.
Pocos minutos después estaba
soñando otra vez.
Me encontraba chateando con un
chico que, por su apariencia, era al menos seis años mayor que yo. Él era muy
atractivo y al parecer había mucha confianza entre nosotros, la atmosfera
incluso se sentía un poco romántica y sensual.
Eres muy linda ¿Quieres que nos
conozcamos en persona?
Sí, Alfred, claro que quiero
Verte en persona
Me desperté, miré la hora en mi
celular, eran las siete.
—Me pregunto si ese sueño será
sobre mi futuro, si es sobre mi futuro me pregunto cuántos años pasarán antes
de que se cumpla… y la pesadilla que tuve más temprano ¿Será posible que se
haga realidad?
Me levanté y fui a bañarme. Me
relajé mientras el agua tibia recorría mi cuerpo y luego empecé a lavarme el
cabello y por último el cuerpo.
«Hoy voy a salir con Britany y
Jesica.»
Salí ya vestida de mi cuarto.
Tenía un vestido azul que me llegaba a las rodillas, unas zapatillas azules de
tacón bajo, medias blancas de seda y me había pintado los labios con labial
escarlata, lo que hacía contraste con mis ojos azules. Bajé a la planta baja a
preparar el desayuno para todos. De lunes a viernes siempre mi mamá era quien
preparaba las tres comidas, pero el sábado yo hacía el desayuno y la cena,
mientras que mi hermano hacía el almuerzo, y el domingo yo hacía el almuerzo y
mi hermano hacía el desayuno y la cena.
Preparé sándwiches tostados,
rellenos con jamón y queso mozzarella y untados con mantequilla. Dos para mi
mamá, cuatro para mi hermano y dos para mí. Mi hermano es realmente un glotón,
de no ser por todo el ejercicio que hace, estaría sumamente gordo.
Fui a la entrada del cuarto de
mi hermano y lo llamé para que fuera a desayunar, como no hubo respuesta, entré
al cuarto, caminé hasta él y lo sacudí un poco hasta que despertó.
—Ya está listo el desayuno.
—Está bien, ya bajo a desayunar.
Luego fui a la entrada del
cuarto de mi mamá.
—Mami, ya está listo el
desayuno.
—Ya voy, hija. —Su tono delató
que se acababa de despertar.
Poco después estábamos reunidos
desayunando en el comedor.
—Espero que las próximas comidas
de hoy y todas las comidas de mañana no sean tan simples, hijos.
—No hables en plural, mamá,
Andrea fue la que preparó este desayuno, no yo.
—Sí, Andrew, pero eres
responsable del almuerzo para hoy, así como del desayuno y la cena de mañana,
por eso te incluyo en mi comentario.
—De acuerdo, mamá. —Frunció el
ceño, evidentemente no le gustó ser regañado.
—¿Qué tiene de malo el desayuno
que hice? —pregunté sintiéndome agobiada.
—No tiene nada de malo, hija, un
desayuno simple no está mal, siempre que no sea demasiado frecuente, pero
realmente espero que las siguientes comidas no sean tan extremadamente simples.
Luego de eso cada uno se centró
en comer sus sándwiches. Yo fui la primera en terminar de desayunar e
inmediatamente fui a cepillarme los dientes, luego agarré mis cosas y me dirigí
a la salida.
—Adiós, mamá, adiós Andrew.
—Que te diviertas con Britany
Jesica, vuelve antes de las seis —respondió mi madre, con un tono muy alegre.
Dos horas después estaba con mis
amigas en el centro comercial City Lion, comiendo pizza y hablando sobre los
chicos que nos gustan.
—Hoy le fui infiel a Carlos,
besé a un chico llamado Pedro que conocí ayer —comentó Jesica.
Lo que dijo y la manera como lo
dijo, desde su tono de voz hasta su lenguaje corporal me causó un enorme deja
vu y entonces recordé un sueño que tuve el día antes de cumplir doce años, en
el que ocurría exactamente esto. Luego sentí otro deja vu y me aparté
rápidamente de mi silla, justo a tiempo para evitar que me cayera encima la
pasta, salsa y albóndigas que se le acababan de caer a un chico que tropezó
mientras se dirigía a la mesa vacía del frente. El chico también caído y su
camisa se ensució con la comida, además, el plato de cerámica había caído de la
bandeja de plástico y se había roto, por lo que era fácil cortarse con alguno
de los fragmentos, además, el chico había tropezado con mi silla y al parecer
se dio un golpe fuerte en la cabeza.
Yo había soñado hace una semana
que él tropezaba y esa comida me caía encima, apenas y sí me había logrado
mover a tiempo.
«Se trata de algo pequeño, pero
esto prueba que algunos de mis sueños más recientes también son premonitorios.»